Trabajo Remoto, Bitcoin y Web3: ¿Qué tienen en común?
A primera vista parece obvio: el trabajo remoto, Bitcoin y Web3 están relacionados con Internet. Incluso aquellos que ni siquiera saben o no entienden completamente qué es Web3 llegarán a esta conclusión. Pero hay más de lo que parece cuando hablamos de lo que conecta estos conceptos.
Bitcoin inaugura este concepto de Web3 (aunque antes de Bitcoin ya se hablaba de la Web 3.0, la Web Semántica; las diferencias y concordancias entre ambos, es por sí sola un tema para otro texto), que es tanto un medio físico como una red virtual, que une intereses dentro y fuera de Internet, que une a las personas en nombre de una tecnología y sus posibles consecuencias. También es una red sin un punto central, sin un “admin”, osea, sin una persona o un grupo que tenga el poder de decisión sobre el destino de la red.
Hay un incentivo en la red de Bitcoin para que todos colaboren sin depender de la confianza entre los miembros. Sin siquiera depender de la naturaleza de los involucrados, tanto los malintencionados como los bien intencionados quieren y dedican sus esfuerzos al buen funcionamiento de la red. Nadie quiere que el valor y la funcionalidad se vean comprometidos (ver Problema de los generales bizantinos).
En la compañía que trabajo, Bitwage, no solo trabajamos siempre a distancia (una vez al año tenemos una reunión presencial en algún lugar del mundo, pero ninguno de los miembros del equipo vive próximo de otro), sino que nuestros clientes también son en su mayoría trabajadores remotos. Programadores, diseñadores, traductores y todo tipo de profesionales que utilizan internet para realizar sus tareas. Como resultado de la reciente pandemia, todos tuvieron la experiencia del entorno laboral en Internet. Naturalmente, muchos concluyeron que era mejor mantener esta forma, y el contingente virtual solo aumentó.
El pago, así como las tareas, son partes fundamentales de la relación de trabajo remoto.
Por lo tanto, a medida que más personas se empoderan para trabajar de forma online, más se hace necesaria una red de pago eficiente, más robusta y escalable. Eso permite que personas en diferentes rincones del planeta reciban sus cantidades en el plazo previsto. Los sistemas tradicionales de pago tienen sus cuellos atados a los bancos involucrados. La red SWIFT tradicional está formada por “bancos correspondientes”, es decir, un banco tiene que tener una cuenta en otro y este en otro hasta encontrar el banco del destinatario, y es completamente insuficiente para atender este nuevo tipo de demanda.
Es ahí donde entra en juego la red de confirmación más segura y precisa: la red Bitcoin.
Imitando su funcionamiento –en forma de redes “blockchain”– se crearon las stablecoins. Hay monedas estables que tienen su valor igual a monedas nacionales, cuyo funcionamiento y volatilidad son esperados y tolerados. Esto permite liquidar pagos entre partes en diferentes rincones del mundo con una única confirmación de blockchain. Es la forma de moneda que tiene más éxito entre las personas fuera de la burbuja. En Argentina, por ejemplo, hay personas que le tienen miedo a Bitcoin, no quieren ni oír hablar de criptomonedas pero sí usan stablecoins, conocidas como “Dólares Digitales”.
Las casas de cambio, que abundan en la capital del país, ya las aceptan mayoritariamente. Y es la forma preferida de recibir honorarios de los profesionales que trabajan para el exterior.
Y antes de decir que es sólo en Argentina, paremos un poco para pensar: ¿Qué preferirán los jóvenes que ingresan al mercado laboral cada año? ¿Tener que emplear tiempo con todo el ritual de prepararse para llegar a la oficina y ponerse a trabajar, o poder empezar de inmediato en su sofá favorito, poder elegir su entorno, sus intervalos de descanso, su comida, limitar interrumpir a sus colegas?
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