Top criptonoticia de la semana: Ethereum brillando en noviembre, Estados Unidos incautando mil millones de dólares en criptomonedas, alza del precio de Bitcoin “orgánica” y mucho más
Sigue el frenesí…
En ocasiones, todo es color de rosas. Así de sencillo. Estamos en una gran temporada para Bitcoin. El precio no para de subir. Y el optimismo está por las nubes. No se trata de algo en especial. Es todo y nada. Es decir, no hay una razón en particular. Es solo que las cosas buenas a veces llegan todas juntas. Suerte, fundamento, técnica, FOMO, razón, locura y todas las anteriores. A veces el cielo azul dura más de lo esperado. Son momentos de fluidez absoluta.
La vacuna de Pfizer despertó mucho optimismo. Pero, luego, llegaron los reportes de los contagios. Y volvieron las preocupaciones en torno al coronavirus. Sin embargo, Bitcoin no se vio afectado por eso. Parece que nadie recibió ese memo.
Ahora bien, hablamos de las criptonoticias más leídas de la semana.
Si nos referimos a la media del precio, nos daremos cuenta de que el salto ha sido importante. Es decir, las cosas han evolucionado con gran velocidad últimamente. Si bien es cierto que el salto se ha dado de manera escalonada, estamos hablando de tan solo unas pocas semanas. Varias resistencias han sido superadas y las correcciones no han sido significativas. Las pausas y desaceleraciones han sido muy breves. Pero al mismo tiempo no estamos ante una eternidad. Decir que la corrección ya no llegó es prematuro. No es pesimismo. Es solo que me cuesta trabajo entender esta afirmación de Woo: “El alza del precio de Bitcoin más ‘orgánica’ en años”.
Por “orgánico” entiendo que el alza no se basa en FOMO, sino exclusivamente en fundamentales. Lenta y naturalmente. Bueno, los fundamentales están ahí, pero tampoco podemos decir que no hay muchísimo FOMO. Obviamente, existe un fuerte elemento emotivo aquí. O sea, hay mucho optimismo. Y es cierto que hay razones para ello. Pero la línea entre el optimismo racional y el optimismo irracional a veces no es muy clara. Sobre todo, por la rapidez de todo. La codicia nos dice que Bitcoin seguirá subiendo indefinidamente. Pero la experiencia nos ha dicho que las cosas por lo general nunca son tan sencillas. La volatilidad misma es señal de nerviosismo. Hoy es un nerviosismo optimista que ha favorecido mucho el precio. Pero las cosas cambian fácilmente cuando los nervios nos dominan. Nunca sobra ser un poco escépticos. No está demás prepárese para toda eventualidad. Hay que darle tiempo al tiempo para que podamos cantar victoria con plena seguridad
Dudo mucho que periodos como el actual tengan una explicación única. Es decir, no se trata de una sola cosa. Por lo general, es una confluencia de múltiples factores. Por un lado, es obvio que hay factores macroeconómicos en juego. La liquidez siempre ayuda. Por otro lado, también tenemos elementos geopolíticos que afectan el humor general del ambiente. No tampoco podemos olvidarnos de la pandemia que ha tenido el curioso efecto de acelerar muchos procesos, sobre todo, en el campo de la tecnología y la economía digital.
Adicionalmente, el capital institucional obviamente está llegando. Y muchos nuevos actores de importancia están entrando a nuestro pequeño club. Estos nuevos ingresos naturalmente se convierten en buenas noticias. No solo es un asunto de capital. También es un asunto de prestigio. Además, el capital institucional cuenta con un elemento favorable adicional. El inversor institucional es un inversor mucho más serio y maduro. La comunidad Bitcoin, entonces, poco a poco, está cambiando su composición. La facción idealista/amateur tan presente en los primeros días ya no está sola, porque están llegando los inversores tradicionales que tienen una visión muy distinta de las cosas. Asumo que en el futuro habrá más enfrentamientos entre estas dos culturas.
Otro factor que, en mi opinión, está contribuyendo bastante al alza reciente de Bitcoin es la desaceleración de la Defi-mania. La moda ya está bajando en intensidad y mucho de ese capital está regresando al viejo Bitcoin. Casi nadie está hablando de eso. Y debo confesar que no he leído ningún estudio detallado al respecto. Esto es solo una suposición mía. Lo único que tengo son conjeturas.
Ahora, por último. El factor técnico. Hay que reconocer el efecto psicológico que tiene el rompimiento de una resistencia histórica. Enero del 2018 parece hace mil años. Y, por fin, volvimos a esas alturas. Después de mucho tiempo por debajo de estos niveles, hoy estamos de vuelta. Pero en mejor posición, porque los fundamentales hoy son más sólidos. Entonces, sí todos estamos listos para recibir el próximo año con mucho optimismo. Lo mejor aún está por venir.
Bueno, ciertamente que es posible que Ethereum 2.0 genere el suficiente entusiasmo como para que tengamos un repunte en Ethereum. Por estar tan cerca de una resistencia importante podríamos tener, en efecto, un breakout. Sin embargo, dudo mucho que Ethereum le quite el protagonismo a Bitcoin por mucho tiempo. La verdad es que, como inversión, Bitcoin es un activo mucho más atractivo que Ethereum. Es un tema de marca, dominio de mercado, liquidez, etc. No digo que Ethereum sea una mala inversión. Pero Bitcoin es Bitcoin. Esa es la marca que se escucha más fuerte en la boca del gran público. Y eso tiene mucho peso.
El primero, pero me temo que no será el último. La fama tiene su precio. Y ya las autoridades saben de Bitcoin y están reclamando sus impuestos. Claro que este caso en particular no es solo un vulgar caso de evasión de impuestos. Al parecer, el sujeto usaba las cuentas de sus compañeros de trabajo para delinquir. De hecho, fue acusado de 18 delitos federales, incluidos seis cargos por lavado de dinero y dos cargos de presentar declaraciones falsas de impuestos fiscales.
Obviamente que el elemento “incensurable” e “inconfiscable” de Bitcoin y las demás criptomonedas tiene sus limitaciones. En este sentido, Bitcoin no es tan distinto al oro o al efectivo. Es decir, esa supuesta “inconfiscalidad” tan mentada es solo relativa. Naturalmente, no es absoluto. El Gobierno puede quitarte tus Bitcoin. Todo lo que se pueda adquirir, se puede quitar.