¿Se acabó el “criptoinvierno”?
Nunca es fácil saber si el criptoinvierno terminó o no. En primer lugar, siempre hay trampas que nos pueden confundir. Si vemos la gráfica podríamos asumir que ya tuvimos un piso y que ahora el único camino es hacia arriba. Sin embargo, no es tan sencillo. El precio podría subir y luego bajar.
Por otro lado, asumiendo que ya llegamos al piso y se han registrado ganancias considerables. Sin embargo, eso no implica que obligatoriamente romperemos el máximo histórico en el futuro cercano.
Entonces, ¿cómo podemos saber si estamos en un criptoinvierno o no? Bueno, hay algunas señales que podemos observar para tener una idea más clara. Por ejemplo, podemos ver el volumen de las transacciones, el interés de los medios y el público, la innovación y el desarrollo de los proyectos, la regulación y la adopción de las criptomonedas, etc. Estos factores nos pueden dar una pista de si el mercado está madurando o decayendo.
¿Qué es el criptoinvierno y por qué algunos dicen que ya ha terminado? El criptoinvierno es un término que se usa para describir un período prolongado de baja actividad y bajos precios en el mercado de las criptomonedas. Es como si el frío congelara la innovación, el interés y la confianza de los inversores en este sector. Algunos ejemplos de criptoinviernos son los que ocurrieron entre 2014 y 2016, y entre 2018 y 2020.
Este criptoinvierno empezó después de que el precio del Bitcoin alcanzara un máximo histórico de 69,000 dólares a finales del 2021. Desde ahí, el mercado de las criptomonedas cayó en un período de declive, arrastrado por factores como la política monetaria, la regulación, la competencia, los ataques informáticos y las crisis económicas. Eventualmente, el precio del Bitcoin encontró su piso en unos 15,500 (+/-) dólares en el 2022, y luego rebotó hasta los 31,000 dólares a principios del 2023. Más recientemente, se rompió esa barrera para ubicarse en el precio actual.
En fin, la lateralidad que ha dominado durante el año se rompió recientemente, debido a la expectativa de la aprobación de un ETF. Entonces, algunos dicen que el criptoinvierno “oficialmente” ha terminado, que estamos entrando en una nueva era de crecimiento y prosperidad para las criptomonedas.
Otros dicen que no, que todavía hay mucha gente bajo agua, es decir, que compró criptomonedas a precios más altos de los que tienen ahora, y que no han recuperado su inversión. En lo personal, más allá de la subida del precio y de lo que la gente diga, no se siente como que el criptoinvierno ha terminado. Esta industria tiene la soga en el cuello. Los ingresos de las empresas de la industria pueden dar fe en ello.
¿Por qué digo esto? Porque creo que el precio no lo es todo. El precio es solo una medida de la oferta y la demanda, pero no refleja la calidad, la utilidad y el impacto real de las criptomonedas en el mundo. Para salir del criptoinvierno, se necesita más que un aumento del precio. Se necesita una mayor adopción, una mejor regulación, una mayor seguridad, una mayor innovación y una mayor educación sobre las criptomonedas. De esta forma, se podrá sostener la subida. Es decir, que el precio suba y se mantenga arriba. No solo que suba para volver a bajar.
¿Qué hace falta para que el criptoinvierno se acabe de una vez? No basta con que el precio de las criptomonedas suba un poco y nos ilusionemos. No basta con que algunos afortunados hayan comprado el piso y ahora tengan ganancias no realizadas relativamente altas. No, eso no es suficiente. Lo que hace falta es que la mayoría de los usuarios estén ganando dinero. Sí, has leído bien: ganando dinero. Que las empresas que ofrecen servicios y productos relacionados con las criptomonedas estén ganando dinero. Que los mineros que mantienen la seguridad y el funcionamiento de las redes estén ganando dinero. Que los inversores que apuestan por el futuro de esta tecnología estén ganando dinero. Que tú, que me estás leyendo, estés ganando dinero. Porque si la mayoría está aún perdiendo dinero, las últimas subidas no se sienten igual. Se sienten como una ilusión óptica.
¿Te acuerdas del 2019? Ese año en que todos pensábamos que Bitcoin iba a despegar y nos íbamos a volver millonarios. Pues resulta que no fue tan fácil como creíamos. No bastaba con que el precio tocara fondo y luego se recuperara. No, señor. En el 2019, el precio de Bitcoin tuvo una montaña rusa de emociones. Subió durante seis meses, como si fuera un cohete espacial, y luego bajó por otros seis meses, como si fuera una piedra. Al final, perdió todo lo que había ganado, y nos dejó con las manos vacías.
¿Qué pasó? ¿Por qué Bitcoin nos traicionó de esa manera? ¿Acaso no era la moneda del futuro, la que iba a revolucionar el mundo financiero y a liberarnos de los bancos y los gobiernos? Bueno, resulta que Bitcoin no es tan simple como parece. Tiene muchos factores que influyen en su valor, como la oferta y la demanda, la competencia de otras criptomonedas, la regulación legal, los ataques informáticos, las noticias falsas, y hasta el humor de los inversores.
Bitcoin es un activo volátil, que puede subir o bajar mucho en poco tiempo. Eso la hace atractiva para algunos, que ven una oportunidad de ganar dinero rápido, pero también riesgosa para otros, que prefieren algo más estable y seguro. La volatilidad de Bitcoin implica que hoy podemos tener un alza y ganar mucho dinero. Y, al otro día, podemos perder lo ganado.
Ahora bien, ¿por qué tanto escepticismo en torno a si el criptoinvierno ha terminado o no? ¿Por qué tanto pesimismo? ¿Acaso soy un bajista permanente? ¿Por qué no celebrar y ya? El peligro de declarar el fin definitivo del criptoinvierno de manera prematura es que nos creamos falsas expectativas basadas en un optimismo iluso. Y eso nos puede llevar a no gestionar el riesgo como es debido.
No se trata de ser optimistas o pesimistas, sino de ser realistas y prudentes. Es decir, ser realistas y prudentes es lo mejor. No nos dejemos llevar por la euforia. Veamos las cosas como son y actuemos con criterio.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
Te puede interesar:
Las inversiones en criptoactivos no están reguladas. Es posible que no sean apropiados para inversores minoristas y que se pierda el monto total invertido. Los servicios o productos ofrecidos no están dirigidos ni son accesibles a inversores en España.