Reflexiones sobre la inversión contraria
La estrategia de comprar y vender en contraste con el sentimiento general del mercado. En muy pocas palabras, esa es básicamente la inversión contraria. Esta es una estrategia que atrae particularmente a los individualistas, porque significa pensar de manera opuesta al colectivo. La corriente libertaria en el espacio cripto, normalmente, defiende un individualismo bastante radical. Entonces, no es sorpresa que el ser contrario (o “contrariante”) resulte seductor. Claro que el fanático de Bitcoin es un alcista perenne. Es “contrario” en el periodo bajista. Pero se mueve con la tendencia en el periodo alcista. Son contrarios cuando las cosas van mal. Pero no lo son cuando las cosas van bien.
Este contrario “ingenuo” tiene una visión sumamente superficial de la inversión contraria. Se asume automáticamente que todo pesimismo es razón para el optimismo y que toda caída es una oportunidad de compra. Falso. El contrario “ingenuo” contradice de manera ilusa. El contrario inteligente, por otro lado, busca las mejores oportunidades en el mejor momento posible (pese a las suposiciones del mercado). El contrario inteligente busca puntos de inflexión. No simplemente contradecir todo lo que haga el mercado.
Un ejemplo perfecto de contrario ingenuo es el presidente Bukele de El Salvador. Compró cada caída después del máximo histórico al comienzo de un periodo bajista. “Bitcoin is the future. Thank you for selling cheap”, nos escribió en un tuit celebrando su compra de la caída. Bueno, ahora están bajo agua por comprar caro. Este error se comete al pensar que toda caída es una oportunidad de compra. Una caída es una oportunidad al final de un mercado bajista y al comienzo un mercado alcista. Si la demanda de mañana será mayor a la demanda de hoy, comprar la caída no es mala idea. De lo contrario, es mejor conservar ese efectivo para un mejor momento. ¿Por qué comprar “caro” ahora cuando podremos comprar a mejor precio más adelante?
Es sumamente importante entender muy bien la diferencia entre activos productivos y activos no productivos. Por ejemplo. Una granja es un activo productivo. Y un Picasso es un activo no productivo. Supongamos que una granja hipotética tiene X activos subyacentes con una producción anual de Y. Si X+Y es muy inferior al precio de mercado de la granja, ahí sí podríamos hablar de un descuento. ¿Por qué? Bueno, porque la granja es más valiosa que su precio. ¿Valiosa en qué sentido? La granja produce. Y esos ingresos son lo suficientemente buenos para justificar la inversión. Si el mercado subestima la granja, mucho mejor, porque eso significa que el descuento será mayor. En este caso, la inversión contraria resulta bastante lucrativa.
Un Picasso no es un activo productivo. Es un activo especulativo. Entonces, su precio depende enteramente de la demanda. ¿Qué tan popular es la obra de Picasso entre los coleccionistas de hoy? ¿Qué tan popular será la obra de Picasso entre los coleccionistas de mañana? Si los precios de los cuadros de Picasso caen dramáticamente de un día para otro, no podemos asumir de manera automática que se trata de un descuento. En otras palabras, la inversión contraria en el caso de activos especulativos debe sospecharse con mucho cuidado.
El solo hecho de que el precio de un activo haya caído mucho no (necesariamente) implica que el activo en cuestión está “barato”. El comprador de hoy lo que realmente busca es que el precio suba mañana. El activo productivo garantiza ingresos futuros debido a la producción. Pero no podemos decir lo mismo en el caso de activos especulativos. Las ganancias o las pérdidas de estas inversiones dependen exclusivamente de los vaivenes del precio en el tiempo. No hay producción. Únicamente oferta y demanda. El descuento surge cuando hay una caída antes de una recuperación. Una caída seguida por otras caídas no es un descuento. Es una compra inoportuna.
Ahora bien, ¿llevarle la contraria a quién? En mi opinión y en mi experiencia, no hay nada más lucrativo en el mercado cripto que llevarle la contraria a los fanáticos y a los minoristas. Los fanáticos operan esencialmente de manera idiosincrática. Lo que implica que, debido a sus sesgos, errores de cálculo se cometen con frecuencia. Y los minoristas tienden a seguir los malos consejos de los fanáticos, porque los fanáticos controlan la narrativa en las redes sociales y en la prensa del nicho. Por supuesto que no es cuestión simplemente de llevar la contraria y ya. Sin embargo, no es mala idea sopesar con mucho escepticismo las suposiciones de los fanáticos y los minoristas. Hay que comenzar desde la duda.
No es muy inteligente, sin embargo, llevarle la contraria a las instituciones. Me refiero a los grandes capitales. Las ballenas. A los fanáticos los encontramos en Twitter y en Youtuber. Ellos somos los creadores de contento. Los supuestos “influencers”. Pero también aquí debemos incluir a los CEO de exchanges, empresas y otros entes de la industria. Ellos son partes interesadas. Y, para ellos, es conveniente promover la propaganda cripto para siempre mantener el entusiasmo vivo. De esta forma, captar más capital de sus clientes. En este espacio, hay fanatismo por ideología, fanatismo por popularidad y fanatismo por negocio.
¿Dónde están las instituciones? A los grandes capitales los encontramos en la acción del precio. Me refiero específicamente al volumen. Pensemos en los momentos después de una capitulación. Los fanáticos, en Twitter, automáticamente gritan lobo: “A comprar la caída”. Pero esa no es una señal confiable, porque los fanáticos siempre son alcistas. Porque, para ellos, toda caída es una oportunidad de compra. Y, como muchos minoristas en este espacio han sido “educados” por influencers, estos ecos son las repeticiones de un loro. Lo mejor es ir directo a la acción del precio. ¿Quién realmente está comprando esta caída? ¿Qué nos dice el volumen?
Durante un periodo de lateralidad, en apariencia, las fuerzas alcistas y las fuerzas bajistas lucen parejas a primera vista. Sin embargo, eso no siempre es cierto. Si las velas rojas revelan un volumen mucho más elevado que el volumen de las velas verdes, lo que podría estar pasando es que las ballenas están vendiéndole (por partes) a los minoristas. Por ende, no es una consolidación. En realidad, es una distribución. En esta batalla, el fanatismo es el gran aliado de las ballenas. Porque eso significa que las ballenas podrán vender a un mejor precio. La falsa expectativa del minorista es la vía de escape de la ballena. En este caso, la ballena es el verdadero contrario. Porque es la ballena la que le vende al optimista. Así de sencillo.
Nos guste o no, los mercados están diseñados para que los grandes se coman a los pequeños. He aquí este artículo para la reflexión. No son palabras para aceptar. No son palabras para refutar. Son palabras para pensar.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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