Recesión: ¿Todavía es posible un “soft-landing”?
Muchos inversores están preocupados debido a las posibilidades de una recesión mundial que puede perjudicar las valoraciones. Debemos recordar que invertir es principalmente mirar al futuro. Entonces, para invertir, hay que pronosticar. ¿Qué pasará?
Según el economista Nouriel Roubini, “la recesión no será corta ni superficial”. En su último libro, nos habla de las mega amenazas. Doctor Catástrofe aquí nos advierte sobre la alta deuda, la caída de la productividad por el envejecimiento de la población, el cambio climático, las tensiones geopolíticas, el retroceso de la globalización, la inflación, la recesión, la estanflación y la sustitución del hombre por máquinas manejadas con inteligencia artificial, entre otros males. Al parecer, nos espera un sombrío porvenir.
Claro que no todos son tan pesimistas como Roubini. Obviamente, hay sectores más optimistas. De hecho, muchos esperan una desaceleración económica que reduzca la inflación al objetivo planteado, pero sin causar una recesión. Este escenario sería el ideal. Porque el impacto negativo sobre las valoraciones sería menor. En efecto, las olas de optimismo que invaden los mercados en estos momentos se basan en este escenario. Me refiero específicamente al llamado “aterrizaje suave” (soft-landing). O sea, lograr el objetivo sin mayores daños.
¿Qué significa esto para las criptomonedas? Supongamos que, debido a una reducción de la masa monetaria, la inflación logra llevar al objetivo en un lapso relativamente corto. La demanda cae. Pero no causa mucho dolor. O sea, no hay un aumento significativo del desempleo. Y los ingresos no bajan tanto. La economía se enfría, pero a la justa medida. Si esto se da de esta manera, eso quiere decir que los bancos centrales podrían retornar, más pronto que tarde, a una política monetaria flexible. Y, con el retorno de los estímulos, la llegada del próximo boom especulativo. Esta narrativa es alcista en sí misma. En otras palabras, esas expectativas (falsas o acertadas) generan alzas hoy.
Se podría decir que la situación del mercado laboral estadounidense soporta la hipótesis de un aterrizaje suave. ¿Por qué? Bueno, porque, a pesar de la política de endurecimiento monetario y los avances en el campo de la inflación, el mercado laboral se mantiene fuerte. ¿Suficiente para cantar victoria?
Por supuesto que también es muy posible que los mercados están contando los pollitos antes de nacer con un optimismo iluso. Un mercado laboral aún fuerte ejerce presiones inflacionarias muy importantes. Lo que complica bastante la lucha contra la inflación. Porque este problema inflacionario no solo proviene por el lado de la demanda. También hay presiones inflacionarias provenientes del lado del suministro. Cualquier falla en las cadenas de producción y distribución puede causar un revés con consecuencias monetarias. Lamentablemente, muchas cosas pueden ir mal. Y, normalmente, cuando muchas cosas pueden salir mal, algo sale mal. ¿Exagero?
Los inversores están apostando al mejor escenario. Sin embargo, en un momento tan complejo, el mejor escenario no está garantizado. En tiempos de volatilidad e incertidumbre, lo más sensato es esperar lo mejor, pero prepararse para lo peor. Eso quiere decir no poner todos los huevos en una misma canasta. Y quiere decir que debemos contar con una excelente gestión de riesgo. El gran error es caer en un optimismo ingenuo e iluso. En el mundo de las inversiones, el descuidado es el que más pierde.
Ahora bien, las valoraciones de una empresa normalmente se basan en sus ingresos. Claro que los ingresos son importantes. Pero más importantes aún son las proyecciones de los ingresos futuros. El inversor compra hoy pensando en las valoraciones de hoy en relación a las valoraciones de mañana. Entonces, la posibilidad de una recesión en el futuro naturalmente tiene un impacto en las valoraciones de hoy. Todos los días llega nueva información. Y todos los días se construyen narrativas basadas en la información obtenida. El optimismo genera compras. El pesimismo genera ventas. Los mercados fluctúan al ritmo de las distintas expectativas. El problema es que el futuro no está escrito y las posibilidades son muchas. Por ende, los mercados fluctúan en la medida que fluctúan las interpretaciones de la situación.
Ahora bien, la inflación es un fenómeno multifactorial. Lo monetario no lo es todo. Entonces, en este campo, los bancos centrales no son omnipotentes. Claro que un aterrizaje suave es una posibilidad. Pero todo dependerá de la inflación. Si la inflación se rehúsa a alcanzar el objetivo pronto, la Reserva Federal se verá en la obligación de seguir con su política de endurecimiento monetario con mayor intensidad. La demanda tendría que caer más. No obstante, sería un proceso mucho más doloroso que el anticipado por los más optimistas. Los pronósticos optimistas se basan en que la inflación está bajando y la Reserva no tendrá que subir las tasas muy por encima del 5%. Si esto demuestra no ser cierto, el pesimismo podría invadir el mercado. Y, en consecuencia, las valoraciones de los activos de riesgo (como Bitcoin) podrían sufrir pérdidas importantes.
¿Qué opino yo? ¿Vendrá una recesión? En realidad, no lo sé. Creo que es bastante probable debido a la complejidad de la situación. Demasiadas cosas deben ir bien para que ese tan anhelado soft-landing se logre. Y mi naturaleza escéptica me empuja un poco hacia el pesimismo. Sin embargo, sé que la posibilidad está sobre la mesa. En lo personal, me inclino a que el mercado en este momento le está apostando a una falsa expectativa.
Como inversor, a mi parecer, la opción más sensata es diseñar una estrategia mixta. O sea, podemos comprar gradualmente activos de renta variable que consideremos en descuento. Pero mantenido al mismo tiempo un portafolio diversificado y balanceado de mucha estabilidad. Digamos que estamos obteniendo ingresos provenientes de instrumentos de renta fija y utilizamos parte de estos ingresos para hacer dollar-cost averaging (véase dollar-cost averaging) en cripto. De esta forma, ganamos exposición, pero sin asumir mucho riesgo.
El gran desafío es superar la incertidumbre. Y la incertidumbre se puede reducir con planificación y estrategia. En términos generales, la recesión se combate con estabilidad. O sea, lo recomendable es añadir predictibilidad con liquidez y estabilidad (efectivo, renta fija…) ¿Desempleo? ¿Ventas bajas? ¿Pocos ingresos? ¿Oportunidades de negocios? ¿Emergencias familiares? No hay mucho problema, porque se tomaron las medidas pertinentes con antelación. En conclusión, como inversores, no siempre acertamos en nuestros pronósticos. Sin embargo, para obtener el éxito a largo plazo como inversores, siempre hay que tener un plan en caso de que nuestros pronósticos fallen. En este caso, hay que diseñar una estrategia donde salgamos bien parados en los distintos escenarios. ¿Recesión? Bien. ¿No recesión? Bien también.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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