¿Qué pasa con la economía chilena?
Banco Central de Chile ha decidido bajar la tasa de interés de referencia, que es el precio del dinero, de 11,25% a 10,25%. Esto significa que el banco quiere que la gente pida más créditos y gaste más, para que la economía crezca y los precios suban un poco. El banco dice que la inflación, que es el aumento de los precios, ha bajado más de lo esperado, y que por eso puede bajar la tasa de interés. Esta decisión es diferente a la de otros bancos centrales del mundo, que han subido la tasa de interés para evitar que la economía se sobrecaliente. La diferencia reside en que la economía chilena se recuperó muy bien después de la pandemia, pero este año se ha enfriado un poco.
Imagina que vas al supermercado y compras una bolsa de pan por 1.000 pesos. Al mes siguiente, vuelves al mismo supermercado y compras la misma bolsa de pan, pero ahora te cuesta 1.100 pesos. Eso significa que el precio del pan ha subido un 10%, y que tu dinero vale menos, porque puedes comprar menos pan con la misma cantidad. Eso es la inflación, el aumento de los precios.
Ahora imagina que al mes siguiente, vuelves al supermercado y compras la misma bolsa de pan, pero ahora te cuesta 900 pesos. Eso significa que el precio del pan ha bajado un 10%, y que tu dinero vale más, porque puedes comprar más pan con la misma cantidad. Eso es deflación, la disminución de los precios.
¿Qué prefieres, que el pan suba o baje de precio? Pues depende. La deflación también es dañina para la economía del país, porque significaría que hay menos demanda. La gente compraría menos cosas, las empresas venderían menos cosas, y habría menos empleo y menos ingresos. Por eso, los bancos centrales siempre tratan de que el Índice del precio del consumidor (IPC) se ubique en un rango positivo, pero no muy alto, para que haya un equilibrio entre el crecimiento y el poder adquisitivo.
¿Y qué pasa con los inversionistas? Ellos buscan ganar dinero con sus ahorros y, para eso, necesitan que haya tasas de interés atractivas. Si el Banco Central baja la tasa de interés para estimular el consumo, los inversionistas ganan menos con sus ahorros y pueden buscar otras opciones más rentables o más riesgosas, lo que, por lo general, favorece al mercado bursátil y a las criptomonedas.
Chile es el único país de América Latina que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), iba a tener una contracción económica para este año. ¿Y eso por qué? Pues por varias razones, pero sobre todo por la subida de la tasa de interés. Resulta que el Banco Central de Chile decidió subir la tasa de interés para controlar la inflación. Eso está muy bien, pero tiene un efecto secundario: hace que los créditos sean más caros y que la gente gaste menos. Y si la gente gasta menos, la economía crece menos. O sea, un círculo vicioso. Y eso tuve, sin lugar a dudas, un gran efecto en la economía.
Pero no solo es un asunto del Banco Central. También influye el escenario internacional, que está muy complicado. La guerra en Ucrania, la crisis energética en Europa, la desaceleración de China y Estados Unidos… Todo eso afecta a Chile, que es una economía muy abierta y depende mucho de las exportaciones de materias primas. Si nadie quiere comprar cobre o fruta, Chile se queda sin ingresos.
Y, por si fuera poco, también hay factores internos que generan incertidumbre. En este momento, hay muchos cambios en el ámbito social y político. Y todo eso hace que los inversionistas se pongan nerviosos y frenen el gasto y la inversión.
La economía de Chile depende mucho de la minería y el comercio; durante el primer semestre del año ha sufrido una caída mayor de la esperada. Según el Banco Central, la actividad económica se ha visto reducida. De hecho, algunos expertos creen que Chile está en recesión técnica.
La principal razón de este mal desempeño es la baja producción de cobre, que representa el 90% del producto interno bruto minero. El cobre es el principal producto de exportación de Chile y su precio influye mucho en la economía. Además, algunos problemas técnicos en algunas minas han afectado la extracción del mineral.
Otro factor que ha influido en la caída de la economía es el mercado laboral, que ha mostrado un aumento del desempleo. Lo que implica que hay menos personas trabajando y consumiendo.
Debido a esta contracción, el Banco Central ha determinado que la economía chilena necesita más estímulos para salir de la recesión y ha recortado la tasa de interés para incentivar el crédito y el gasto.
La inflación y la deflación son como dos extremos de una cuerda que tiran de la economía. Si la cuerda se estira demasiado, se rompe. Si se afloja demasiado, se enreda. Lo ideal es mantener un equilibrio entre la oferta y la demanda de dinero, que refleje el nivel de producción de bienes y servicios.
¿Qué pasa si hay inflación? Significa que hay más dinero circulando que lo que se necesita para comprar lo que se produce. El dinero pierde valor y los precios suben. Esto desincentiva el ahorro y la inversión, y estimula el consumo y el endeudamiento. La economía se sobrecalienta y puede entrar en crisis.
¿Qué pasa si hay deflación? Significa que hay menos dinero circulando que lo que se necesita para comprar lo que se produce. El dinero gana valor y los precios bajan. Esto desincentiva el consumo y el endeudamiento, y estimula el ahorro. La economía se enfría y puede entrar en recesión.
¿Qué hacer para evitar estos problemas? El Banco Central es el encargado de regular la cantidad de dinero en la economía, mediante el control de los costos del crédito. Su objetivo es mantener una tasa de inflación baja y estable, que no afecte negativamente a la actividad económica.
¿Qué pasa con las monedas muy duras? Estas monedas pueden ser beneficiosas para las economías que las usan, ya que facilitan el comercio exterior y reducen el riesgo cambiario. Sin embargo, también pueden ser perjudiciales, si no se ajustan a las condiciones internas de cada país. Una moneda demasiado dura puede provocar deflación, al encarecer las exportaciones y abaratar las importaciones. Una moneda demasiado suave puede provocar inflación, al abaratar las exportaciones y encarecer las importaciones.
Por eso, no hay una moneda perfecta para todas las economías. Lo importante es buscar un equilibrio entre la estabilidad monetaria y la competitividad productiva. Sin embargo, sin lugar a dudas, eso no es muy fácil de lograr.
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