¿Qué nos dice la FED sobre la crisis? ¿Hiperinflación en camino?
La inflación es el monstruo en closet de todo bitcoiner. Es por eso que en los círculos criptos no hay peor pecado que la impresión de dinero. Los escarabajos del oro tienen muchas décadas resentidos con los bancos centrales. Según ellos, con oro se vive mejor. Los bitcoiners tomaron la antorcha del relevo, copiaron y pegaron el discurso. Changpeng “CZ” Zhao, el CEO de Binance, por ejemplo, predijo recientemente “hiperinflación” para el año 2020 en un tuit. Es decir, pronto los precios de las cosas subirán mensualmente más de un 50%. Claro que eso es si nos apegamos a la definición más técnica del término “hiperinflación”. Sin embargo, escuchamos a Jerome Powell, de la Reserva Federal de los EEUU (la FED), en sus últimas ruedas de prensa y él reconoce con preocupación que este año la deflación seguramente nos impedirá alcanzar la deseada meta de inflación del 2% anual. ¿Qué rayos? ¿Por qué tanta diferencia entre estas dos predicciones?
Jerome Powell ha reiterado el compromiso de la FED de utilizar todas las herramientas a su alcance para estimular la demanda. En unas declaraciones sumamente sobrias, Powell predice un largo e incierto camino por delante. La prioridad es el mercado laboral. Millones de personas han perdido sus puestos de trabajo y la FED pretende impulsar la creación de nuevos puestos de trabajo mediante la expansión monetaria. Sabiamente, Powell ha reiterado que estamos ante una crisis atípica y lo mejor es esperar datos precisos para la toma de decisiones y no utilizar modelos del pasado. Ciertamente, la prensa ha comparado esta crisis a la Gran Depresión de los años 1930s, pero Powell se ha distanciado de dicha comparación.
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Resulta curioso que en su última rueda de prensa Powell en reiteradas ocasiones expresó su preocupación por la deflación y, pese a los generosos estímulos de la FED, veía difícil poder alcanzar la meta de 2% de inflación para este año. Es decir, el gran enemigo en estos momentos es la caída de los precios, no su aumento. Los negocios están despidiendo personal precisamente por eso. La baja demanda genera deflación y la deflación es terrible para la economía. La FED debe intervenir con estímulos para reanimar la demanda. Durante la última década, la inflación siempre se ha mantenido en niveles muy bajos. Pero la crisis ha llevado eso a otro nivel. Donald Trump, como de costumbre, criticó a Powell de ser demasiado conservador. Trump pide más agresividad, pero Powell ha logrado conservar su independencia.
Por supuesto que los escarabajos del oro, los seguidores del economista austriaco Friedrich Hayek y (muchos) bitcoiners, han expresado su indignación y rechazo ante estos estímulos de la FED. Algunos están hablando, como en el caso de CZ, de un cuadro hiperinflacionario. Ahora bien, ¿qué rayos está pasando? El mundo preocupado por la deflación, los precios por el suelo, y el desempleo en un nivel terriblemente alarmante, y ¿los bitcoiners ven inflación? ¿De dónde están sacando estos datos? Ninguna institución importante en el mundo ha reportado o estimado hiperinflación en ningún país desarrollado para este año. ¿Qué pasa?
Yo asumo que CZ no está hablando totalmente en serio aquí y, obviamente, que está usado el término “hiperinflación” con licencia poética. Cuando escribe “hiperinflación” en realidad está insinuando un escenario de mucha inflación o liquidez. Y cuando dice eso de pronto se está refiriendo a la emisión. Dándole el beneficio de la duda a CZ, pienso que lo que en realidad quiere decir es que no está de acuerdo con la gran emisión de moneda por parte de los bancos centrales porque eso debilita el valor de la moneda. De hecho, es muy común que los bitcoiners intercambien los términos “emisión” e “inflación” como sinónimos. Por ejemplo, “Después del halving, la inflación de Bitcoin será menor que la del dólar o el oro”. Estos titulares no son raros de ver en la esfera cripto. Sin embargo, cualquier economista se daría cuenta del error.
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Bueno, es cierto en estos momentos hay mucha emisión de moneda. Powell sugirió que esta crisis es diferente a la Gran Depresión en parte porque en esta oportunidad la respuesta de los bancos centrales sí fue rápida, contundente y oportuna. Entonces, tenemos mucha emisión, pero poca inflación. Si cortamos la emisión de dinero ahora, tendríamos una gran deflación y una crisis muy prolongada. Muchos libertarios no ven esto como algo malo. Piensan que las crisis son necesarias. Sin embargo, actualmente esa posición no cuenta con consenso. La mayoría de la población exige soluciones.
¿Qué proponen estos economistas “libertarios”? La solución es básicamente hacer nada. Cero intervenciones del Gobierno. El mercado se corrige solo. Es decir, la crisis es un dolor necesario para eliminar con fuego a los malos actores depurando así la economía. Si estos economistas fueran médicos, enviarían al enfermo a su casa recetándole ayuno. El método es muy sencillo, pero poco elegante. Hay dos alternativas. El paciente muere o sobrevive. Si sobrevive, será para mejor. Es la solución espartana. O como dice Nietzsche: “Lo que no te mata te hacer más fuerte”.
Claro que estos económicos no son muy populares en las fiestas. Ellos proponen sus grandes ideas, desde la oposición, desde la comodidad de una universidad. Pero he ahí el detalle con esas ideas. Son ideas brillantes en la teoría, pero peligrosísimas en la práctica. Una crisis prolongada genera tensiones sociales. De pronto, las ideas tienen sentido desde el punto de vista económico, pero en la práctica la población no las aceptaría y el conflicto social sería tan grande que los políticos no soportarían la presión. Eso del dolor temporal que defienden los libertarios suena muy bonito, pero me temo que no va a pasar. No es viable en la sociedad actual. En una dictadura militar, tal vez. Pero en la sociedad actual lo dudo mucho. Hacer nada traería las llamas a las calles.
Me parece que por muchos años los libertarios tendrán la razón, pero tendrán que conformarse con esa victoria teórica. La sociedad seguirá pidiendo planes de rescates y medidas especiales a sus gobernantes durante una crisis. Todos somos libertarios en la cima. Pero todos somos keynesianos en el pozo. Incluso, Alan Greenspan, discípulo de Ayn Rand, chico consentido de Ronald Reagan e icono del neoliberalismo por décadas, se cayó en pedazos ante el Congreso durante la crisis del 2008. En esa audiencia histórica, admitió su error de confiar ciegamente en el libre mercado. Ese día todo quedamos boquiabiertos. Sí, al parecer, todos somos keynesianos en las trincheras.
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Aquí no se trata de apoyar una escuela económica determina y rechazar otra. Es inútil entrar en un debate intelectual sobre qué bando tiene la razón. Se trata de leer la situación para poder realizar estimaciones más realistas. De este modo, poder ser mejores inversores.
Si nos guiamos por la predicción de CZ, lo mejor sería comprar comida. La comida siempre es lo primero en subir de precio en un cuadro hiperinflacionario. Por otro lado, si preferimos escuchar los datos de gobiernos y las estimaciones del Banco Mundial, el FMI, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal (FED), de pronto, lo más inteligente es comprar Bitcoin. La deflación baja los precios. Pero los estímulos están diseñados especialmente para subir los precios en los mercados financieros. Entonces, comprar ahora para luego ver los precios subir durante la recuperación no suena una idea tan terrible. Como premio de consolación, al menos vamos a poder llorar sobre la impresión excesiva de dinero encima de una fortuna.