¿Qué esperar de la Fed? Morgan Stanley y Goldman Sachs tienen predicciones distintas
Si eres como la gran mayoría de los que invierten en Bitcoin, tus objetivos son principalmente financieros. Tus gastos son en fiat. Tus deudas son en fiat. Tu salario es en fiat. Y Bitcoin es una oportunidad para crecer financieramente.
El precio de Bitcoin te importa, y te importa mucho. ¿Y cómo se fija el precio de Bitcoin? Por la oferta y la demanda. Eso implica que la cantidad de dólares en circulación es un elemento fundamental para predecir el futuro de la demanda. Y eso, a su vez, quiere decir que no debes ser como el resto que ignora la Fed. Es sumamente importante sopesar las decisiones de la Fed para comprar, vender y pronosticar.
La Fed es la Reserva Federal de Estados Unidos, el banco central más poderoso del mundo. La Fed tiene la capacidad de crear o destruir dinero con solo pulsar un botón. La Fed puede subir o bajar los tipos de interés, estimular o frenar la economía, aumentar o reducir la inflación. La Fed puede influir en el valor del dólar, y, por tanto, en el precio de Bitcoin.
Así que, si quieres ser un inversor inteligente en Bitcoin, no le quites el ojo a la Fed. La Fed puede ser tu mejor amigo o tu peor enemigo. La Fed puede hacer que Bitcoin valga más o menos. La Fed puede hacer que tu sueño se cumpla o se desvanezca. ¿Te parece exagerado? Tal vez sí, tal vez no.
Piensa en esto. ¿Qué es Bitcoin en realidad? Bueno, Bitcoin es un código en una base de datos. Es básicamente una serie de letras y números guardados en la memoria de una red de computadoras descentralizadas. Claro que ese código se puede vender o comprar por dinero fiat. Entonces, Bitcoin es un código que representa valor monetario. Es una tasa. Y esa tasa es en esencia un par. Y como sabemos, un par se compone de dos elementos. Lo que implica que la abundancia o escasez de un elemento del par puede afectar o perjudicar la tasa. En otras palabras, la política monetaria del dólar tiene, nos guste o no, un impacto en el precio de Bitcoin.
Piénsalo bien. En este mundo, se gana dinero vendiendo por encima del precio de compra. Eso nos obliga a comprar o vender basándonos en expectativas. Si somos optimistas, compramos. Si somos pesimistas, vendemos. Entonces, actuamos basados en pronósticos. Y lo más sensato es hacernos una pregunta clave: ¿La demanda mañana será mayor o menor que ahora?
Los inversores minoristas y el dinero tonto no se preocupan mucho por lo que hace o no hace la Fed. Ellos invierten en lo que les gusta, lo que les emociona o lo que les da miedo. No les importa si la inflación sube o baja, si los tipos de interés se mantienen o cambian, o si la economía crece o se contrae. Ellos solo quieren ganar dinero rápido y fácil, o al menos no perderlo todo.
Sin embargo, las grandes capitales sí se preocupan por lo que hace la Fed. Bancos como JP Morgan y Morgan Stanley toman sus decisiones de hoy basado en expectativas de mañana. Sobre todo, lo que piensan que hará la Fed en el futuro. Ellos analizan los datos, las tendencias, los pronósticos y las declaraciones de los miembros de la Fed. Ellos saben que la Fed tiene el poder de influir en el mercado con sus políticas monetarias. Ellos quieren anticiparse a los movimientos de la Fed y aprovechar las oportunidades que se presenten.
Así que, mientras los inversores minoristas y el dinero tonto siguen la corriente, las grandes capitales y el dinero inteligente siguen la Fed.
¿Qué pasa cuando dos gigantes financieros no se ponen de acuerdo sobre el futuro de la economía y la política monetaria? Eso es lo que está pasando entre JPMorgan y Morgan Stanley, dos de los principales estrategas de Wall Street, que tienen visiones opuestas sobre los próximos pasos de la Fed.
El problema es que la Fed no siempre tiene claro qué hacer, y a veces cambia de opinión según cómo le sopla el viento. Además, la Fed no es una sola persona, sino un grupo de personas que pueden tener diferentes puntos de vista y que votan sus decisiones. Así que no es de extrañar que haya confusión y desacuerdo entre los que intentan predecir lo que hará la Fed. Lo que, lamentablemente, aumenta bastante la incertidumbre.
Por un lado, tenemos a JPMorgan, que dice que la Fed va a cambiar su enfoque y a ser más moderada en su endurecimiento monetario. ¿Qué significa eso? Pues que la Fed va a dejar de subir tanto los tipos de interés y de reducir tanto su balance de activos, que son las formas que tiene de quitar dinero del mercado y de enfriar la economía. ¿Por qué dice eso JPMorgan? Pues porque cree que la inflación ha llegado a su punto máximo y que va a empezar a bajar. Y también porque cree que la economía se está debilitando y que el mercado laboral está perdiendo fuerza.
¿Y qué consecuencias tiene eso para el mercado de valores? Esto significa que la Fed no va a ahogar el crecimiento ni a encarecer el crédito, y que las empresas van a seguir ganando dinero.
Por otro lado, tenemos a Morgan Stanley, que dice que la Fed va a seguir con su endurecimiento monetario y a ser más agresiva. ¿Qué significa eso? Pues que la Fed va a seguir subiendo los tipos de interés y reduciendo su balance de activos, que son las formas que tiene de poner dinero en el mercado y de estimular la economía.
¿Por qué dice eso Morgan Stanley? Pues porque cree que la inflación es persistente y que va a seguir subiendo. Y también porque cree que la economía se está recuperando y que el mercado laboral está mejorando. ¿Y qué consecuencias tiene eso para el mercado de valores? Esto significa que la Fed va a frenar el crecimiento y a encarecer el crédito, y que las empresas van a tener más dificultades para ganar dinero.
¿Y quién tiene razón? Nadie lo sabe. El inversor inteligente se prepara para ambos escenarios. Claro que los estrategas de Wall Street, a veces, aciertan y, a veces, se equivocan. Nadie tiene una bola de cristal.
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