¿Qué es DeFi institucional y cómo se pueden beneficiar los bancos?
Las instituciones de servicios financieros y los bancos se han comprometido cada vez más con Web3 desde 2020. Esto también es cierto dentro de las finanzas descentralizadas (DeFi) institucionales, ya que han surgido varios casos de uso potenciales que podrían desencadenar una nueva ola de innovación dentro de estas organizaciones.
DeFi institucional no se refiere a las crecientes inversiones institucionales en protocolos DeFi y aplicaciones descentralizadas (DApps), sino más bien a las grandes instituciones que utilizan protocolos DeFi para tokenizar activos del mundo real con cumplimiento normativo y controles a nivel institucional para la protección del consumidor. Una pregunta habitual que surge es ¿Qué ventajas ofrece DeFi además de la banca digital?
No hace mucho, la banca era un esfuerzo físico en el que las transacciones se realizaban en papel y las interacciones tenían lugar a través de una red de bancos. La digitalización aumentó la eficiencia automatizando los servicios y reduciendo la carga de las sucursales bancarias. La innovación impulsada por las fintech permitió interacciones fluidas con los clientes con muy pocos puntos de contacto físicos.
La digitalización de los bancos seguía significando que la información estaba distribuida, lo que generaba gastos generales de conciliación. Aunque las transacciones se ejecutaban a través de redes digitales, la contabilidad aún tenía que realizarse por separado. DeFi llevaría la ejecución de las transacciones y la contabilidad a la misma red. Ésa es la ventaja de DeFi frente a la simple digitalización.
Si bien los bancos comprenden las oportunidades que se avecinan con DeFi institucional, hay varios obstáculos que superar antes de que se puedan obtener beneficios a escala.
Solo en 2019, los bancos gastaron más de USD 270,000 millones al año para cumplir las obligaciones normativas de ofrecer servicios financieros convencionales. Los bancos y las empresas de servicios financieros deben colaborar con los reguladores y tendrán que obtener varios controles para aprovechar DeFi institucional.
Cumplimiento de la normativa para el DeFi institucional
Los bancos se someten a altos niveles de rigor antes de ofrecer sus productos y servicios a los consumidores. Se comprueba su viabilidad a través de escenarios de estrés, pero lo más importante es que también se comprueba su conducta. Por ejemplo, si las tasas de interés son muy altas, los productos de préstamo se examinan para detectar posibles ventas indebidas a los clientes.
En el mundo DeFi actual, hay productos que no superarían el grado habitual de diligencia debida de los bancos. Varias plataformas DeFi ofrecen rendimientos porcentuales anuales de tres y cuatro dígitos a sus proveedores de liquidez, algo inaudito en los servicios financieros convencionales.
El mundo DeFi también adolece de falta de gobierno corporativo. El mundo tokenizado cede la gobernanza a sus holders de tokens. Aunque la mayoría de los ecosistemas DeFi tienen un alto grado de centralización a través de la propiedad desigual de los tokens, a menudo carecen de suficiente gobierno corporativo.
La otra área clave de atención para el cumplimiento normativo es cuando los productos se lanzan on-chain. En el entorno actual, la emisión de un bono pasa por aprobaciones regulatorias dependiendo de la estructura del bono. Pero si la emisión de bonos se hace en DeFi, no hay un marco regulador en el que basarse o que controle el proceso.
Los bancos deben trabajar entre sí y con los reguladores para impulsar la innovación de productos y los marcos regulatorios en torno a los productos institucionales nativos de DeFi.
Marco jurídico de los contratos inteligentes
Los contratos inteligentes son un aspecto fundamental de DeFi. Ofrecen la posibilidad de activar y liquidar transacciones mediante programación. Sin embargo, siguen siendo una tecnología incipiente, y la aplicabilidad jurídica de una transacción desencadenada por un contrato inteligente no está clara en muchas jurisdicciones y situaciones.
Existen algunas directrices de diversos organismos reguladores y jurídicos de todo el mundo. Por ejemplo, el estado de Nevada, en Estados Unidos, ha hecho que los contratos inteligentes sean legalmente exigibles, pero es necesario que exista un marco jurídico más amplio que los Estados nación suscriban para que los servicios financieros que dependen del dinero programable puedan tener bases jurídicas sólidas.
Privacidad de datos
Las aplicaciones DeFi no solo se han enorgullecido de la transparencia de las transacciones on-chain, sino que también han confiado en ella. El ecosistema en general ha utilizado esta característica con eficacia para comprender los comportamientos del mercado. Por ejemplo, las aplicaciones siguen regularmente la actividad de las ballenas para evaluar el sentimiento del mercado.
Modelos como la creación automatizada de mercado (AMM) han surgido dentro de DeFi gracias a la transparencia on-chain. Los protocolos DeFi son capaces de calcular los precios de los activos basándose en datos de oferta y demanda en tiempo real. DeFi institucional pretende inspirarse en estos modelos.
Sin embargo, los participantes en los mercados de capitales convencionales confían en la privacidad de las transacciones. Los intermediarios han actuado como representantes de las instituciones que desean colocar grandes órdenes en el mercado. Aunque el mercado ve cómo se realizan las grandes transacciones, no puede descubrir la institución que está detrás de la operación.
DeFi institucional tendría que encontrar un buen término medio entre el mundo transparente de DeFi y los mercados de capitales tradicionales que se intermedian para crear privacidad. En el pasado, los bancos han probado la DeFi utilizando blockchains autorizadas que solo permitían a determinados participantes utilizar la cadena.
En los últimos tiempos, sin embargo, los participantes institucionales se han mostrado más abiertos a probar blockchains sin permisos, como la colaboración de JPMorgan con Polygon. Sin embargo, queda por ver cómo conseguirán el nivel necesario de privacidad de las transacciones al tiempo que proporcionan a los algoritmos de información on-chain para que la AMM se produzca de forma eficaz.
Controles AML/KYC
Por último, pero no por ello menos importante, los bancos y las empresas de servicios financieros dependen de sólidos controles contra el blanqueo de dinero (AML) y de conocimiento del cliente (KYC). Entre el 10% y el 15% de la plantilla de los bancos vela por que las normas de cumplimiento y riesgo puedan satisfacer el rigor normativo.
En el otro lado del espectro, un reciente informe de Chainalysis destacaba que, a principios de 2022, casi USD 10,000 millones en criptomonedas estaban en manos de direcciones ilícitas. Según el informe, en 2021 los ciberdelincuentes blanquearon criptomonedas por valor de casi USD 8,600 millones.
Una vez más, es necesario identificar un término medio en el que los participantes institucionales de DeFi se identifiquen a través de sólidos procesos de KYC. Para utilizar los servicios DeFi ofrecidos por las instituciones, los usuarios también deben adherirse a los controles AML y a los análisis on-chain exigidos por las instituciones.
Otras consideraciones
Esta no es una lista exhaustiva de las capacidades que deben tener las entidades para explorar DeFi con eficacia. Hay otros aspectos, como la armonización de las normas entre bancos, jurisdicciones y clases de activos. El sector DeFi institucional solo puede funcionar si muchas instituciones se sientan a la mesa de forma planificada.
Deberían existir billeteras de autocustodia con muy poca fricción. Para que la tecnología DeFi institucional se generalice, la experiencia del usuario debe ser fluida. Las billeteras como ZenGo ya incorporan usuarios sin necesidad de utilizar claves privadas. Esta debería ser la norma para que el DeFi institucional se generalice.
Debe existir interoperabilidad dentro y fuera de la cadena, ya que la incorporación de las instituciones a la infraestructura bancaria mundial podría llevar décadas. Los bancos también deben estar abiertos al diálogo cuando utilicen diferentes cadenas y tecnologías criptográficas que deban comunicarse entre sí para lograr una infraestructura de mercado integrada.
Las próximas dos décadas van a ser fascinantes a medida que los mercados de capitales controlados, regulados e intermediados busquen aprovechar el “salvaje oeste” de DeFi. La forma en que los bancos y las instituciones financieras trabajen juntos y con los reguladores a escala mundial decidirá si la DeFi institucional puede ser el utópico término medio que reúna lo mejor de ambos mundos.
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