¿Puede el precio de Bitcoin llegar a USD 100.000 para este año?
Reconozco los riesgos de hacer predicciones. Porque nadie conoce el futuro. Los mercados son impredecibles. Sin embargo, podemos estudiar las probabilidades. Son dos cosas muy diferentes. La probabilidad considera las tendencias, los patrones, y las correlaciones. La predicción es más pensamiento ilusorio, superstición y charlatanería. La diferencia radica en cómo llegamos a la conclusión y en el nivel de certeza. La probabilidad se proyecta con reservas y dudas. La predicción afirma con fe ciega y absoluta. No hay absolutos en la probabilidad. 100.000 dólares: cifra redonda y altamente sonora. ¿Es probable para Bitcoin alcanzar esa cifra este año?
En primer lugar, no uso el modelo stock/flow para hacer mis proyecciones porque lo considero un modelo sumamente incompleto. Su sencillez es extrema. Su efectividad es cuestionable. Y su popularidad es sospechosa. No toma en cuenta la demanda, por ejemplo. Increíble, pero cierto. No estudia la situación macroeconómica del momento. No estudia la política fiscal y monetaria de las principales economías del mundo. No considera la debilidad o fortaleza del dólar, yen, yuan o euro. Y no toma en cuenta los sentimientos de los inversores. Lo único que hacer es sobrestimar la importancia de la escasez para determinar el valor de un activo.
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En mi (no tan humilde) opinión, el modelo stock/flow es popular por dos razones. Primero, es un modelo construido desde el pensamiento económico libetario. Los libertarios, a diferencia del consenso, ven la deflación como algo sumamente positivo. Y la teoría del valor marginal se encuentra entre los planteamientos más emblemáticos de esta escuela en particular. Segundo, es el modelo por defecto de la comunidad cripto y el más utilizado por los criptolibertarios más conocidos. Me refiero a desarrolladores, criptoinversores tempranos e influencers de la vieja guardia. Irónicamente, no es un modelo muy popular entre economistas, administradores de fondos, ni banqueros con experiencia en mercados financieros. O sea, el modelo no cala en Wall Street.
La fe en este modelo es tal que cuando falla se considera una oportunidad de compra. Es decir, no es el modelo el que falla. Es el mercado. Lo curioso es que los modelos se construyen con los datos que genera el mercado. O sea, de abajo para arriba. Porque los modelos, en su esencia, son descriptivos. Este modelo en particular no describe. Prescribe. El modelo está por encima de los resultados. El modelo nunca se equivoca. Es el precio el que se equivoca. Lo que obviamente es una gran contradicción para un modelo de predicción del precio. Esto solo se puede explicar de una manera: El sesgo ideológico es en gran parte el responsable del carácter sagrado que disfruta el modelo stock/flow en algunos círculos.
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Claro que no hay modelo perfecto. Todos los modelos se equivocan. El único modelo falso es el que pretende ser sagrado. Ahora bien, el modelo stock/flow es útil si se usa de manera combinada. En otras palabras, el suministro es importante, pero la demanda también. No se trata de colocar el suministro como lo supremo. Se trata de valorar al suministro en su justa medida en combinación con las demás variables. El suministro, la confianza, el sentimiento, la regulación, la infraestructura, el peso psicológico de las resistencias, la tolerancia al riesgo, los promedios, la liquidez del dólar, la política monetaria, la política fiscal, el crecimiento demográfico, el dominio del sector tecnológico, y los datos macroeconómicos son variables muy importantes en el universo de complejidad que determina el precio de Bitcoin. Pretender que únicamente el suministro es lo importante es un gran reduccionismo.
En este preciso momento, estamos experimentando una rotación en los mercados. El sector “valor” se vio muy perjudicado durante lo peor de la pandemia. Al igual que el sector servicios. Me refiero a hotelería, entretenimiento, turismo, viajes, restaurantes, cine, aerolíneas, automóviles, energía, etc. Este sector, que para efectos de este artículo llamaremos “valor”, está experimentado un auge. Se ha beneficiado bastante del retorno a la normalidad y de las preocupaciones en torno a la inflación. Entonces, cada vez que la inflación se convierte en un tema, los inversores colocan su dinero en este sector.
En el otro lado de esta rotación, tenemos al sector denominado “growth”. Ese sector se encuentra estrechamente relacionado a la innovación. Big Tech, Startups, AI, automatización, energías renovables, cripto, fintech, etc. Al igual que los bienes de consumo como dispositivos electrónicos, laptops, tablets, teléfonos inteligentes. Este sector se benefició bastante durante las primeras inyecciones de liquidez de la Reserva Federal en el contexto de la recuperación, pero sufrió un poco durante el segundo trimestre del año debido al auge del sector valor. Este sector tiende a aumentar cuando las preocupaciones en torno a la inflación se disipan.
En un clima conservador, generado por un posible sobrecalentamiento de la economía, los inversores buscarán refugio en el sector defensivo y valor, alejándose del sector growth. Esperando un recorte de liquidez por parte de la Reserva, los inversores muy probablemente buscarán un refugio en el sector valor. Después de todo, la mejor manera de combatir la inflación es invertir en activos productivos. El sector valor, el dólar, los bonos corporativos, y los bonos soberanos serán los principales beneficiados en el contexto de un recorte de moneda.
Ahora bien, en un clima menos conservador, el inversor seguramente incrementará su tolerancia al riesgo y querrá invertir en el sector growth. Esto será posible con un incremento en la producción. Es decir, si se solventan pronto las fallas de producción y distribución, generadas por la crisis, la inflación se moderará. Claro que nadie espera una inflación por debajo del 2%. Con moderación, me refiero a una inflación por debajo del 3-4%. Si esto ocurre, el sector growth se beneficiará enormemente.
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En este momento, hay dos tipos de inversores. el bando de los que piensan que la inflación es permanente y se están alejando del sector growth. Y el bando de los que piensan que la inflación se moderará, porque tendremos, más temprano que tarde, un incremento en la producción. En otras palabras, la crisis logística se solventará en los próximos meses. Lo que implica que la Reserva no tendrá que recortar tan pronto. En las últimas semanas, el bando “growth” ha estado ganando espacios.
Si este optimismo se mantiene, en un par de meses, Bitcoin podría estar rompiendo el máximo histórico de los $63K por unidad. Uno podría suponer que el último trimestre será el mejor de este año por tendencia histórica y porque será el periodo más “normal” desde el inicio de la pandemia. Si nos guiamos por los incrementos durante el último trimestre del año pasado, no sería descabellado asumir que $100K para Bitcoin es posible. De hecho, no es solo posible. Es probable.
Este artículo no contiene consejos ni recomendaciones de inversión. Cada movimiento de inversión y negociación implica un riesgo, los lectores deben realizar su propia investigación al tomar una decisión.
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