¿Por qué se dice que Bitcoin es un “desastre energético”?
Bitcoin parece, para muchos, la criptomoneda de un futuro basado en la criptografía. Desde sus inicios ha tenido detractores y entusiastas pero con los años parece estar creciendo el interés institucional por regularizar este activo digital que no se ha revalorizado notablemente desde su valuación inicial. Sin embargo, este activo no tiene por qué formar parte de este futuro ni reunir todas las ventajas necesarias para poder ser mantenida frente a sus desventajas. En este artículo analizamos algunas de las desventajas de Bitcoin en relación con el medio ambiente.
Toda forma de desarrollo va acompañada de ciertas desventajas: bitcoin, por supuesto, no es la excepción a la norma. Su límite de operaciones por segundo es una de las ya bien conocidas, y no podemos descartar que con su uso y explotación otras vayan saliendo a la luz. Sin embargo, el también ya demostrado ingente consumo de energía que supone mantener sus granjas de minado amenaza la sostenibilidad futura de la moneda en la era del calentamiento global y la alarma energética.
Conocer el consumo de energía que supone el mantenimiento de la moneda no es sencillo, pero ante la conciencia del alto gasto energético que supone, muchos se han lanzado a la tarea de calcularlo. En este aspecto, la web Digiconomist publica regularmente estadísticas de consumo, y muchos análisis toman sus índices como referencia. No obstante, este “índice de consumo de energía Bitcoin” carece de una base exacta en sus cifras de consumo.
Para entender esto y a modo de ejemplos, sus cálculos se basan en una media de inversión por parte de los mineros del 60% de sus ingresos en costes operacionales, e incluso toman un precio del kWh estandarizado. Sin una base verdaderamente empírica, estas estimaciones han de tomarse, por el contrario, como una mera aproximación. No obstante nos permite saber que el ecosistema bitcoin consume mucha energía, si bien carece de sentido pretender una precisión extrema, su orden de magnitud lo deja más que claro.
Por otra parte, no se tienen claras las cifras de consumo de la red bancaria mundial o de los sistemas financieros que usamos a diario cuando procesamos pagos de forma digital con fiat ya que mucha de esta información permanece privada por razones diversas. Las empresas aluden a motivos de seguridad para no publicar en muchos casos la información detallada de sus centros de servidores y detalles de consumo energético.
En cualquier caso, se estima que el sistema de bancos debe consumir alrededor de 800 MWh pero si contabilizamos la red de cajeros las cifras se disparan a incluso los 100 TWh. En contraste, la red de bitcoin de 550,000 TH/s consume del orden de 30 TWh y se espera que la cifra se reduzca con optimizaciones de la red y de los ASIC. Sin embargo, las estimaciones sobre la red bancaria mundial o la red de cajeros podría quedarse corta ya que estos sistemas no dejan de expandirse en todo el mundo. Por lo tanto, ¿está realmente justificada la discusión sobre el impacto ambiental de Bitcoin?
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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