¿Por qué los precios del petróleo podrían seguir subiendo?
Los altos costos de la energía se relacionan directamente con las presiones inflacionarias actuales. La lucha contra la inflación se relaciona muy de cerca con la política monetaria de los bancos centrales. Y estas políticas monetarias están estrechamente unidas a las valoraciones en los mercados financieros. Esto afecta, por supuesto, a los precios de los activos de riesgo como Bitcoin. O sea, el precio del petróleo es determinante. Para la economía y para los mercados. Y, para entender los vaivenes del precio del petróleo, debemos realizar un análisis de su demanda y su suministro.
Los precios del petróleo han bajado de manera continua en los últimos meses después de alcanzar un máximo en junio. Esta caída se la podríamos atribuir a una reducción de la demanda debido a la desaceleración económica causada por las subidas de los costos del crédito por parte de los bancos centrales. Sí, los precios han bajado últimamente. Pero eso no quiere decir que seguirán bajando para siempre.
La OPEP+, la Organización de Países Exportadores de Petróleo con otros incluidos han decidido recortar la producción en 2 millones de barriles diarios para intentar subir los precios del crudo. Debemos recordar que la OPEP es un cartel. El grupo cuenta con el liderazgo de Arabia Saudita e incluye 12 países más. El signo (+) en OPEP+ hace referencia a los países que no forman parte del grupo original, pero (últimamente) participan en los planes colectivos del cartel. En este (+), tenemos a Rusia. El objetivo de esta cofradía es conspirar para fijar los precios del petróleo mediante el control y regulación del suministro.
Antes de la pandemia, el grupo estaba bastante fragmentado. Es decir, las cuotas no se estaban respetando al pie de la letra. Los países, con la capacidad de producir más, producían más. Y todos estaban operando como agentes libres. Este “caos” incrementó el suministro y bajó los precios. Esta configuración funcionó bastante para los productores más eficientes como Arabia Saudita y Rusia. Pero no funcionó de la misma manera para los productores más ineficientes como Venezuela.
Claro que, con el colapso de la demanda durante la pandemia, se creó una gran presión para frenar la producción. Ahora, durante la recuperación pospademia y durante la antesala de una posible recesión mundial, el cartel ha retornado a sus viejas prácticas de limitar el suministro para subir los precios.
En estos momentos, los países que conforman la OPEP producen alrededor del 30% del crudo mundial. Arabia Saudita se destaca como el mayor productor de petróleo individual dentro del grupo con una producción mayor a los 10 millones de barriles por día. Claro que, a partir del 2016, tenemos a la OPEP+. Entonces, hay que mencionar a Rusia ( que también produce más de 10 millones de barriles por día) como parte de esta ampliación. Todos estos países juntos producen alrededor del 40% del crudo mundial.
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En agosto, los miembros de la OPEP+ acordaron reducir la producción en dos millones de barriles por día a menos de 42 millones de barriles. El recorte entrará en vigor a partir de este noviembre y representa alrededor del 2% por ciento del suministro mundial de petróleo. El recorte como tal no es gran cosa. De hecho, debemos tomar en cuenta que muchos países no han estado cumpliendo sus cuotas. O sea, en la práctica, ese recorte no es tan significativo. En la mayoría de los casos, esta reducción en el suministro se debe a la incapacidad productiva de algunos miembros.
Sin embargo, aquí lo preocupante es esta nueva actitud de la OPEP+. O sea, el cartel está cerrando filas y está retornando a su antiguo vigor. Y esta renovada fortaleza de la OPEP+, unida a los problemas estructurales de la producción petrolera, generan presiones alcistas para el precio del petróleo. Esto quiere decir que esta historia aún no ha terminado. O, dicho de otro manera, las condiciones están dadas para que los precios sigan subiendo. Cierto que la desaceleración económica puede causar una caída de los precios debido a una reducción de la demanda. Sin embargo, esta caída por demanda se podría neutralizar con mayores reducciones del suministro por parte de la OPEP+.
El presidente estadounidense Joe Biden realizó (no hace mucho) una visita oficial al Reino de Arabia Saudita. Esta visita giró, por supuesto, en torno a la producción de petróleo. Entre fotos, sonrisas y otras cordialidades, todo (en apariencia) salió de maravilla. Los anfitriones dieron a entender que bailarían al ritmo de Biden. Sin embargo, el desarrollo de los hechos demuestran lo contrario. Este viraje a última hora hacia un recorte de la producción en lugar de un incremento, en el fondo, es una puñalada en la espada para Joe Biden. Ahora, en retrospectiva, Biden, durante esa visita, jugó el papel de payaso.
No hay que ser un genio para saber que la OPEP+, para efectos de sus decisiones, no están tomando en consideración los intereses, las circunstancias o el sentir de los principales importadores del petróleo. Es decir, en este caso, al proveedor le importa tres pepinos los problemas del consumidor. Estados Unidos, Europa, China e India son los compradores de petróleo más grandes. Pero la OPEP+ lucha por los intereses de la OPEP+.
Claro que la producción de petróleo no es simplemente soplar y hacer botellas. Ya van muchos años de desinversión y esto ha prejudicado la capacidad productiva. La exploración ha mermado. La producción ha mermado. Y el número de refinerías no ha crecido. En términos generales, la infraestructura no ha ido al ritmo de los tiempos. En otras palabras, hay límites físicas y estructurales para aumentar la producción. No es solo un asunto geopolítico. No es solo un asunto de artimañas por parte de la OPEP+. También hay un tema de capacidad productiva debido a los muchos años de desinversión.
Esto de subir los precios reduciendo el suministro podría resultar rentable en el corto y mediano plazo para los productores. Sin embargo, a largo plazo, esto podría resultar contraproducente. Porque la inflación energética incrementa la necesidad de la energía alternativa y acelera la inversión en este sector. Es decir, la OPEP+, en el fondo, está aniquilando lentamente su propia mercado.
¿Qué significa esto para los inversores de criptomonedas? Significa que todavía es muy pronto para cantar victoria en la lucha contra la inflación. Significa que todavía es muy difícil anticipar un giro en la política monetaria de las autoridades monetarias. Significa que todavía habrá mucha volatilidad e incertidumbre para los activos de renta variable. Y, naturalmente, serán tiempos muy complejos para los activos de riesgo.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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