Pagos transfronterizos con criptomonedas, explicado
Es más barato y rápido… y también puede ayudar a controlar el lavado de dinero.
Hay mucho entusiasmo en torno a cómo las criptomonedas podrían transformar los pagos transfronterizos tal y como los conocemos – haciendo remesas, mediante las cuales los trabajadores en países extranjeros envían fondos a sus seres queridos en su país, de una forma mucho más barata.
En la actualidad, el Banco Mundial estima que las remesas enviadas a través de los canales fiat resultan en tasas promedio de 6,75%. Para alguien con un ingreso limitado, esto puede quitarle una parte importante de sus ganancias. Aunque esto es menos que el 9,67% cobrado en 2009, todavía queda mucho camino por recorrer. A principios de la década de 2010, el G8 y el G20 establecieron el objetivo de reducir los costos de las remesas al 5%, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas también fijaron un objetivo del 3% para 2030.
Las criptomonedas podrían ayudar a que estos objetivos se alcancen mucho más rápido. Según las cifras de Deloitte, blockchain tiene el potencial de reducir los costos de transacción en un 40% a 80%. Pero las ventajas no terminan aquí. Actualmente, puede tomar de tres a cinco días hábiles para que los fondos se liquiden a través de las redes de cableado antiguas – no es lo ideal para alguien que necesita dinero de manera urgente. Pero en ciertas redes blockchain, es posible que los pagos se confirmen en segundos.
Las ventajas no terminan aquí. Como señala Deloitte, las transacciones blockchain pueden ser una gran fuente de datos – lo que significa que los metadatos pueden ser transmitidos de un extremo a otro. Todo esto puede ayudar a frenar el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, dos áreas de preocupación para los reguladores. Muchas plataformas de criptomonedas introdujeron los protocolos de “conozca a su cliente” (KYC) con el fin de verificar a los usuarios también.
Un beneficio crucial que las criptomonedas pueden ofrecer es desbloquear el acceso a los servicios financieros para las personas no bancarizadas. Las investigaciones sugieren que el 80% de los consumidores del África subsahariana entran en esta categoría, y en todo el mundo, un total de 1.700 millones de personas no tienen una cuenta bancaria. Puede haber una multitud de razones para ello. Las instituciones financieras quizás no operen en su área geográfica, estos servicios podrían ser demasiado costosos, o los consumidores podrían sentir desconfianza.