¿Necesitamos soluciones de segunda capa para escalar y mejorar la red Bitcoin?
Los códigos son creación humana. Toda tecnología por muy buena que parezca es una creación humana. Hecha por humanos para humanos. Esto implica que no hay tecnología perfecta. Solo hay tecnología que se puede mejorar y mejorar con el tiempo. En otras palabras, el código de Bitcoin está muy lejos de ser perfecto. Satoshi Nakamoto no era un ser sobrenatural. Bitcoin no es perfecto. Y, obviamente, requiere mejoras. La creación de Satoshi significó un avance, pero puede mejorar.
Los códigos son como las personas: tienen sus virtudes y sus defectos, sus fortalezas y sus debilidades, sus oportunidades y sus amenazas. Y eso es lo que los hace interesantes y desafiantes.
Ahora bien, no debemos idolatrar ni demonizar a los códigos. Debemos entenderlos, analizarlos, criticarlos, mejorarlos. Debemos usarlos con responsabilidad, ética y creatividad. Debemos aprovechar sus beneficios y evitar sus riesgos. Debemos ser conscientes de que los códigos son herramientas, no fines en sí mismos.
Claro que un sistema codificado es una empresa social. Supongamos que creamos un idioma que nadie entienda solo nosotros. Eso no serviría de mucho. Sería un experimento curioso. Pero sería un idioma bastante inútil. O sea, este código debe ser reconocido por los demás. El código une y el código separa. Y para cambiar el código y mejorarlo el código debe haber apoyo de sus usuarios.
¿Te imaginas si el código fuera un proyecto individual? Sería como hablar en clave con tus amigos, pero sin que nadie más te escuche. Sería muy divertido, pero también muy limitado. No podrías comunicarte con otras personas, ni compartir tus ideas, ni aprender de los demás. El código sería una cárcel, no una ventana.
No debemos aislarnos ni apegarnos a los códigos. Debemos compartirlos, difundirlos, colaborar con ellos. Debemos usarlos con apertura, respeto y solidaridad. Debemos aprovechar su diversidad y su riqueza. Debemos ser conscientes de que los códigos son medios, no fines en sí mismos.
Imaginemos por un momento que nosotros como individuos decidimos reformar el idioma español de manera unilateral. Y comenzamos a hablar de esta manera. O sea, no reconocemos la autoridad de la Real Academia Española y nos autoproclamamos el líder supremo del español del futuro. ¿Qué opinaría la Real Academia Española de nuestro proyecto?
Claro que también podríamos crear un idioma artificial como Esperanto e invitar a los demás que se unan a nuestro proyecto. Pero tendríamos que vender la idea a los demás. Entonces, podríamos hablar nuestra lengua natal y al mismo tiempo aprender ese nuevo lenguaje artificial. Digamos que se trata de una solución de segunda capa.
¿Y si el idioma fuera algo personal e inmutable? Sería como hablar en un dialecto propio, pero sin que nadie más te entienda. Sería muy original, pero también muy confuso. No podrías comunicarte con otras personas, ni expresar tus emociones, ni disfrutar de la literatura. El idioma sería un obstáculo, no un puente.
Bitcoin es una criptomoneda descentralizada que funciona mediante un protocolo basado en la tecnología blockchain. El protocolo de Bitcoin es el conjunto de reglas que definen cómo se crean, validan y transmiten las transacciones de Bitcoin. El protocolo es el código de Bitcoin.
Ahora bien, ¿se puede cambiar el código? La respuesta es sí, pero no es fácil. Para cambiar el código Bitcoin se necesita el consenso de la mayoría de los nodos que forman la red. Los nodos son los ordenadores que ejecutan el software y almacenan una copia del registro de transacciones llamado cadena de bloques. Los nodos se comunican entre sí para verificar que todos siguen las mismas reglas y que nadie intenta hacer trampa.
Para cambiar el código se puede proponer una actualización del software llamada bifurcación o fork. Una bifurcación puede ser suave o dura. Una bifurcación suave es una actualización compatible con el código anterior, es decir, que los nodos que no se actualicen pueden seguir participando en la red. Una bifurcación dura es una actualización incompatible con el código anterior, es decir, que los nodos que no se actualicen quedan excluidos de la red.
¿Por qué alguien querría cambiar el código? Hay varias razones, pero una de las más importantes es mejorar la escalabilidad. La escalabilidad se refiere a la capacidad de procesar más transacciones por unidad de tiempo. Bitcoin tiene un problema de escalabilidad porque cada bloque tiene un tamaño limitado de 1 MB y se genera uno cada 10 minutos. Esto significa que la red solo puede procesar unas 7 transacciones por segundo, lo que es muy poco comparado con otros sistemas de pago como Visa o PayPal.
¿Cómo se puede mejorar la escalabilidad? Una opción es aumentar el tamaño o la frecuencia de los bloques, pero esto requiere una bifurcación dura y puede tener efectos negativos como aumentar la centralización o reducir la seguridad.
Otra opción es usar soluciones de segunda capa, que son sistemas que funcionan sobre la capa base de Bitcoin y permiten realizar transacciones más rápidas y baratas sin afectar al protocolo.
Un ejemplo de solución de segunda capa es la red Lightning, que consiste en crear canales de pago entre dos o más usuarios que pueden intercambiar bitcoins sin tener que registrar cada transacción en la cadena de bloques. Solo se registra la apertura y el cierre del canal, lo que reduce la congestión y las comisiones. La red Lightning usa contratos inteligentes para garantizar que las transacciones sean seguras y justas.
Ahora, las soluciones de segunda capa tienen ventajas y desventajas. Entre las ventajas están: aumentar la velocidad y el volumen de las transacciones, reducir las comisiones y los tiempos de espera, mejorar la privacidad y la interoperabilidad con otras criptomonedas.
Entre las desventajas están: aumentar la complejidad técnica y los riesgos operativos, reducir la descentralización y la confianza en el protocolo base, depender de la liquidez y la conectividad entre los nodos.
En conclusión, cambiar el código es posible pero difícil, por lo que las soluciones de segunda capa son una alternativa para mejorar la escalabilidad sin modificar el protocolo. Sin embargo, estas soluciones también tienen sus pros y sus contras, por lo que hay que usarlas con precaución y criterio. En otras palabras, el código Bitcoin es evolutivo. Como nosotros.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
Te puede interesar:
Las inversiones en criptoactivos no están reguladas. Es posible que no sean apropiados para inversores minoristas y que se pierda el monto total invertido. Los servicios o productos ofrecidos no están dirigidos ni son accesibles a inversores en España.