Los investigadores se preguntan qué es lo que realmente significa “sin confianza” para blockchain
Los miembros de la criptocomunidad probablemente estarán familiarizados con mantras como “¡No confíes, verifica!” o la “ley del código”. Ambos se refieren a las promesas de mayor transparencia y audibilidad y a una tecnología que ofrece reemplazar a los falibles y corruptibles actores poderosos con un orden basado en reglas realmente funcionales, aseguradas a través de la computación determinista.
El deseo de prescindir de la necesidad de confiar en terceros actores es un pilar de muchos creadores y usuarios de criptomonedas. Bitcoin (BTC), después de todo, se inventó inmediatamente después de la crisis financiera de 2008, y el abuso de autoridad por parte de actores e instituciones poderosos siguió haciéndose sentir durante toda la Gran Recesión. Las criptomonedas han seguido atrayendo a más y más entusiastas con el telón de fondo de la crisis social, política y económica.
Sin embargo, un documento publicado por primera vez por un grupo de investigadores en agosto de este año, y que circuló a través del blog de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oxford el 27 de octubre, se opone a la conceptualización de la blockchain como una cuestión de confianza, o su ausencia.
En cambio, el documento propone entender la cadena de bloques como una “máquina de confianza”: una tecnología diseñada para maximizar el grado de confianza en el sistema como medio para, solo indirectamente, reducir la necesidad de confianza interpersonal. El argumento del documento se basa en un análisis cuidadoso de la distinción entre confianza y seguridad, cada una de las cuales es un complejo conjunto de ideas por derecho propio. Sin embargo, a pesar de su complejidad interna, la confianza y la seguridad implican cada una una interpretación fundamentalmente diferente de la naturaleza del entorno social.
La confianza, a través de sus diversas definiciones, presupone un reconocimiento del riesgo y la incertidumbre: se puede elegir confiar conscientemente en otro agente mediante un “salto de fe” o un “compromiso”, o como resultado de una elección racional, basada en el cálculo de que a un tercero le interesa actuar de una manera determinada. También se puede confiar más tácitamente, mediante acciones rutinarias, en las que el telón de fondo del riesgo se reconoce menos explícitamente.
La confianza, en cambio, presupone la previsibilidad de los sistemas o instituciones. Estos sistemas predecibles, en el caso de la blockchain, se refieren al diseño tecnológico de un protocolo (es decir, uno que está diseñado para acuñar un cierto grado de nuevas monedas en un intervalo determinado), un repositorio de código de fuente abierta, y las propiedades matemáticas de las funciones de hash y la criptografía de clave pública y privada.
Los sistemas de cadenas de bloques también tratan de maximizar la previsibilidad de una red de decisiones de los agentes mediante mecanismos teóricos de juego e incentivos económicos, y mediante el suministro de un registro auditable colectivo de la secuencia de acciones en un ecosistema determinado.
Sin embargo, en el curso de su argumentación, los autores del documento complican esta visión de la confianza, que, según ellos, se basa en la negación de que los sistemas blockchain son híbridos irreductibles, con componentes tanto sociales como técnicos. Exponen sus argumentos explorando las asimetrías reales de recursos y conocimientos -y, por tanto, de poder- entre los diversos actores de las redes de cadenas de bloques, descubriendo la mezcla de confianza, seguridad e incluso fe que interviene en su funcionamiento cotidiano.
“La gobernanza de la mayoría de los sistemas basados en blockchain está muy centralizada: la gobernanza en la cadena es intrínsecamente plutocrática, dominada por unos pocos grandes operadores o personas que controlan la mayor parte de los recursos mineros y/o las tenencias de tokens, mientras que la gobernanza fuera de la cadena suele funcionar como una tecnocracia, con unos pocos actores influyentes que dominan tanto el frente como el fondo del escenario.”
En lugar de evocar un escenario alternativo e ideal, en el que las relaciones de dependencia y dominación podrían eliminarse por arte de magia, el documento concluye con una exploración de lo que implica realmente la gobernanza blockchain, entendida con precisión, y en lo que podría evolucionar, si reconocemos plenamente los grupos de poder que conforman ineludiblemente su infraestructura.
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