Los exchanges, ¿un factor de vulnerabilidad para el espacio cripto?
Los exchanges de criptomonedas son mercados donde se intercambian estas monedas. Pero hay un problema: la mayoría de estos exchanges son centralizados, es decir, que dependen de una empresa o entidad que los controla. Y resulta que estas empresas no son muy transparentes, ni muy reguladas, ni muy seguras. ¿Qué puede pasar? ¿Es este un mercado confiable? ¿Podemos confiar en ellos? La respuesta es: depende. Depende de tu suerte, de tu criterio y de tu riesgo.
Los exchanges son como bancos, pero de criptomonedas. Solo que hay una pequeña diferencia: los bancos están regulados, supervisados y auditados por el gobierno, mientras que los exchanges… bueno, digamos que no tanto. Algunos exchanges son más serios y profesionales que otros, pero en general, no tienen las mismas garantías ni obligaciones que los bancos. ¿Qué significa esto? Pues que cuando usas un exchange, estás confiando en que no te va a estafar, a hackear o a bloquear tu cuenta. Pero no tienes ninguna certeza de ello. Es como jugar a la ruleta rusa con tu dinero. El exchange tiene el poder y la información. Tú solo tienes la esperanza y la ilusión.
Hay personas que defienden la autocustodia como la única forma de proteger sus activos digitales. Según ellos, los exchanges son innecesarios y peligrosos, porque pueden ser hackeados, estafados o intervenidos por las autoridades.
Pero reconocer que hay riesgos no es lo mismo que afirmar que los exchanges no son necesarios. Los exchanges son sumamente importantes, porque nos permiten acceder a un mundo de posibilidades: comprar y vender criptomonedas, intercambiarlas por otras divisas, participar en proyectos innovadores, obtener rendimientos por nuestros ahorros, etc.
La autocustodia es una solución muy limitada, que nos priva de todos estos beneficios. Es como guardar nuestro dinero debajo del colchón, pero en versión digital. Los riesgos son para mitigarlos y gestionarlos, no para evitarlos. Por eso, renunciar a los exchanges sería renunciar a una parte esencial del ecosistema cripto.
En el pasado, se han producido varios hackeos de exchanges, que han provocado pérdidas millonarias. Por ejemplo, en 2014, Mt. Gox, uno de los exchanges más grandes del mundo, fue hackeado y perdió 750 millones de dólares en bitcoins.
Además, los exchanges pueden quebrar. En caso de quiebra, los usuarios podrían perder sus fondos. Por ejemplo, en 2019, QuadrigaCX, un exchange canadiense, quebró y dejó a sus usuarios sin acceso a sus fondos.
Por último, la concentración de la liquidez en unos pocos exchanges podría dificultar el desarrollo de un mercado más descentralizado. En la actualidad, los cinco principales exchanges controlan aproximadamente el 90% de la liquidez del mercado cripto. Esto significa que un pequeño número de empresas tiene un gran poder sobre el mercado.
FTX era una plataforma de comercio de criptomonedas que prometía a sus usuarios ganancias astronómicas con apalancamiento y futuros. Sin embargo, todo se derrumbó cuando el mercado de las criptos sufrió una caída histórica. FTX no pudo hacer frente a las liquidaciones masivas y se declaró en quiebra, dejando a sus usuarios con las manos vacías.
¿Qué lecciones podemos aprender de este desastre financiero? Pues, que no hay que fiarse de las grandes promesas. No todo lo que brilla es oro. Y, sobre todo, que hay que tener sentido común y no dejarse llevar por la codicia.
Otra opción para mitigar el riesgo asociado a los exchanges centralizados podría ser los exchanges descentralizados. Los exchanges descentralizados son plataformas que funcionan sin intermediarios, usando la tecnología blockchain y los contratos inteligentes. Pero ellos no son ninguna panacea. Claro que su tecnología no está libre de fallas. Su gobernabilidad no siempre es la más eficiente. Y, por eso y otras razones, esa solución no ha calado mucho.
En lo personal, no me convencen mucho. Y para muestra un botón. Los números lo evidencian. Los exchanges centralizados son los que ha escogido el mercado. Según los datos de CoinMarketCap, los exchanges centralizados mueven miles de millones de dólares al día, mientras que los exchanges descentralizados apenas superan un 10% del total.
Los exchanges son un elemento esencial del ecosistema cripto, pero también representan un riesgo. Los usuarios deben ser conscientes de estos riesgos y tomar medidas para proteger sus fondos.
Lo mejor que pueden hacer los usuarios es exigir y presionar a los exchanges a que sean más transparentes y seguros. O sea, que rindan cuentas y abran sus libros. Que nos muestren cómo gestionan nuestro dinero, cómo se protegen de los ataques, cómo cumplen con la normativa, etc.
El usuario debe utilizar exchanges solo con buena reputación y medidas de seguridad sólidas. Que tengan un fondo de garantía, un seguro, una auditoría externa, etc.
Los exchanges son útiles, pero también pueden fallar. Por eso, lo mejor es que seas prudente y diversifiques tus fondos entre varios exchanges. Así, si uno falla, no perderás todo.
Además, solo debes usar los exchanges por el tiempo que sea necesario. Si quieres almacenar tus criptomonedas a largo plazo, lo mejor es que las guardes en una billetera fría fuera de línea. Así, evitarás que alguien pueda acceder a ellas sin tu permiso.
La billetera fría es como una caja fuerte, donde solo tú tienes la llave. Los exchanges son como un banco, donde dependes de la confianza y la seguridad del intermediario.
Glassnode propone 3 indicadores para evaluar el riesgo de los exchanges: EBR, EIR y ERR. El Exchange Balance Ratio (EBR), que mide la proporción de criptomonedas que hay en los exchanges respecto al total en circulación. Cuanto mayor sea el EBR, mayor será el riesgo de que los exchanges sufran una fuga de fondos o un ataque.
El Exchange Inflow/Outflow Ratio (EIR), que mide la relación entre las entradas y salidas de criptomonedas en los exchanges. Cuanto mayor sea el EIR, mayor será el riesgo de que los exchanges tengan problemas de liquidez o solvencia.
El Exchange Reserve Risk (ERR), que mide el riesgo de perder dinero al mantener criptomonedas en los exchanges. Cuanto mayor sea el ERR, mayor será el riesgo de que los exchanges se devalúen o quiebren.
En conclusión, los exchanges de criptomonedas son una herramienta imprescindible, pero también un factor de riesgo. Por eso, debemos exigir a los exchanges que sean más seguros y confiables, para así evitar sorpresas desagradables. Al reducir el riesgo, aumentamos la confianza y la credibilidad de las criptomonedas como mercado. ¿No te parece que esto es lo más sensato y beneficioso para todos?
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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