Legislador del Banco de Inglaterra dice que las monedas digitales podrían ser parte de un “nuevo orden monetario”
El Banco de Inglaterra, o BoE por sus siglas en ingles, está ampliando su análisis de las monedas digitales, incluyendo la evaluación de cómo estos activos podrían formar la base de un “nuevo orden monetario”.
Andy Haldane, economista jefe del banco central y miembro del Comité de Política Monetaria, dio un discurso el miércoles en la Conferencia del décimo Aniversario de TheCityUK.
El documento de 19 páginas, titulado “Seizing the Opportunities from Digital Finance” (Aprovechando las oportunidades de las finanzas digitales), profundiza en diversos temas relacionados con las monedas digitales y sus repercusiones en la estabilidad financiera y política monetaria.
El “modelo tradicional de banca sería perturbado” por una moneda digital ampliamente utilizada, dijo Haldane, y añadió que es necesario prestar más atención “a las posibles ventajas a largo plazo de tal cambio estructural”.
Uno de esas ventajas es la aparición de la llamada banca estrecha, que separaría parcialmente las actividades bancarias basadas en pagos “seguros” de los negocios crediticios más arriesgados.
Haldane dijo:
“En principio, separar los pagos seguros y las actividades más arriesgadas de préstamos podría dar lugar a una mayor concordancia del riesgo y duración en los balances de las instituciones que ofrecen estos servicios”.
En cuanto a la política monetaria, el banquero central cree que una moneda digital podría mitigar o incluso anular la prevalencia de los tipos de interés negativos. Haldane dice que los tipos de interés igual a cero o negativos “surgen de una limitación tecnológica en la capacidad de pagar o recibir intereses por el dinero en dinero”. Añadió:
“En principio, una moneda digital de uso generalizado podría mitigar, si no eliminar, esa limitación tecnológica permitiendo que se impongan tipos de interés a los activos monetarios minoristas.
Los tipos de interés negativos son un instrumento político no convencional impulsado por los bancos centrales para alentar a las instituciones financieras a prestar dinero en lugar de acumularlo en sus reservas. En un entorno de tipos de interés negativos, las instituciones financieras pagan para guardar su exceso de efectivo en el banco central. El Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco de Suiza siguieron este camino luego de la crisis financiera de 2008.
El BoE también está explorando los diversos casos de uso de una moneda digital de banco central, o CBDC por sus siglas en inglés, pero todavía no ha tomado ninguna decisión al respecto, según su director de fintech, Tom Mutton.
Los bancos centrales de todo el mundo están estudiando la posibilidad de emitir una CBDC, y algunas autoridades monetarias están adoptando un enfoque más proactivo. China, por ejemplo, recientemente finalizó el proyecto piloto más grande para su yuan digital, distribuyendo billeteras en línea a 50,000 personas.
La Reserva Federal de los Estados Unidos, por su parte, ha publicado una serie de informes de investigación en los que se explora la posible utilidad de una CBDC. Una de las principales conclusiones de una revisión literaria recientemente publicada fue la necesidad de identificar las “características intrínsecas de las CBDC”.
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