Law Decoded: De cara a 2022, del 3 al 10 de enero
Como dijo Alex Tapscott, 2021 fue el año en que muchos gobiernos y legisladores empezaron a despertar finalmente al potencial transformador de la tecnología blockchain. De hecho, la generalización de las criptomonedas a nivel mundial y su creciente capitalización en el mercado han dificultado que los agentes de poder las ignoren y las han convertido en una cuestión económica, social y política destacada en muchas jurisdicciones clave. Por lo que parece, nos espera un año intenso en cuanto a la regulación y la formulación de políticas sobre las criptomonedas.
Las monedas estables, una clase de activos que atrajo una buena cantidad de atención regulatoria en 2021, seguramente seguirán estando en el punto de mira este año. Para la mayoría de las naciones, los criptoactivos de valor estable representarán una competencia para sus monedas digitales soberanas. Para Estados Unidos, una cuestión clave es si el Congreso presentará la legislación en torno a las stablecoins que el Grupo de Trabajo del Presidente sobre Mercados Financieros está pidiendo.
También será emocionante observar hasta dónde podrán llegar este año la movilización política y los esfuerzos de cabildeo de la industria de las criptomonedas, algo que se convirtió en una característica prominente del panorama de la criptopolítica en 2021. Una prueba importante de la nueva influencia política del sector será la lucha por enmendar las disposiciones relacionadas con el cripto en el proyecto de ley de infraestructura recientemente aprobado.
Muchos expertos del sector encuestados por Cointelegraph esperan que en 2022 se produzcan importantes avances políticos por parte de la Unión Europea. La Comisión Europea está revisando actualmente la propuesta de regulación de los mercados de criptoactivos, un marco de gran alcance que se centra principalmente en la mitigación de los riesgos para el consumidor y la estabilidad financiera asociados a la adopción de activos digitales. En combinación con las pruebas del euro digital que están en marcha, esto sugiere que la UE podría articular pronto sus posturas sobre varias partes interconectadas del ecosistema de activos digitales – CBDCs, stablecoins privadas y criptomonedas descentralizadas – de una manera más definitiva.
En otras partes del mundo, El Salvador mantiene la percepción de que está totalmente en Bitcoin (BTC) como estado-nación. Uno de los muchos puntos de controversia relacionados con este gran experimento ha sido, y seguirá siendo, la disputa de la nación centroamericana con organizaciones financieras globales como el Fondo Monetario Internacional. Hablando de los guardianes globales, es razonable esperar que estos guardianes del orden financiero establecido comiencen a profundizar en sectores específicos del espacio de las criptomonedas, como la reciente incursión del Banco de Pagos Internacionales en las finanzas descentralizadas. La esperanza es que la narrativa alarmista resultante no se convierta en el enfoque dominante de los reguladores globales en el extenso dominio de DeFi.
Los primeros días de 2022 también trajeron un recordatorio de que la claridad regulatoria no es la única forma en que la política puede afectar masivamente al espacio de las criptomonedas. Tras días de disturbios civiles en Kazajistán -una nación que había subido al puesto número 2 en el ranking mundial de la tasa de hash de Bitcoin tras la prohibición de la minería en China- la decisión del gobierno de cortar el acceso a Internet de toda la población provocó una caída sin precedentes de la tasa de hash en la red de Bitcoin. La geopolítica de la minería de BTC, que se puso en marcha el año pasado con la abrupta salida de China, parece dispuesta a continuar por la senda de la volatilidad.
En definitiva, este año se perfila como una montaña rusa de la política de Bitcoin, la regulación de las criptomonedas y la adopción de la moneda digital. Abrochémonos el cinturón y veamos qué más nos depara el 2022.