Las monedas digitales de los bancos centrales están destinadas a fracasar

Recuerda mis palabras: “Los gobiernos y los bancos centrales nunca se preocuparán por tu riqueza y tu privacidad tanto como tú. Esa realidad es exactamente la razón por la que las monedas digitales de bancos centrales ya están destinadas a fracasar”.

Dicen que si no puedes con ellos, úneteles. Eso es exactamente lo que intentan hacer las CBDC. Quieren unirse al bando que es la criptomoneda sin darles a sus ciudadanos la privacidad y la libertad democrática que ofrece una moneda digital verdaderamente descentralizada.

En un artículo reciente, planteé de que la regulación y la aplicación de la ley son una parte necesaria para que las criptomonedas vean la adopción masiva. Definitivamente lo creo, pero las CBDC no van a lograr eso.

Las CBDC no descentralizarán la riqueza. No descentralizarán el poder, la propiedad o el control de los fondos. No le darán a las personas la capacidad de supervisar, ni tener soberanía sobre el valor de sus billeteras.

Las instituciones que crean estas CBDC promoverán abierta y públicamente las virtudes de su innovación y su capacidad para utilizar lo mejor de la tecnología de punta para hacer que la transferencia de valor entre sí sea más eficiente. Darán a conocer la necesidad de hacer un sistema financiero arcaico más eficiente y más acorde con los tiempos modernos. Considera por un momento dos de los países que lideran el camino en el desarrollo de sus propias CBDC.

¿Quién lidera el desarrollo de las CBDC?

El Banco de Rusia publicó un documento de consulta que describe los planes para desarrollar un rublo digital. ¡Así es! El Banco de Rusia está trabajando en un rublo digital. Esa noticia está recién salida del horno, anunciada el mes pasado. Pero lo que también se ha anunciado recientemente es que el gobierno ruso no mira con tanta amabilidad las criptomonedas o la emisión de nuevos tokens. En otras palabras, Rusia quiere una porción del pastel de las monedas digitales, pero solo si el gobierno es quien controla esa moneda digital. Ese es un problema fundamental con todos las CBDC, ninguna de ellas quiere dar las llaves a las personas.

Para ser justos, Alexey Guznov, jefe del departamento legal del banco central de Rusia, dijo a principios de este año que tener criptomonedas no será ilegal siempre que esa criptomoneda se haya adquirido en una jurisdicción que no la prohíba.

China ya está probando su yuan digital. Este país también está compitiendo para intentar lanzar su yuan digital. Ya se están llevando a cabo pruebas en el área de la bahía de Hong Kong y los bancos estatales están probando una billetera de moneda digital a gran escala. El programa de pago electrónico en moneda digital que está implementando China incluye dos capas, una para los bancos centrales y otra para los bancos comerciales. Si bien los bancos comerciales pueden usar la tecnología Blockchain para liquidar algunas transacciones, la capa del banco central definitivamente estará centralizada.

Dicho esto, las CBDC se tratan de mayor control, control sobre la riqueza, sobre los ciudadanos privados y, por supuesto, sobre los datos.

Son las CBDC contra las criptomonedas, no el Este contra el Oeste.

La prisa de los bancos centrales de todo el mundo por crear sus propias monedas digitales no es una batalla entre Oriente y Occidente. Lejos de eso, se trata más de enfrentar a las CBDC con las criptomonedas que no tienen que preocuparse de que las autoridades centrales censuren o controlen nada.

El caso es que los dos peleadores no son el mismo. Las CBDC son en realidad solo monedas fiduciarias en formato digital. El formato puede ser diferente, pero el objetivo es el mismo: mantener el control sobre el sistema financiero en general y penalizar a aquellos que no cumplen con las normas establecidas por cualquier banco central o gobierno que esté tomando las decisiones.

Piensa por un momento que el Banco Central Europeo está buscando información del público sobre cómo sería un euro digital. El sitio web del BCE detalla muchos beneficios relacionados con el desarrollo de un euro digital, en particular, que la usabilidad de un euro digital brillaría cada vez que ocurra un evento extremo como un desastre natural o una pandemia. Pero hay un mensaje claro, no tan subliminal, que debe destacarse en la descripción que hace el BCE del euro digital:

“También podría ser crucial si las personas recurrieran a medios de pago digitales extranjeros, lo que podría debilitar la estabilidad financiera y la soberanía monetaria en la eurozona”.

Aceptémoslo, el sinónimo de la frase “medios de pago digitales extranjeros” es Bitcoin (BTC). Los bancos centrales no quieren que uses Bitcoin, Ether (ETH) o cualquier otra criptomoneda descentralizada. Quieren que uses una moneda que puedan rastrear. Quieren poder decidir qué reguladores y autoridades fiscales tienen acceso a tus datos financieros y cuáles no. Las CBDC no son un intento de revolucionar las finanzas o la tecnología.

Son esencialmente un último esfuerzo por mantener el control sobre las personas, incluso cuando las monedas descentralizadas reales extraen la riqueza, el poder y la influencia de las garras del viejo mundo.

No pueden vencernos ni unirse a nosotros

Mantener el valor descentralizado y el poder en las manos de las personas es lo que le da a las criptomonedas su poder, no a las monedas digitales respaldadas por un gobierno que simplemente usan la tecnología Blockchain.

Los bancos centrales ciertamente pueden usar la tecnología blockchain y decir que se están uniendo a algo que no pueden derrotar, pero la realidad es que no pueden unirse. Nosotros, como ciudadanos del mundo y creyentes en las criptomonedas, no los permitiremos, ni deberíamos hacerlo.

Las criptomonedas han recorrido un largo camino desde que Bitcoin fue lanzado en 2009. Al principio, la gente las ignoraba. La mayoría de las personas se rieron de ellas. Ahora, los bancos centrales están tratando de luchar contra la revolución de las criptomonedas. Eventualmente, ganaremos la batalla y la riqueza estará en nuestras billeteras, que es el lugar al que pertenecen.

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