La tierra prometida de las CBDCs: Mientras algunos gobiernos flaquean, otros siguen adelante
Con el aumento del ritmo de crecimiento del mercado de las criptomonedas en el último año y medio, la idea de las monedas digitales emitidas por los bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés) parece haber ganado cada vez más adeptos entre muchos gobiernos e instituciones bancarias minoristas. En este sentido, según un estudio publicado recientemente por el gigante de la consultoría PwC, más de 60 bancos centrales han explorado la propuesta de valor única que ofrecen las CBDC.
Además, cabe mencionar que, tras el inicio de la pandemia de coronavirus, el uso de efectivo físico ha seguido disminuyendo en todo el mundo, y muchos se han pasado a los pagos digitales para minimizar los posibles riesgos para la salud, mientras que otros simplemente se han acostumbrado a las compras en línea. Así pues, hay varias razones por las que un número cada vez mayor de países puede estar buscando emplear las CBDC, especialmente porque hacen posible que la gente facilite remesas rápidas, cómodas y sin contacto. Pero, ¿cuántos países están realmente dispuestos a poner en marcha una solución de este tipo?
Para poner las cosas en perspectiva, el Banco Popular de China (PBoC) ha probado con éxito su oferta de yuanes digitales -también conocida como Pago Electrónico de Moneda Digital, o DCEP- en toda una serie de regiones comerciales importantes, como Shenzhen, Chengdu y Suzhou. De hecho, se dice que el país está intentando desplegar la moneda para su uso masivo antes del comienzo de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022.
Del mismo modo, el Banco de Japón también ha seguido los pasos del PBoC al iniciar una prueba de un año de duración de su yen digital como medio para determinar la viabilidad técnica y monetaria a largo plazo del lanzamiento de una CBDC a gran escala. El proyecto piloto ya está en marcha y está previsto que concluya a finales del primer trimestre de 2022.
¿Qué está obstaculizando la adopción de las CBDC a nivel mundial?
En la actualidad, parece que todos los países e instituciones bancarias importantes están interesados en crear su propia CBDC. Sin embargo, es difícil determinar cuáles de estos actores se toman realmente en serio la adopción de esta tecnología. Ran “Goldi” Goldshtein, director general de First Digital Assets Group (First DAG) -una empresa centrada en la creación de carriles de pago interoperables que soportan CBDCs y stablecoins como Diem- señaló a Cointelegraph:
“Creo que la mayoría de los países se toman en serio las CBDC, hasta el punto de que siempre hay un grupo de personas que lideran los proyectos locales. Dicho esto, cuando se observan los distintos países, tienen diferentes inclinaciones de progresión. Creo que estos países difieren debido a varios factores como la gobernanza, el sentimiento público, etc.”.
Al exponer su opinión sobre las razones por las que las CBDC no han podido entrar en la corriente financiera, Goldi cree que la adopción se ha visto obstaculizada por una serie de razones, entre ellas la existencia de demasiados trámites burocráticos. En este sentido, se puede observar que en países como China, Singapur y Corea, donde los gobiernos locales son bastante proactivos a la hora de promover el uso de tecnologías preparadas para el futuro, estos novedosos activos digitales han podido ganar mucha atención.
Además, otra razón por la que muchos países no han podido cumplir sus aspiraciones de CBDC podría ser la devastación económica causada por la pandemia del coronavirus, que básicamente paralizó los planes financieros de la mayoría de los países. Como resultado, el interés que las naciones tenían anteriormente ha disminuido. “Oímos hablar mucho de las CBDC en torno a 2016-2018, y luego, cuando el criptoinvierno nos golpeó a todos en 2019, todo el mundo se quedó en silencio, ya que ya no era ‘divertido’ hacer pinitos con las monedas digitales“, añadió Goldi.
No todos las CBDC son iguales
Hay varias formas en que las CBDC pueden construirse e implementarse, y según Gerald Votta, director de comunicaciones de Quantum Economics, los aspectos tecnológicos de las CBDC pueden diferir mucho. Como dijo a Cointelegraph, “muchas de estas monedas digitales fiat se están diseñando sobre la base de Tether y USDC, las mayores stablecoins existentes.“
Además, agregó que cualquier gobierno o autoridad central que busque construir una versión centralizada de una CBDC podría potencialmente estar preparándose para el fracaso económico, afirmando que tales sistemas tienden a ser comprometidos rutinariamente – citando la reciente violación de datos de Facebook como un ejemplo de una situación similar. “Esto podría ser un problema grave si la información comprometida afecta a la oferta monetaria de su país“, opinó Votta.
Desde un punto de vista más técnico, las distintas CBDC emplean diferentes diseños arquitectónicos. Por ejemplo, algunos utilizan marcos probados en el tiempo en los que el flujo consiste en el banco central, luego un banco minorista/institución financiera y después el consumidor; mientras que otros optan por un enfoque más directo en el que el banco central es la única entidad autorizada a acuñar, quemar y distribuir los fondos.
Dicho esto, la tecnología subyacente a la mayoría de estos proyectos, al menos los que están más avanzados en su ciclo de vida, es en su mayoría la misma. “La mayoría de los proyectos maduros que existen hoy en día implican el uso de R3 Corda y Bitt Inc“, señaló Goldi. La plataforma Corda de R3 es una solución de blockchain a nivel empresarial, mientras que Bitt Inc. es una empresa de sistemas de pago.
¿Serán las CBDC interoperables con otros activos digitales?
Otra cuestión pertinente en la que merece la pena profundizar es si las CBDC llegarán alguna vez a un punto en su evolución, superando uno de los principales retos que presenta el dinero fiat, en el que la gente podrá utilizarlas para facilitar las transacciones entre activos, por ejemplo, completando los pagos entre stablecoins y CBDC, como Tether (USDT), USD Coin (USDC), el DCEP y el Sand Dollar de Bahamas.
Goldi cree que en una década más o menos, habrá relés automáticos y pasarelas de pago que podrán encargarse de cualquier proceso relacionado con la conversión/transferencia que deba completarse entre la mayoría de las CBDC, destacando el hecho de que la configuración de la infraestructura necesaria para lograr este objetivo es bastante simple y directa.
De hecho, ya existen en el mercado algunos productos únicos que ayudan a cumplir esta visión, aunque de forma ligeramente diferente. Por ejemplo, First DAG procesa los pagos en nombre de los comerciantes que desean recibir criptomonedas, lo que les permite aumentar su exposición financiera.
Dar el siguiente paso
Recientemente, han surgido muchos acontecimientos positivos en torno a las CBDC. Por ejemplo, tras unos meses de escaso o nulo progreso, el banco central de Suecia, el Riksbank, publicó los resultados de la primera fase de su proyecto piloto e-krona.
No sólo eso, sino que en el transcurso de los dos últimos años, países como Bahamas y Camboya han lanzado sus propias CBDC: el Sand Dollar y el bakong, respectivamente.
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Dicho esto, la adopción del Sand Dollar -así como de la mayoría de otras ofertas similares- ha sido lenta. Esta cuestión no ha pasado desapercibida, y la mayoría de los gobiernos de todo el mundo han reconocido los riesgos pertinentes que conlleva la adopción de un proyecto de CBDC a gran escala.
Por lo tanto, será interesante ver hasta qué punto los gobiernos están decididos a seguir buscando una CBDC funcional y bien integrado, especialmente a medida que el tan promocionado proyecto DCEP de China se prepara para su despliegue generalizado. Si tiene éxito, es lógico que cada vez más países sigan los pasos del país y acuñen sus propias CBDC.
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