La OICV exige un control más estricto de los “finfluencers”
El Consejo de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (OICV) cree que los reguladores, tanto a nivel nacional como internacional, necesitan más poder para hacer frente a los crecientes riesgos y desafíos de la “digitalización de la comercialización y distribución minorista”.
En un informe publicado el 12 de octubre, la OICV propone medidas para que sus países miembros las tengan en cuenta a la hora de determinar sus enfoques políticos y de aplicación de la ley en relación con las ofertas y la comercialización minorista en línea, dados los nuevos retos que surgen con la proliferación de los criptoactivos.
Al hablar de estos riesgos, el informe se centra en el uso de técnicas de comportamiento y ludificación y presta especial atención a los influenciadores que participan en el cripto marketing, llamándolos “finfluencers”. Otro concepto que cita el informe es el “velo digital”. Según el secretario general de la OICV, Martin Moloney:
“Los estafadores digitales pueden esconderse detrás de un ‘velo digital’ que dificulta que los reguladores los localicen, identifiquen y tomen medidas contra ellos”.
Las medidas en sí no son nuevas. La OICV propone obligar a la dirección de los criptoproductos a responsabilizarse de la exactitud de la información facilitada a los posibles inversores en las redes sociales y aplicar “mecanismos de filtrado adecuados” para la incorporación de los consumidores financieros.
El conjunto de capacidades de supervisión que la OICV recomienda que adquieran los reguladores nacionales incluye canales reglamentarios para denunciar a los consumidores por promociones engañosas e ilegales y procesos de seguimiento de pruebas para hacer frente al rápido ritmo y la naturaleza cambiante de la información en línea.
Más intrigante es la posible obligación legal de que las empresas de criptomonedas tengan requisitos específicos de cualificación y licencia para el personal de marketing online, que también sugiere la OICV.
Otra medida propuesta es el cumplimiento de la normativa de terceros países: al prestar sus servicios a clientes extranjeros, la empresa tendría que determinar si podría haber obtenido la licencia para hacerlo en el país de origen del cliente.
La OICV ha prestado mayor atención a las criptomonedas este año. En marzo de 2022, animó a los reguladores a comprender las implicaciones de los desarrollos de las finanzas descentralizadas (DeFi) con respecto a sus jurisdicciones. En julio, en colaboración con el Banco de Pagos Internacionales (BPI), publicó orientaciones para la regulación de los acuerdos de stablecoins.
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