Fin del dinero: cómo las generaciones futuras ya se están adaptando a vivir sin dinero físico
En los últimos años, con el avance de la tecnología, ha crecido la variedad de métodos que se pueden utilizar para realizar las compras. En este contexto, la pandemia de Covid-19 ha acelerado la transición hacia el futuro sin efectivo, sacudiendo la industria de pagos digitales y trayendo una serie de cambios y desafíos tanto para comerciantes como para consumidores.
El estudio “Pagos globales 2021: Transformación en medio de corrientes subterráneas turbulentas“, realizado por McKinsey & Company, muestra que en 2020, a nivel mundial, los pagos en efectivo cayeron un 16%, mientras que las transacciones sin efectivo aumentaron un 6%.
En Brasil, una encuesta realizada por la Confederación Nacional de Comerciantes (CNDL) y el Servicio de Protección de Crédito (SPC Brasil), en asociación con Sebrae, señala que, durante la pandemia, el 45% de los encuestados realizó más pagos en línea (incluyendo transferencias y PIX), mientras que el 23% utilizó más la tarjeta de crédito y el 21% intensificó el uso de la tarjeta de débito y también de las criptomonedas.
Reforzando la tendencia, datos de la Abecs (Asociación Brasileña de Empresas de Servicios y Tarjetas de Crédito) muestran que los pagos con tarjetas de crédito y débito llegaron a representar el 46.4% del consumo de los hogares en el último trimestre de 2020.
Muchos expertos consideran que la sociedad sin efectivo es el futuro. El término se explica como “fenómeno económico en el que las transacciones financieras se realizan electrónicamente, en lugar de utilizar billetes y monedas“.
En este escenario, todos los consumidores tendrán su tarjeta o dispositivo electrónico para procesar y completar transacciones. Tarjetas de crédito y débito, billeteras digitales (e-wallets) y aplicaciones, códigos QR, PIX y banca por Internet, Bitcoin, criptomonedas, son algunos ejemplos que ya existen.
Perspectivas para el futuro
Con la disminución significativa en el uso del dinero, el mundo se está moviendo, aunque a diferentes velocidades, hacia una sociedad global verdaderamente sin efectivo.
Según Gabriel Roizner, CEO de Mozper, en economías donde la inmersión en las tecnologías digitales es más completa, ya se están produciendo movimientos para eliminar el dinero.
“En Brasil, el cashless aún está comenzando, pero la tendencia es de crecimiento. Un ejemplo es el PIX. Según el Banco Central, el sistema ya es utilizado por el 71% de la población, que registró 380 millones de llaves”, comenta.
Según el Consejo Europeo de Pagos (EPC), las transacciones en efectivo representaron solo el 1% del PIB de Suecia en 2019, y los retiros de efectivo han disminuido constantemente en torno al 10% anual.
“Algunos países están mucho más cerca de un futuro sin efectivo que otros: el efectivo representa solo el 5.4 % de los pagos en puntos de venta en Canadá, el 4.5 % en Noruega, el 11.9 % en EE. UU. y menos del 10 % en lugares como Australia, Hong Kong y Suecia“, comenta.
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