Elon Musk y las criptomonedas: ¿Cómo hacer dinero siguiendo sus tuits?
Elon Musk, debido a su gran carisma, sacude al mercado de las criptomonedas con cada tuit. Idealizado por sus seguidores, Musk no es solo visto como un visionario. Para algunos es todo un profeta. Su relación con Dogecoin es particularmente curiosa, porque, según su propia confesión, todo comenzó como una broma. Debido a la ridiculez del proyecto, se le hizo fácil hacer un chiste. Sin embargo, para un fan enamorado, un chiste puede salirse de su contexto y convertirse en cualquier cosa. Entonces, el hambre se juntó con las ganas de comer. Al señor que le encanta atraer la atención y el pueblo en busca de un mesías.
Lo cierto es que los comentarios de Elon Musk se han convertido en una profecía autocumplida. Cuando leemos sus tuits no hay que ser un genio para saber que todo es un chiste de mal gusto. De hecho, más que un chiste es una burla. Sin embargo, cuando escuchamos a los adeptos de Dogecoin, con una fe casi religiosa, declaran que el origen de su devoción es, el único e inigualable, Elon Musk. Ahora resulta ser que la ambigüedad de sus tuits le añade misterio al profeta. Lo que, en el fondo, lo hace más poderoso. Y, para colmo de males, la profecía, al final, terminó siendo cierta. Lo que aumenta la fe de su iglesia. Después de todo, el precio de Dogecoin ha subido milagrosamente. Entonces, es muy fácil para los fanáticos decir “Te lo dije”.
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Lo irónico y ofensivo del fenómeno Dogecoin es lo mucho que se parece a Bitcoin, siendo proyectos tan distintos. Dogecoin es una parodia fantasmagórica de Bitcoin. En teoría son bastante similares, pero en espíritu no. Comparten, obviamente, muchos elementos comunes, pero Dogecoin los posee en su forma más grotesca. Se podría decir que Dogecoin es la caricatura de Bitcoin. Paradójicamente, un bitcoiner criticando a Dogecoin en el fondo se siente un poco a un nocoiner criticando a Bitcoin. Es como un rockero de la vieja escuela, criticado por sus padres durante su adolescencia, criticando hoy a su hijo adolescente por los gustos musicales de la “juventud de hoy”. La situación no deja de tener su lado irónico. Sin embargo, Queen no es Bad Bunny.
“Dogecoin es una burbuja especulativa”. “Todo con Dogecoin es una manipulación”. “La moneda no tiene futuro”. “El precio sube debido a una campaña engañosa orquestada por un grupo de oportunistas en busca de lucro”. “Todo terminará muy mal”. “El proyecto no tiene valor intrínseco”. ¿Qué contestan sus defensores? Bueno, lo mismo que contestamos nosotros los bitconers. A las pruebas me remito. Nos referimos al gran aumento del precio como prueba irrefutable de legitimidad. Si hay demanda, hay valor. ¡Ouch!
Nos guste o no, Dogecoin tiene su comunidad. Nos pueden parecer unos locos. Pero son unos locos organizados bajo un mismo techo. En este mundo, hay miles de iglesias y organizaciones, cuyas creencias nos pueden parecer grandes ridiculeces. Sin embargo, la sensatez no es un requisito indispensable para que la gente se una en torno a un proyecto común. Hay de todo en la viña del Señor.
Bitcoin se forjó con fuertes elementos ideológicos. La comunidad bitcoin primitiva sufría de una seriedad pseudo-religiosa. Anarquistas, libertarios, y reformadores de corte antisistema. Claro que con el tiempo la comunidad ha evolucionado hacia posiciones mucho más pragmáticas con la llegada de inversores y especuladores de mundos más tradicionales. La comunidad Dogecoin, por otro lado, es mucho más frívola y superficial. La narrativa original Bitcoin cuenta con muchos elementos fantásticos y utópicos. Pero la narrativa Dogecoin es simplemente infantil. De hecho, bastante bobalicona. Dos argumentos centrales: El reciente aumento de su precio y el apoyo de Elon Musk. Simple, pero efectivo.
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El efecto de Elon Musk en Dogecoin es posible gracias a la pequeñez del proyecto. Su limitada liquidez hace posible semejantes incrementos con tan solo los comentarios de un multimillonario carismático. En fin, la fiebre especulativa actual se combinó con la irresponsabilidad de un multimillonario bromista. Este es un fenómeno que se alinea con los robinhood traders, los foros en Reddit y esquemas como el de Gamestop. Son redes sociales, liquidez desbordada, codicia desenfrenada y Wall Street en esteroides, todos juntos y combinados.
Ahora bien, por supuesto que es posible hacer dinero con estos esquemas. Pero sería un gran error caerse a ilusiones. Aquí no hay nada poético, ni romántico al respecto. Estamos hablando de esquemas especulativos sumamente oportunistas sin más sustento que la búsqueda del lucro en el corto plazo. El riesgo es altísimo. Mientras más sube el precio de Dogecoin, más riesgosa es la movida. Lo que implica que es más un casino que una inversión. Muchos proyectos sin futuro real han crecido exponencialmente debido al frenesí especulativo del boom altcoin. Las oportunidades de hacer dinero rápido son evidentes. Pero uno debe estar claro en la vida. Estas son especulaciones a corto plazo sumamente riesgosas. El que se enamore pierde. Un 99,9% de los proyectos son basura. Hay que entrar y salir con bastante rapidez.
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Es perfectamente posible hacer dinero con los tuits de Elon Musk. Comprando con antelación y vendiendo después del rally producido por la noticia. Del mismo modo, también se puede especular con otros proyectos tan ridículos como Dogecoin en busca de una ganancia rápida. Sin embargo, estas movidas no son recomendables para los novatos. Para hacer trading hay que saber lo que se está haciendo. Y los novatos normalmente carecen de la disciplina, experiencia, temperamento y técnica que se requieren para salir ilesos de este meollo. Los picados por el mosquito de la codicia no escuchan razones, porque están trampeados en el hechizo de la fiebre del oro. La ilusión de ser millonarios de la noche a la mañana es simplemente irresistible. Pero esos son los incautos que normalmente financian esos esquemas. Ellos son los primeros en perder dinero.
Ahora bien, no tengo nada en contra de los casinos. Especular no es un pecado. Pero una cosa es hacer dinero aprovechándose de una burbuja especulativa pasajera y otra muy distinta es creerse el cuento chino de cabo a rabo. Es decir, el boom altcoin hay que sopesarlo en su justa medida. Las cosas como son. A Elon Musk hay que bajarlo de su pedestal. Porque el sujeto no es ningún santo. Ni mucho menos un sabio clarividente.
He ahí la gran contradicción de la juventud de hoy. Son exageradamente escépticos y desconfiados para unas cosas, pero peligrosamente ingenuos para otras. Todo es una conspiración. Y no crecen en ninguna autoridad. Pero cualquier video en Youtube o cualquier tuit en Twitter se puede convertir en una verdad sagrada. ¡Los misterios de esta actualidad!