El sistema contraataca: ¿Los reguladores podrían frenar el boom?
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, pide una regulación global para Bitcoin en unas declaraciones dadas la semana pasada. Pese a que algunos medios presentaron la noticia como una catástrofe para Bitcoin, en ningún momento se mencionó la palabra “prohibición”. Regulación es regulación. Al menos en teoría, la intención de una regulación no es destruir, sino fortalecer. La prensa reaccionó bastante fuerte a las declaraciones de Lagarde, pero los mercados no interpretaron el acontecimiento como algo particularmente negativo. El hype no se ha ido y las alzas se mantienen.
Los comentarios de la directora del Banco Central Europeo coincidieron con un comunicado emitido por la Financial Conduct Authority (FCA), organismo regulador del Reino Unido, que advirtió a los inversores de Bitcoin que se prepararán para poder perder todo su dinero por el alto riesgo del activo.
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¿Cuál es el problema con Bitcoin? Si nos dirigimos a lo más liberales dentro de la comunidad, no hay ningún problema con Bitcoin. De hecho, se podría decir que su falta de regulación es uno de sus atributos más valiosos. Se podría hablar de la libertad financiera, la privacidad, y la ausencia de censura. Aquí entramos en debates sobre la autoridad del Gobierno sobre nuestro dinero y temas relacionados a nuestra soberanía. ¿Debería haber leyes sobre el lavado del dinero? ¿Debe el Gobierno rastrear y/o censurar nuestras operaciones financieras?
Claro que muchas de estas ideas son aspiraciones. Nos guste o no, el mundo de hoy tiene unas maneras. Lo que para muchos es libertad, para otros es caos, abuso y crimen. No todos en este mundo quieren vivir en un Salvaje Oeste. Aquí tenemos la otra cara de la moneda. Para muchos Bitcoin no es confiable, porque es una especie de Tierra de nadie. Esa misma libertad que muchos consideran su atributo más valioso es tomada por otros como su gran falla.
En el universo libertario, todo es un asunto de responsabilidad individual. El fraude, la manipulación, y el crimen se combaten con responsabilidad individual. Es decir, hay que ser escépticos y desconfiados. Hacer la investigación. Y, en el caso de convertirse en una víctima, sufrir las consecuencias como una falta personal. En otras palabras, la utopía libertaria no es para cualquiera. Es la ética protestante llevada al extremo. Individualismo, responsabilidad personal, y autonomía. Estamos hablando de un Estados Unidos del siglo XIX durante los tiempos de Thomas Jefferson y el granjero Yeoman. Este es un mundo que solo existe para una minoría.
Hay sujetos con armas automáticas, granjas autosuficientes, y carteles en la puerta que dicen: “Esta tierra es mi tierra. Fuera de aquí, Federales”. Ese mundo existe, pero no son mayoría. La mayoría espera la protección de las autoridades. Se refugia en las leyes. Y la regulación les inspira confianza.
¿Qué dice Christine Lagarde sobre Bitcoin? Bueno, Lagarde calificó este activo como “altamente especulativo” y aseguró que ha conllevado algunos “negocios graciosos” y una “actividad censurable de blanqueo de capitales”. ¿Mentira? No lo creo. Bien sabemos que Bitcoin es un activo altamente especulativo. He ahí su principal atractivo. Pero, ¿Qué significa “altamente especulativo”? En el contexto de las declaraciones de Lagarde, podría significar volátil, riesgoso, y manipulado. ¿Mentira?
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¿Son los exchanges confiables? ¿Podemos confiar en su data? ¿Es el precio el precio? ¿Es el volumen es el volumen? ¿Son todos los actores honestos? Sabemos que muchos exchanges participan en actividades fraudulentas y se escudan en una retórica libertaria para poder operar en plena impunidad. Y hay un asunto que muchos en esta comunidad no quieren escuchar. La regulación será buena para Bitcoin. No me refiero a una regulación asfixiante o excesiva. Me refiero a una regulación adecuada. Ese mercado necesita madurar. Los exchanges deben ajustarse a ciertas normas. O sea, deben comenzar a actuar con mayor responsabilidad.
La llegada del capital institucional está marcando un antes y un después para Bitcoin. Aquí estamos hablando de un movimiento esencialmente contracultural con ideas libertarias y antisistema que está siendo invadido por las grandes instituciones financieras, cambiando su composición, su narrativa, y sus valores. ¿Qué piensa un bitcoiner libertario sobre la regulación de Bitcoin? Seguramente, piensa que es un atropello del sistema. ¿Qué piensa el administrador de un fondo de cobertura invirtiendo en Bitcoin sobre la regulación de Bitcoin? Seguramente, piensa que es algo muy necesario.
Claro que no es un asunto de regulación por regulación. Se trata de definir las reglas del juego desde un principio. La creación de un marco legal claro y global es realmente necesario. De este modo, los grandes capitales pueden seguir invirtiendo en Bitcoin con mayor tranquilidad. Eso es positivo porque las normas traen confianza. Y la confianza atrae capitales. La idea de una regulación, tal vez, no es muy atractiva para los más idealistas, pero es genial para los inversores.
¿Qué podemos decir sobre la advertencia de las autoridades del Reino Unido sobre Bitcoin llegando a cero? Me parece que es una recomendación bastante prudente. Como inversores de Bitcoin, debemos prepararnos para esa posibilidad. Si leemos en detalle, la advertencia no fue un decreto o una profecía. Fue una recomendación a estar preparados. Hasta los bitcoiners más devotos han hecho esta recomendación en algún momento. Está en la lista. No comprar Bitcoin con crédito. No uses dinero que vayas a necesitar. Entiende que puedes perderlo todo.
En otras palabras, el mercado ha hecho bien en no interpretar las declaraciones de Lagarde como negativas. Ella hizo el planeamiento para medir las reacciones. Y, seguramente, el tema se incluirá en la agenda del G7 y luego en la del G20. Y yo diría que estas conversaciones tendrán el apoyo de los nuevos líderes de la comunidad Bitcoin.
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Por otro lado, también debemos decir que las criptomonedas estatales son inevitables. Eso viene, tarde o temprano. Habrá un euro digital. Pero no podemos decir que estará en la misma categoría de Bitcoin y el resto de las criptomonedas. Pese a usar tecnología blockchain, estas nuevas monedas digitales no serán muy distintas al dinero eléctrico de la actualidad. Seguirán siendo dinero fiat bajo el control de los bancos centrales. Un poco más versátiles y portables tal vez. Pero, en esencial, dinero fiat de curso legal.
En el Salvaje Oeste de los anarquistas y libertarios, la palabra “regulación” es tabú. Claro que los grandes capitales tampoco son admiradores de una regulación excesiva, pero invertir en activos de no reglas claras es bastante imprudente. He ahí el detalle con la regulación. La anarquía no es buena. Nadie quiere el caos. Pero nadie quiere una mala regulación. Lo que se quiere es una regulación adecuada.