Del lavarropas a las finanzas descentralizadas: tecnología e inclusión
Cuando a partir de los años ´50 comenzó a masificarse el uso de los lavarropas automáticos, no se preveía que ese iba a ser uno de los cambios tecnológicos que más iban a beneficiar a una población excluida y recluida al trabajo doméstico: las mujeres.
El uso cotidiano del lavarropas sirvió para liberar miles de miles de horas de un sector social que, al menos en el mundo occidental, fue progresivamente volcándose a las fuerzas de trabajo. Las mujeres pudieron salir de sus casas a estudiar, a trabajar, a tener voz y voto en los asuntos públicos.
Si bien no se trata de una correlación lineal sino de un fenómeno multifactorial, es bien aceptado hoy y hay artículos académicos que sostienen la importante influencia de este preciso electrodoméstico en la liberación de una fuerte carga de trabajo en el hogar para el género femenino.
De la misma manera que el lavarropas automático ayudó a emancipar a las mujeres, internet está a liberándonos en muchos sentidos: el teletrabajo libera nuestro tiempo de tediosos viajes a la oficina; la gente que está en el interior o en zonas rurales, tiene hoy una mayor posibilidad de educarse, informarse y acceder a puestos de trabajo de calidad.
Luego de internet y creciendo más rápido todavía está la creación de blockchain, a partir de 2008. ¿Si las tecnologías se expanden con esta fuerza democratizante, cómo no iba a caer por su mismo peso la liberación de las finanzas?
Generado por múltiples actores, hoy hay un sistema de miles de nodos que ya habilitan a las personas a tener acceso a monedas globales que no dependen del Banco Central de ningún país y de contratos que no responden a los intereses de ningún gobierno. Y pueden acceder a ellas a través de billeteras que no intermedian su dinero sino que les entregan la totalidad del poder para manejarlas a través de sus llaves privadas, que solo posee el usuario.
Ese mero hecho, nos separa de todas las generaciones anteriores y nos obliga a repensar los pactos sociales. Y de nuevo, mejora las oportunidades de conjuntos de la población que están excluídos: una trabajadora doméstica que quiere enviar dinero a su familia en Perú y ya no necesita pagar el 20% por el servicio de remesas, un jóven del conurbano que ahora puede acceder a un mercado financiero usando sus ahorros y aprender haciéndolo, un grupo de mujeres argentinas que envía ayuda a sus pares oprimidas en Afganistán de forma directa y sin que el banco o ningún intermediario retenga altísimas tasas por un envío solidario. Sin ir más lejos, este año en dos días una pequeña parte de la comunidad cripto juntó más de medio millón de pesos para luchar contra los incendios en Corrientes.
La Web3.0 está creando trabajos y abriendo puertas a personas sin importar su orígen, situación económica o incluso sus estudios formales.
Los casos de aplicación de DeFi (Finanzas Descentralizadas) a la vida cotidiana aumentan, aunque todavía se mantengan ocultos detrás del boom de las criptomonedas y lo que puede hacerse con ellas. La tecnología blockchain va cubriendo áreas de nuestras vidas cotidianas y modificando las formas en que pensamos el arte, la identidad, la pertenencia, las comunidades.
Quienes trabajamos en esto, consideramos que estamos cambiando el sistema desde afuera del sistema y eso constituye una fuerte innovación sociopolítica.
Las posibilidades que se abren para nuevos actores sociales, son inmensas.
Celina Neiman es co-fundadora de Defiant Wallet. Anteriormente trabajó en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, en la República Argentina. También trabajó como Head of Operations y consultora en TAG International Development en Myanmar, y como Project Leader en la Subsecretaría de Ciudad Inteligente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en Argentina.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
Las inversiones en criptoactivos no están reguladas. Es posible que no sean apropiados para inversores minoristas y que se pierda el monto total invertido. Los servicios o productos ofrecidos no están dirigidos ni son accesibles a inversores en España.