De los NFT a las CBDC, las criptomonedas deben abordar la normativa antes que los reguladores
Cada año que nos distanciamos un poco más del whitepaper de Satoshi Nakomoto, las criptomonedas se vuelven más populares que nunca, rompiendo más barreras, no solo en cuanto a entusiasmo, sino en cuanto a aceptación general. Desde los tokens no fungibles (NFT) hasta el Metaverso, 2021 fue el año de las criptomonedas, incluso después de una década en la que casi todos los demás años se podía decir lo mismo.
Sin embargo, a pesar del entusiasmo y la emoción, no debemos ignorar el hecho de que todavía hay cuestiones fundamentales que deben resolverse antes de que las criptos se conviertan en la “moneda del reino” dominante en todo el mundo, junto con la estructura principal de la próxima revolución industrial. Entre estas cuestiones destacan la protección contra el blanqueo de dinero (AML), el conocimiento del cliente (KYC) y la lucha contra la financiación del terrorismo (CFT), que garantizan que las criptomonedas sigan siendo una opción de pago responsable y estable sin exceso de regulación.
Ya estamos viendo este tipo de problemas con las naciones que son las más entusiastas en adoptar criptomonedas, ya sea a través de las CBDC u otros medios. El Salvador ha sido noticia por hacer de Bitcoin (BTC) una moneda de curso legal y por construir una ciudad financiada con Bitcoin y sin impuestos bajo un volcán, pero el país ha tenido sus problemas en el ámbito de AML/KYC/CFT, como cuando los ladrones de identidad comprometieron la billetera Chivo Bitcoin, el mecanismo a través del cual El Salvador dio a sus ciudadanos un “estímulo Bitcoin”.
Tampoco se trata solo de entidades públicas. El auge de los NFT en 2021 ha creado toda una nueva necesidad y énfasis en el KYC/AML en un espacio dominado por cifras llamativas. OpenSea no cuenta con una recopilación de KYC ni con un control AML/CFT, lo que significa que es susceptible a ser comprometido.
Para evitar que el crimen y el fraude maten a las criptomonedas en su etapa inicial, o al menos en esta etapa de desarrollo, la industria tiene que empezar a tomar medidas proactivas para auto-crear sus políticas y auto-regularse inmediatamente. Si no se hace esto, la tarea se dejará en manos del mismo tipo de funcionarios gubernamentales despistados que nos trajeron las disposiciones sobre criptomonedas de la ley de infraestructuras de Estados Unidos.
El emergente compliance-as-a-service
Aunque las plataformas de NFT están comenzando a integrar la lucha contra el blanqueo de capitales, el control de las transacciones sospechosas y la lucha contra la financiación del terrorismo, la norma no es en absoluto coherente. Los subastadores de la “vieja guardia”, como Christie’s y Sotheby’s, se niegan a hacer un listado de esas normas o a describirlas con detalle. OpenSea, quizás el principal impulsor del auge de los NFT, se ha resistido hasta ahora a incorporar cualquier tipo de AML/KYC en la propia plataforma.
A medida que la popularidad de los NFT siga aumentando, al igual que los sistemas operativos informáticos populares, estas plataformas atraerán a más hackers y ladrones de identidad. Los principales medios de comunicación proclaman a bombo y platillo que “los estafadores de NFT ya están aquí”. Si 2021 fue el año en el que los NFT ascendieron al mejor caso de uso que hemos tenido hasta ahora para las criptomonedas, entonces 2022 será un año en el que los hackers y los estafadores tratarán de explotar plenamente esa popularidad.
Ante la reticencia de las propias plataformas de NFT a la hora de abordar este problema, son otras plataformas tecnológicas las que deben tomar el relevo. Estas plataformas pueden ayudar a las plataformas de NFT a desarrollar protocolos más estrictos y requisitos más detallados de AML y KYC antes de que los gobiernos vengan con regulaciones atrasadas y draconianas. El desarrollo de “Compliance-as-a-Service” como solución interna de la industria no solo evitará el fraude, sino que impulsará un entusiasmo y un compromiso aún mayores por parte de los individuos, las entidades financieras y los gobiernos que todavía ven a las criptos como el rincón irresponsable del universo financiero.
Las empresas deberían formar parte del creciente sector del compliance-as-a-service, pero hacer frente a la creciente amenaza de los estafadores de NFT y blockchain no será suficiente, sobre todo cuando países enteros están mirando a las blockchains como soluciones nacionales.
Unas normas claras de AML/KYC equivalen a una verdadera viabilidad de las criptomonedas
Por supuesto, algunos en la comunidad de criptomonedas preferirían no alentar o incluso reconocer regulaciones de ningún tipo, pero esa táctica y filosofía simplemente no es realista ni razonable. Los problemas con el monedero Chivo de El Salvador demostraron lo rápido que los problemas de identidad y seguridad pueden hacer fracasar incluso los lanzamientos de criptomonedas mejor intencionados. Los países siguen buscando las mejores prácticas de KYC como parte de la expansión de las operaciones de criptos. Sri Lanka ha realizado una prueba de concepto de KYC. HSBC ha trabajado con Dubai en su KYC.
Mientras tanto, en los Estados Unidos, la Red de Vigilancia de los Delitos Financieros (FinCEN) emitió sus primeras prioridadesAML/CFT a mediados de año. Estas prioridades incluyen la corrupción, la ciberdelincuencia, el apoyo al terrorismo, el fraude, la delincuencia transnacional, el tráfico de drogas y de personas y la financiación de armas de destrucción masiva.
Aunque los distintos países se encuentran en diferentes etapas del proceso de AML/KYC/CFT, están surgiendo algunas directrices claras. Con 195 países diferentes, sí, puede haber 195 normas diferentes para regular las criptos. Sin embargo, después de varios años de directrices, reglamentos y sanciones, la industria tiene parámetros más que suficientes para empezar a adaptar las soluciones AML/KYC/CFT y la supervisión en las diferentes jurisdicciones. Esta es solo una razón más por la que la propia industria debe ser proactiva, desarrollando una norma completa, fácilmente comprensible y reconocida internacionalmente que sea fácil de adoptar en tantas jurisdicciones como sea posible.
Lo que la industria no puede hacer es permitir que la blockchain se vea acribillada por los mismos tipos de trampas al estilo “salvaje oeste” que caracterizan a internet. Sí, la popularidad de internet es indiscutible, pero eso ha venido con el sacrificio no solo de la privacidad, sino de la primacía de la verdad y la comunicación sana entre las personas. Eso significa construir un nuevo modelo de identidad, basado en el sistema de confianza de blockchain, pero también un modelo lo suficientemente flexible como para cumplir con las normas razonables de AML, KYC y CFT.
Este artículo no contiene consejos ni recomendaciones de inversión. Todas las inversiones y trading implican un riesgo, y los lectores deben realizar su propia investigación a la hora de tomar una decisión.
Los puntos de vista, pensamientos y opiniones expresados aquí son únicamente del autor y no reflejan ni representan necesariamente los puntos de vista y opiniones de Cointelegraph.
Jonathan Camilleri Bowman es el CEO de Sekuritance, un ecosistema multidimensional de RegTech que ofrece cumplimiento de la normativa, monitoreo de transacciones regulatorias y gestión de identidad a individuos y corporaciones de negocios.
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