¿Cuál será el siguiente paso de la Fed?
Según las últimas minutas de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), publicadas el pasado miércoles, al parecer, el banco central anticipa una recesión (moderada) para finales del último semestre del año en curso. Es decir, todo parece indicar que la probabilidad de un “soft landing” se está reduciendo. Claro que, debido a las fallas en el pasado, las predicciones de la Reserva ya nadie las toma como un futuro escrito. Entonces, los inversores no siempre creen en ellas. ¿Qué hará la Fed en su próxima reunión?
En la última reunión, según las minutas, algunos de los participantes consideraron como apropiado un aumento del 0.5%. Obviamente, esa decisión no se tomó. Porque el grupo terminó escogiendo la senda del 0.25%. Pero eso sucedió antes de los colapsos de los bancos. La crisis bancaria añadió presiones adicionales al trabajo de la Fed. ¿Cómo afectará esto en sus próximas decisiones?
Es muy difícil saber este efecto. Porque todavía no se sabe a ciencia cierta la evolución y ramificaciones de esta crisis. Sin embargo, según el propio Jerome Powell, director de la Fed, el efecto de una crisis bancaria de este tipo, por lo general, se asemeja mucho a un aumento de los tipos de interés. ¿Por qué?
Primero, si los depositantes temen por la seguridad de sus depósitos, es muy posible que pierdan su confianza en los bancos. Segundo, los bancos, anticipando un posible problema de liquidez, pueden sentir la necesidad de subir el nivel de capital absteniéndose de emitir préstamos. Como resultado, el dinero se vuelve más escaso creando así una presión desinflacionaria. Eso es lo que la Reserva quiere hacer aumentando los costos de crédito. Lo que se busca es retirar liquidez del sistema para bajar la demanda. Al bajar la demanda, los precios, normalmente, caen.
Ahora bien, la inflación es un fenómeno multifactorial. En otras palabras, la política monetaria no tiene todas las culpas en este meollo. La Reserva Federal no es responsable de la política fiscal y no es responsable de la producción, por ejemplo. ¿Es responsable por lo que ocurre en Ucrania? ¿Es responsable por las decisiones de la OPEP+? ¿Es responsable del cambio climático? ¿Es responsable de los escases de camioneros, de los atascos en los puertos y de la política migratoria? No lo es.
En los años 60s, Milton Friedman escribió la famosa frase: “La inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario”. Pero, para aquel entonces, todavía uno se podía dar el lujo de asegurar esto, porque las demás variables en la fórmula de Phillips, históricamente, habían permanecido bastante estables. Ya no es el caso. En primer lugar, ahora es mucho difícil determinar lo que clasifica o no como masa monetaria. En segundo lugar, la velocidad del dinero se vuelve más errática e impredecible. En tercer lugar, las cadenas de producción y distribución a nivel global ahora son mucho más frágiles y cambiantes. En conclusión, las dinámicas en torno al dinero y al suministro han cambiado mucho desde los años 60s.
Bueno, llegó el momento de que nos actualicemos. Sin embargo, la frase de Friedman se ha convertido en un dogma para muchos conservadores. Es bastante frecuente que los políticos citen a los economistas del pasado como profetas omniscientes. Al parecer, se nos olvida que la ciencia avanza y que el conocimiento se va refinando con el tiempo.
La Reserva Federal está haciendo esfuerzos para bajar la demanda. ¿Por qué? Porque la inflación, en el fondo, es un problema de equilibrio. Si la demanda no encuentra el suministro, los precios suben. Por ende, se espera que, al bajar la demanda, volvamos a encontrar un equilibrio con el suministro. ¿Y si el suministro cambia de la noche a la mañana? ¿Y si la demanda se rehúsa a bajar a pesar de los aumentos del crédito?
Esta complejidad e incertidumbre limita bastante nuestra capacidad de hacer pronósticos. La guerra en Ucrania podría escalar. La OPEP+ podría seguir recortando la producción del crudo aún más. Los huracanes de este verano podrían ser más dañinos que los del año pasado. Y los sindicatos en los puertos californianos o los sindicatos ferroviarios podrían declararse en huelga. ¿Qué puede hacer la Reserva Federal en estos casos? Nada.
Todo dependerá de los datos en la medida que vayan llegando. Es decir, en muchos sentidos, la Reserva Federal solamente puede reaccionar a las circunstancias. Por ejemplo, si hay un problema en los puertos y la madera no puede llegar. O se desata una peste que afecta a la producción de huevos. Los precios de estos rubros se disparan. Y lo único que puede hacer la Fed en este caso es subir las tasas un poco más para restaurar el equilibrio mediante una reducción de la demanda. Ahora bien, con menos suministro y menos demanda, tendremos menos crecimiento, menos ingresos y menos empleo. Eso implica más dolor.
En reiteradas ocasiones, Jerome Powell nos ha dicho que la Fed hará lo necesario para volver al 2% de la inflación. Eso implica que el nivel del dolor va a depender, en gran medida, de factores ajenos de la Fed. Si todo marcha de manera “normal”, la Fed no tendré que subir mucho más los tipos. En consecuencia, la inflación podría bajar sin mayores daños. Por lo contrario, si los problemas con el suministro no cesan y la demanda se enquista (a pesar de los más elevados costos del crédito), la Fed no tendrá más opción que volverse más agresiva. La inflación, eventualmente, bajará. Pero, en este caso, el dolor será mayor.
Todo dependerá de los datos en la medida que vayan llegando. Se hará lo posible para evitar una recesión. Pero si una recesión es el precio que se debe pagar para bajar la inflación, lamentablemente, hay que pagar ese precio.
Se espera que la Fed tome una pausa pronto. De pronto, esa pausa se tome en la próxima reunión. O, de pronto, se requiera otro aumento de 0.25%. Después de la pausa, lo que ocurra después determinará el siguiente curso de acción.
La preocupación de muchos analistas es que la inflación encuentre un piso en 4%. Si nos encontramos con un piso blando, el camino será más fácil. De lo contrario, retornaremos a los aumentos o, en caso de no requerir más aumentos, se necesitará más tiempo con unos tipos así de elevados. Bueno, lo cierto es que nadie sabe lo que pasará. Pero eso no significa que podamos hacer nuestras propias especulaciones.
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