Cripto y banca: ¿Cuáles son las “implicaciones existenciales”?
Changpeng Zhao, CEO de Binance, predice “implicaciones existenciales” para la negativa de las finanzas tradicionales respecto a las criptomonedas. Es una historia sobre la arrogancia de lo nuevo contra la rigidez de lo viejo. Según esta narrativa, cripto es el futuro y la banca es el pasado. Al parecer, hay una rivalidad. En este caso, la batalla se expresa en términos revolucionarios. Por un lado, tenemos al poder establecido. Y, por el lado, tenemos a la oposición revolucionaria. El primer bando representa la opresión. El segundo bando representa la libertad. Se trata de una polarización entre dos extremos (supuestamente) irreconciliables.
Claro que este tono conformacional es el pan nuestro de todos los días en las redes sociales. Ahí la utopía se defiende sin mayores limitaciones. En Twitter, el individuo se convierte en un héroe de la historia al unirse a un movimiento revolucionario. La causa lo vuelve “fuerte” a nivel psicológico. En este contexto, los bancos, los gobiernos y las grandes corporaciones son el enemigo. No obstante, en la práctica, el asunto es muy diferente. Obvio que hay un mundo más allá de Twitter. En ese mundo, hay que pagar las cuentas. En ese mundo, hay obligaciones. En ese mundo, no se puede ser tan radical, porque no es práctico. En el mundo real, debemos encontrar un punto medio. En el mundo real, lo que prevalece son las soluciones mixtas.
Changpeng Zhao predice “implicaciones existenciales” para la negativa de las finanzas tradicionales respecto a las criptomonedas. Sin embargo, a los pocos días de estos comentarios, Mastercard y Binance anunciaron que lanzarán su segunda tarjeta prepago de criptomonedas en América Latina. En efecto, la misma comunidad que ataca constantemente a los bancos celebra cada vez que un banco hace algo a favor en torno a las criptomonedas. El precio de Bitcoin aumenta cada vez que las instituciones expresan interés. ¿Cuál es la fuente de financiamiento de las principales criptoempresas? Si seguimos el dinero, encontraremos que predominan los fondos de capital de riesgo relacionados con los grandes bancos.
Este mercado para prosperar necesita de mucho trabajo y apoyo. Necesita de los bancos. Este es un mercado emergente que necesita demostrar su utilidad. Los espacios se ganan. Los tuits interesantes y las grandes ideas son buenas. Pero no son suficientes. Esta comunidad también debe ofrecer mejores servicios y productos en un marco de seriedad y confiabilidad. Si la sociedad adopta estas soluciones, los bancos seguirán. ¿Por qué? Porque los bancos siguen el dinero. Así de sencillo.
Supongamos que montamos una tienda. Nuestro objetivo es que nuestro negocio prospere. Y, para lograr esto, ofrecemos valor y utilidad a nuestra clientela. Es nuestro trabajo ganarnos al público. Lo mejor sería cultivar las mejores relaciones con la banca. Y demostrarles a los escépticos que nuestra tienda merece una oportunidad. O sea, nuestra tienda debe ganarse sus espacios con trabajo y creatividad. Nos convierte ganarnos el visto bueno de los demás.
Ahora supongamos que nuestra tienda encuentra críticos. Visitamos un banco. Y la gerencia nos rechazó un préstamo. Las ventas cayeron. Y estamos pasando por una mala racha. ¿Qué hacer? Una solución es ir a Twitter y anunciar que nuestra tienda es el futuro y los bancos son el pasado. Podemos, incluso, predecir “implicaciones existenciales” para la negativa de las finanzas tradicionales respecto a nuestra tienda. ¿Acoso eso no sería una ridiculez? ¿Qué ganamos con esta actitud? Lo que tenemos que hacer es trabajar duro para convencer a los escépticos que nuestra tienda puede cumplir con lo que promete. El negocio debe conquistar a sus futuros socios con trabajo y creatividad.
El militante idiosincrático está convencido de que su causa obtendrá la victoria final a pesar de toda la oposición. O sea, el movimiento es una fuerza indetenible. Lo que implica que los detractores serán, tarde o temprano, aplastados por la historia. Entonces, todo rechazo se recibe con arrogancia. Estamos en el lado correcto de la historia. El escéptico de nuestra causa es un idiota o un malvado. Esto sigue el modelo de los comunistas o los ultra-religiosos. La utopía es inevitable, nos guste o no. Si no te gusta, serás aplastado. Esta narrativa atrae a los fanáticos por su fuerza. Después de todo, no hay lugar para la derrota.
Si adoptamos esta actitud en nuestro negocio, sabemos que nos espera un amargo final. La prosperidad es el resultado de la cooperación. Y el conflicto lo que genera es perdidas. ¿Qué futuro tendría el mercado cripto sin el apoyo de los bancos y los gobiernos? ¿Cuáles serían las “implicaciones existenciales” para un mercado emergente la falta de apoyo institucional? Lo nuevo necesita amigos.
Por supuesto que los comentarios en contra de los bancos y los gobiernos en Twitter por parte de los CEOs de las grandes criptoempresas están dirigidos para complacer a las facciones más radicales de la comunidad. Son cosas que se dicen el calor de batalla para subirle la moral de los soldados más devotos. En la práctica, estas criptoempresas quieren estar en buenos términos con los bancos y los gobiernos, porque sabemos que el futuro de sus negocios dependen de ello. Entonces, en esta comunidad existe una gran brecha entre lo que se dice y lo que realmente se hace. Por un lado, tenemos la lucha por la utopía libertaria. Y, por el otro, tenemos todas las concesiones que se deben hacer para ajustarse a la realidad.
¿Cuál es la prioridad? ¿La ideología o el dinero? En Twitter, se insinúa que la prioridad es la ideología. Pero los hechos nos demuestran que la prioridad es definitivamente el dinero. Mientras los criptofanaticos en Twitter no aceptan ningún tipo de concesiones, los grandes jerarcas de esta industria están reunidos tomando cócteles con banqueros y políticos en busca de apoyo. Esta industria para tener un futuro, requiere inversión. ¿Quién tiene el capital en este planeta?
Ahora bien, como inversor de criptomonedas, usuarios de redes sociales y lector de la prensa, uno puede llegar a confundirse con esta disparidad entre las distintas narrativas y la realidad de los hechos. Pero no podemos perder el rumbo. ¿Cuál es tu prioridad? ¿La narrativa o tu bolsillo? En lo personal, mi prioridad es mi bolsillo. Lo demás es ruido.
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