Conferencia anual del Banco Central del Perú habló de tecnologías monetarias postpandemias con IA
Se llevó a cabo la 12 edición anual de la conferencia organizada por el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y el Comité de Reinvención de Bretton Woods (RBWC, por sus siglas en inglés) el 24 de julio de 2020, la cual se desarrolló en base a “Una nueva era de formulación de políticas para las economías emergentes post-pandemia” en donde, Shenzhen Thousand Cities Strategic Algorithms Cloud Technology (TCSA) fue invitado en calidad de asesor sobre tecnologías monetarias soberanas, en la cual se planteó la cabida de la AI en este sector.
La conferencia virtual dio la bienvenida a los asistentes del Banco Central de Rusia, Pakistán, Costa Rica y Armenia, así como del Centro de Investigación de moneda de América Latina, la Asociación de Finanzas Internacionales y el Instituto de Investigación Económica de la Universidad de Pensilvania.
Marc Uzan, el presidente del RBWC enfatizó el impacto económico de la pandemia de coronavirus en países de todo el mundo. Los bancos centrales que asistieron compartieron sus respectivas decisiones de política fiscal y monetaria en un esfuerzo por restaurar la salud económica y la productividad, mantener la estabilidad financiera y allanar el camino para la formulación de políticas después de la pandemia.
TCSA propuso que las economías nacionales deberían mejorar sus sistemas monetarios al actualizar las monedas de crédito soberano, a monedas de activos soberanos respaldadas por datos completos y análisis algorítmicos.
El comunicado también detalla que: “El sistema monetario de activos soberanos de TCSA consiste en dos opciones de paquete: El pago electrónico + motor algorítmico de inteligencia artificial + puesto de mando de decisiones de política” o “moneda digital + motor algorítmico de inteligencia artificial + puesto de mando de decisiones de política”.
Cualquiera de ambos sistemas puede construirse en uno a tres años encima de los actuales sistemas de puntos de venta, pagos móviles, banca digital o esquemas de monedas digitales, lo cual en la práctica garantiza una actualización potente y sin riesgo de los sistemas de pago en uso.
En este orden de ideas, es importante recordar que los avances en Inteligencia Artificial (IA) en los últimos años abren un panorama prometedor para las entidades bancarias, con las que pueden ofrecer mejoras de eficiencia interna, aumento de la productividad y una mayor calidad del servicio al cliente.
El impacto de la inteligencia artificial en la banca
Durante los últimos años el uso de herramientas vinculadas a la inteligencia artificial se ha incrementado exponencialmente en todos los sectores económicos, gracias al volumen de Big Data y el aumento de la capacidad de procesamiento de la información. La aplicación de estas herramientas en los servicios financieros supone la posibilidad de incrementar no solo los beneficios del sector sino del global de los consumidores con mejores servicios bancarios.
La inteligencia artificial no es nada más que un conjunto de teorías y algoritmos que nos permiten que los ordenadores llevan a cabo tareas que comúnmente requieren las capacidades de inteligencia humana para el reconocimiento o la interpretación. Pero la inteligencia artificial incluso puede ir más allá de la inteligencia humana, mejorando las capacidades.
La inteligencia artificial podría plantear nuevos desafíos que deberán abordarse para aprovechar todas estas nuevas oportunidades. La promoción de un amplio diálogo sobre todos los aspectos del desarrollo de la inteligencia artificial y su impacto sigue siendo una prioridad clave para el sector bancario.
Finalmente, se pudo conocer que, en el mes de agosto, TCSA organizará seminarios web con varios bancos centrales para discutir más a fondo la implementación del “Sistema de moneda de Activos Soberanos”. Perú está en las charlas del más alto nivel global.
Bancos Centrales a la Vanguardia
El uso de tecnologías disruptivas por los diferentes Bancos Centrales de distintos países a nivel global, es una tendencia que cada vez gana más terreno con el fin de adaptarse a los nuevos tiempos que desafían el mayor uso de pagos digitales o ‘sin contacto’.
En este contexto, la Inteligencia Artificial y el uso de la cadena de bloques son sin duda , las de mayor demanda para las llamadas monedas digitales soberanas. Con casos de uso en fase de pruebas como Japón o China, y otros menos mediáticos pero no menos importantes como el de Ucrania, no cabe duda que la tecnología llegó para quedarse.
Si bien latinoamérica no ha tenido el empuje significativo en el caso de monedas digitales de Banco Central o CBDC, algunos países de la región como Brasil o Argentina ya han asomado esta posibilidad en el pasado reciente, y el uso de algoritmos con IA sin duda, que son parte del ingrediente a aplicar en estos casos, con el fin de optimizar procesos.
Lo auspiciado recientemente por el Banco Central de Perú, no es otra cosas más que un indicativo de hasta planea llegar el organismo en un futuro cercano, y al parecer están abonando el terreno para que a nivel institucional, el uso de este tipo de tecnologías disruptivas no sea traumático para la transformación digital que están demandando los tiempos post-Covid 19, y más importante aún, los tiempos de guerra comercial que se viven entre las dos economías más importantes del planeta.
Parece ser cuestión de tiempo para que muchas instituciones financieras tanto de nivel público como privado comiencen adoptar finalmente tecnologías disruptivas puertas adentro, con el fin de dar el paso definitivo hacia la digitalización de su cono monetario, que les permita estar no sólo a la vanguardia de los nuevos tiempos, sino a la par de los desafíos económicos que están demandando los tiempos post pandemia.
En esta nueva carrera, sólo aquellos que sean osados en experimentar, educarse y adoptar las nuevas tecnologías, podrán ser en definitiva, los más preparados y menos dependientes de autoridades centrales que históricamente han impuesto políticas financieras contrarias a los nuevos tiempos que demandan mayor libertad de movimiento e inclusión.
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