Cómo superar los miedos y las creencias limitantes sobre el dinero
Muchas personas tienen problemas con el dinero. Lo consideran algo inmoral o superfluo. O piensan que el dinero no es necesario y que no les aporta nada. El rico, con frecuencia, es visto como un malvado. Porque el dinero frecuentemente se relaciona con la codicia, la envidia y la avaricia. Entonces, algunos pueden llegar a creer que el que tiene mucho, sobre todo más de lo necesario, tiene todos esos males en su alma.
Los críticos del dinero suelen tener una visión del mundo muy peculiar. Es decir, creen que tenemos trabajos que odiamos para comprar cosas que no necesitamos, para impresionar a personas que no nos caen bien. Entonces, desde este punto de vista, el trabajo es una especie de tortura para financiar una vida de apariencias que solo beneficia a una sociedad estúpida.
En otras palabras, es absurdo. Por contraste, el mundo sin dinero es prácticamente un paraíso de ocio, libertad, diversión y humildad. ¿Tienes algún amigo que piense así? ¿Has pensado así en algún momento? ¿Acaso piensas así?
La familia y la amistad no tienen la mala fama del dinero. Nadie ve mal que un padre alimente y vista a sus hijos. Nadie critica que un amigo ayude a otro en dificultades. Nadie reprocha que la familia comparta el pan. Todo lo contrario, eso se ve como algo bueno y positivo.
La familia y la amistad no son instituciones perfectas. Claro que tienen su lado negativo. Pero es más fácil hablar de lo bueno que de lo malo. Este no es el caso del dinero. Pareciera que es más fácil hablar de que el dinero no sirve o que hace daño. Sin embargo, tanto la familia como la amistad y el dinero son herramientas de cooperación. El dinero cumple funciones sociales muy importantes. Sabemos que es importante. De hecho, por eso trabajamos por él. Pero rara vez podemos expresar de manera articulada sus beneficios. En este sentido, los críticos del dinero tienen una ventaja sobre sus defensores.
El dinero es una forma de ordenar la sociedad que ha generado mucha controversia y debate desde que surgió. Antes de que los griegos inventaran el dinero, las personas se relacionaban mediante una economía de regalo basada en vínculos familiares y sumisión a sus jefes. Eso era en el mejor de los casos. En el peor de los casos, la guerra era el medio más empleado para obtener y distribuir las cosas.
¿Y el trueque? El trueque es prácticamente un mito. En comparación con el regalo o la guerra, el trueque era más una extraña excepción que la norma. ¿Es que los libros de economía se equivocan? Sí, señores. Están equivocados. La evidencia arqueológica y antropológica ha demostrado que, antes de la invención del dinero, ninguna sociedad ha aplicado el trueque a gran escala. Antes del dinero, el regalo (dentro de la tribu) y la violencia (fuera de la tribu) eran los métodos más utilizados.
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El dinero apareció como una solución pacífica e impersonal para intercambiar valor entre extraños. El dinero permitió que cada uno fuera más independiente, libre y democrático. Pero el dinero también trajo problemas: algunos acumularon más que otros, algunos gastaron más de lo necesario, algunos compitieron sin cooperar y algunos quedaron excluidos o marginados.
El dinero tiene una idea central muy revolucionaria: el valor universal. Esto significa que todo se puede medir y comparar con un número. Así, algo que cuesta un millón de dólares es igual a otra cosa que cuesta lo mismo. Por ejemplo, un Ferrari puede valer lo mismo que un Picasso o una vida humana (si se paga una indemnización a su familia). Esto nos libera de los lazos y las limitaciones de la sociedad tradicional, donde las cosas dependían de la tradición y los clanes. Pero también crea la ilusión de que todo se puede reducir a la singularidad de un número.
El dinero nos hace pensar que todo se puede expresar con un número (valor monetario). Pero esto puede tener un efecto deshumanizante, al alejarnos de la realidad concreta y compleja de las cosas. Así, podemos caer en el exceso de acumulación, de consumo y de competencia por el estatus. Y podemos correr el peligro de estar dispuestos a todo por conseguir dinero, incluso a sacrificar los valores humanos.
Los griegos fueron los primeros en inventar el dinero como lo conocemos hoy: una moneda con un valor universal. Pero también fueron los primeros en reconocer sus peligros y sus límites.
En los viejos tiempos, la familia, la tradición y la tierra eran lo que nos daba identidad y sentido. Pero ahora, la ciudad, el dinero y la educación son lo que nos define y nos diferencia. Antes, vivíamos entre familiares y conocidos, lo que nos limitaba nuestra capacidad de ser nosotros mismos. El dinero nos permite vivir entre extraños de manera independiente. El dinero es libertad. La libertad de vivir como nos plazca de manera segura e independiente.
¿Qué significa esto? Que podemos elegir dónde vivir, qué hacer, con quién relacionarnos y cómo gastar nuestro dinero. Que podemos escapar de las ataduras y las presiones de la sociedad tradicional. Que podemos expresar nuestra individualidad y creatividad. Pero también significa que tenemos más responsabilidad sobre nuestras decisiones y sus consecuencias. Que tenemos que aprender a convivir con la diversidad y el cambio. Que tenemos que encontrar un equilibrio entre la libertad y la solidaridad.
El trabajo no tiene por qué ser una tortura. El trabajo también puede ser un placer y lo podemos ver como una forma de expresión, creatividad y capacidad. Con nuestro trabajo, aportamos valor a los demás. Hacemos algo útil y beneficioso para la sociedad. En vez de vivir como vagabundos oliendo las flores del camino, estamos orgullosamente afuera en la batalla. Luchando heroicamente con los gladiadores en la arena en busca del pan.
El trabajo nos da seguridad, identidad e independencia. El dinero nos da capacidad de intercambio. Es mucho mejor que depender enteramente de la caridad de los extraños o familiares. El dinero no es todo malo (aunque tiene un lado negativo o peligroso). Obviamente, también tiene su lado bueno. No hay que dejar que el miedo a sus aspectos negativos nos impida beneficiarnos de sus aspectos positivos. Es un error tener creencias limitantes en torno al dinero, hay que ver los dos lados de la moneda.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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