Cómo la web oscura puede arruinar tu vida
La era digital es una época en la que nuestros datos están expuestos a diario. Desde datos documentales, bancarios o incluso imágenes en redes sociales, estamos sometidos diariamente al tránsito de dichos datos a través de teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras.
Debido a tal exposición, recibimos diariamente varios consejos sobre cómo cuidar nuestros datos personales, qué precauciones debemos tomar para evitar que nuestros datos sean “robados”. Todo el mundo sabe que no debemos hacer clic en enlaces sospechosos, que no podemos almacenar contraseñas en nuestros teléfonos celulares sin una buena protección o creer en ofertas tentadoras y ofertas de trabajo para ganar mucho sin salir de casa.
Aun así, las estafas digitales no paran de crecer. Cada semana nos encontramos con nuevas estafas y víctimas. Y lo que queda es redoblar los cuidados y seguir con más atención todos los consejos de seguridad.
Francisco Gomes Júnior, socio de OGF Advogados, refuerza la importancia de ser conscientes de que el mundo digital tiene una capa visible, con leyes y reglamentos que es la Web o el internet que conocemos, con sitios web e IP identificables, pero que bajo esa capa existen “otros mundos“, conocidos como la Deep Web y la Dark Web, que no podemos ver y a las que solo pueden acceder personas con altos conocimientos digitales.
“Y les advierto, nuestros datos tienen garantía de seguridad solo en la parte legal de internet, donde la LGPD (Ley General de Protección de Datos) nos otorga una serie de garantías. En las demás capas somos vulnerables”, dice Francisco Gómez.
La Deep Web es la capa de la web donde se ubican las bases de datos de empresas y gobiernos. Se trata de contenidos que se ocultan, pero que no son, en principio, ilegales. La Dark Web es una capa más profunda, bastante oculta y solo accesible por navegadores no tradicionales. La Dark Web es frecuentada por delincuentes que comercian con todo a través de un mercado ilícito, como armas, drogas, imágenes de pedofilia y, por supuesto, datos personales.
En la Dark Web están los ciberdelincuentes. Los datos personales se pueden comprar en paquetes, pero el delito va más allá.
Francisco también recuerda que actualmente se ofrece software malicioso, cuentas robadas, tarjetas de crédito y ciberespionaje.
“Por ejemplo, para hackear una computadora corporativa o personal se cobra un promedio de USD 500 a USD 3,500. Por estos precios también ofrecen hackear celulares, hackear correos, hackear redes sociales y hasta aplicaciones de mensajería. Desde $300 es posible para hackear cuentas de WhatsApp, Instagram y Facebook“.
La declaración es aterradora, pero real. Cada vez más debemos cuidar nuestros datos personales, redoblar los cuidados y, sorprendentemente, en la era digital, no concentrar datos y contraseñas en un mismo dispositivo, sino mantenerlos fuera de cualquier red. Los hackers ahora ofrecen servicios ilegales para, dicen, arruinar la vida de otra persona que el contratista quiere. Dicen que pueden difundir información e imágenes falsas en las redes sociales, exponer datos financieros y, en el límite, plantar fotos comprometedoras en los dispositivos de las personas.
“Más que nunca, tenemos que redoblar los cuidados”, termina Francisco.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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