¿Cómo aprender a vivir con la volatilidad de Bitcoin?
El precio de Bitcoin sube y baja violentamente. El activo es sumamente volátil. Punto. Así de sencillo. Nos guste o no, esa es la verdad. El riesgo es muy alto. Muchos, sin embargo, prefieren caer en la negación, afirmando que Bitcoin es el activo más “seguro” de todos. De hecho, muchos aseguran que Bitcoin es un “refugio seguro” similar al oro. Lo que implica que en tiempos de incertidumbre es buen negocio invertir en Bitcoin. Llámese propaganda fraudulenta o autoengaño, pero lo cierto es que muchos bitcoiners olvidan mencionar el tema de la volatilidad. ¡Oops! En periodos de euforia, es prácticamente un sacrilegio hablar de una posible caída. Porque se vende la ilusión de que Bitcoin es un activo que sube de precio sin parar. Error. La volatilidad de Bitcoin es una realidad.
Resulta muy extraño tener que señalar la existencia de la volatilidad de Bitcoin. ¿Por qué? Bueno, porque es obvia y evidente. Decir que el precio de Bitcoin es volátil no te convierte en un traidor a la causa. Es simplemente un hecho que se puede demostrar con extrema facilidad. Esto, por supuesto, no significa que Bitcoin sea una mala inversión. Sin embargo, sí significa que es muy difícil hacer planes. Por ejemplo, supongamos que pedimos un préstamo y debemos pagarlo con nuestras ganancias de Bitcoin. Compramos hoy y el préstamo hay que pagarlo en un mes. En efecto, no tenemos certezas de ningún tipo. ¿Podremos pagar el préstamo? No lo sabemos. En este caso, estaríamos asumiendo un gran riesgo.
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Ahora supongamos que recibimos un préstamo benevolente de 100 dólares que debemos pagar en 30 días. Afortunadamente, contamos con un saldo muy superior en el banco y, adicionalmente, en 15 días recibiremos un pago superior a mil dólares, libre de compromisos. En este caso, la operación es, prácticamente, segura en un 100%. El riesgo es casi nulo. La deuda es en dólares. Y el pago es en dólares.
Ahora bien, la mayoría de nuestros compromisos son en fiat. La renta, el mercado, la tarjeta de crédito, el seguro, los servicios, etc. Es decir, nuestros lujos y necesidades se financian con dinero fiat. En otras palabras, la tasa Bitcoin es importante. Bitcoin carece de valor intrínseco. O sea, Bitcoin no se come. Su importante yace en su valor monetario. Es decir, en la tasa del par dólar/bitcoin. No es lo mismo un bitcoin a $60K por unidad que un bitcoin a $3K por unidad. Eso podría resultar obvio, pero, al parecer, no lo es. Muchos, incluso, afirman con orgullo que “un Bitcoin es un bitcoin”. Y eso es lo único que importa. Bueno, trata de pagar tus cuentas con un bitcoin a una tasa desfavorable. La tasa de intercambio importa, porque los seres humanos no comemos papel ni, mucho menos, códigos digitales.
Para los que acumulan Bitcoin por razones estéticas, seguramente un bitcoin siempre es un bitcoin. Pero, para los inversores que quieren verle el queso a la tostada, el precio de Bitcoin sí importa. Y las oscilaciones dramáticas del precio ciertamente implican un riesgo. Muchos invierten en Bitcoin con sus ahorros de toda la vida. Si, de la noche a la mañana, el precio de Bitcoin baja en un 50%, la caída va a doler. Digamos que una pareja invierte todo lo que tiene en Bitcoin. El precio baja a la mitad y en ese momento uno de los dos se enferma de gravedad. ¿Un bitcoin es un bitcoin?
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El inversor ingenio normalmente compra en codicia. Cree (equivocadamente) que su inversión ofrece cero riesgos y grandes retornos en el menor tiempo posible. Por lo general, compra caro, porque asume que aquello que sube seguirá subiendo para siempre. Solo escucha las predicciones optimistas. Y la idea de perder dinero no entra en su mente. Se ilusiona con las posibles ganancias. Entonces, invierte más de lo que en el fondo debería invertir. Es decir, asume esos riesgos, porque, según él, su inversión es “segura”. Después de todo, su influencer favorito en Youtube le recomendó la movida. ¿Qué puede ir mal?
La verdad es que muchos invierten con falsas expectativas. Entonces, después de la caída, viene el pánico. La gran sorpresa de la caída del precio. ¿Cómo es posible? Todo el mundo pensaba que el precio seguiría subiendo. Sin embargo, un indicador siempre nos los dijo. Lo dijo desde el principio. ¿Cuál indicador? La volatilidad histórica del activo. Es un principio muy básico. Mientras más sube un activo, más riesgoso es.
¿Cómo aprender a vivir con la volatilidad de Bitcoin? Lo primero. Reconocer su existencia. Lo segundo. Prepararse para su llegada. Esto, a menudo, quiere decir que debemos tener plan A y plan B. ¿Qué pasa, si el precio sube? ¿Qué pasa, si el precio baja? Si nos vamos bien en las dos opciones, podremos soportar la volatilidad. ¿Qué ocurrirá con nuestros compromisos, si el precio baja? ¿Qué ocurrirá con nuestras deudas? ¿Con nuestro estilo de vida? Si la respuesta es nada en lo absoluto, estamos preparados para la volatilidad. Es decir, podemos darnos el lujo de esperar el tiempo que sea necesario.
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El inversor ingenuo compra caro y vende barato. Siente codicia con el FOMO y miedo con el FUD. Lo que lo hace comprar demasiado tarde y vender demasiado temprano. El inversor inteligente, por el contrario, compra barato y vende caro. Vende en las alzas. Y compra en las caídas. Un alza es una oportunidad de venta. Una caída es una oportunidad de compra. Por ende, siempre es navidad para el inversor inteligente.
El truco es nunca quedarse sin fiat. La peor tragedia es enfrentarse a una caída de precio sin los fondos para comprar. Fiat es estabilidad. Bitcoin es oportunidad. Riesgo. Pero es un riesgo calculado, si contamos con la estrategia adecuada. La narrativa de bitcoin como “refugio seguro” puede ser fatal para los nuevos inversores. Es como vivir en la Isla de la Fantasía. El problema es que, tarde o temprano, la volatilidad se hará sentir. En este caso, yo prefiero estar preparado. Bitcoin es un activo especulativo de alto riesgo. Representa una gran oportunidad. Se puede hacer mucho dinero invirtiendo en Bitcoin. Pero no podemos caer en el autoengaño. No todo es color de rosas. La volatilidad hay que combatirla con estrategia.