China y Latinoamérica: ¿Cuáles serán los efectos de la reapertura?
Ciertamente, la reapertura de China representa un cambio con ganadores y perdedores. Para Latinoamérica, en particular, esta reapertura significa un aumento de la demanda en materias primas y mercancías. Lo que, para Latinoamérica, es muy determinante por tratarse de una región que depende principalmente de las exportaciones de materias primas y mercancías. En muchos sentidos, la región se favorece de la reactivación china.
Después de casi 3 años de confinamiento, China abre sus puertas. Según los estimados de Morgan Stanley, la economía china podría crecer en un 5.7% en el 2023. Este nuevo impulso significa una mayor demanda. Debemos recordar que China consume el 16% del petróleo del mundo. También consume el 50% del cobre. Y consume más de 60% del hierro. No hay que ser un genio para saber que estas reaperturas son nuevas noticias para, por ejemplo, Chile y Brasil. Chile exporta gran parte de su cobre a China. Y Brasil envía el 70% de su soya. En fin, esta demanda indudablemente tendrá un impacto en los precios.
Para Latinoamérica, China es un comprador de materias primas y socio comercial. Sin embargo, esos no son los únicos roles. China también juega el papel de financista. Los bancos chinos han facilitado préstamos en Latinoamérica. O, mejor dicho, China ha inyectado mucho dinero en la región. Entre 2005 y 2020, se calcula la suma de 138 mil millones de dólares en préstamos.
Durante la última década, el crecimiento económico en Latinoamérica ha sido bastante modesto. Estamos hablando de un promedio de 3% al año. Claro que, por muy modesto que parezca ser ese crecimiento, el intercambio con China es responsable de una buena porción. Para Suramérica, en particular, esta porción es más grande. De hecho, se podría decir que, para Suramérica, China, en este momento, es un socio más importante que los Estados Unidos.
Ahora bien, nos guste o no, en muchos sentidos, la economía latinoamericana depende de China. Sin embargo, esta situación la debemos entender en el contexto de los mercados financieros (S&P 500, Nasdaq, Big tech, cripto). Este incremento de la demanda china genera, indudablemente, presiones inflacionarias. Es decir, ahora el trabajo de los bancos centrales en su lucha contra la inflación se ha vuelto más difícil. Si el precio de las mercancías aumenta debido a la demanda, los bancos centrales se verán en la obligación de endurecer aún más. O sea, el retiro de liquidez tendrá que ser mayor. Lo que, inevitablemente, perjudica las valoraciones de los activos de riesgo como Bitcoin.
En este sentido, buenas noticias son malas noticias. Cierto que hemos tenido avances en la lucha contra la inflación. Sin embargo, muchas cosas pueden ir mal en el camino. Hablemos de la presión por el lado de la demanda. Tenemos al mercado laboral estadounidense que se niega a enfriarse del modo deseado. Y, ahora, tenemos la reapertura china. Por el lado del suministro, la guerra en Ucrania es el peligro más evidente, seguido por los posibles recortes de la OPEP+. Me temo que muchas cosas pueden causar trabas en las cadenas de producción y distribución a nivel mundial.
Se espera que los precios del petróleo promedien alrededor de $90, el barril, en el periodo 2023-2027. Estas estimaciones, al parecer, son un consenso entre los profesionales del sector, según una encuesta anual realizada por Reuters. El precio actual, por barril, en este momento, se ubica a $4-10 por encima de las estimaciones de la encuesta del año pasado.
“Según la encuesta de este año, se pronostica que los precios promediarán $87 en 2023, por debajo de los $99 alcanzados en 2022, cuando los precios aumentaron tras la invasión de Rusia y las sanciones impuestas en respuesta por los Estados Unidos y la Unión Europea.”
“Los pronósticos para 2023 están estrechamente agrupados, con la mitad de los encuestados esperando que el precio promedio se encuentre entre $80 y $95, y más del 90% espera que el promedio se encuentre entre $70 y $105.”
Se supone que esta estabilidad relativa del precio del petróleo que pronostican estos encuestados se basa en una eventual caída de la demanda debido al aumento del costo del crédito. De esta forma, la reapertura de China podría perder su efecto. Sin embargo, aquí puede pasar cualquier cosa.
Ahora bien, en lo que se refiere específicamente al mundo de las inversiones, no es ningún secreto que el latinoamericano invierta mucho dinero en los Estados Unidos. Los capitales salen del país de origen y se convierten en dólares, acciones, bonos, cripto y/o bienes raíces. Por ende, lo que hace o no hace la Reserva Federal de los Estados Unidos es tan relevante para el inversor Latinoamérica como para el inversor estadounidense.
En la práctica, la inflación en los Estados Unidos no tiene un impacto directo en el día a día del latinoamericano. En este caso, la tasa de dólar y la inflación local es lo verdaderamente relevante. No obstante, el contexto macroeconómico gana mucha relevancia a la hora de tomar decisiones financieras. La demanda china genera presiones alcistas en las mercancías. Entonces, aquí, ciertamente, podrían presentar muchas oportunidades de negocios e inversión.
¿Y el mercado bursátil estadounidense? ¿Y los bienes raíces en los Estados Unidos? Bueno, estos mercados bailan al son de la Reserva Federal. Obvio que no es lo mismo comprar una propiedad con financiamiento barato que con financiamiento más caro. Los inversores están encontrando refugio en el dólar y en los bonos-T para ganar estabilidad en estos tiempos de volatilidad e incertidumbre. Están esperando que se aclaren las aguas y entrar al pozo.
Todo depende de la inflación. Cierto. Las medidas de la Reserva Federal dependen de la inflación. Pero debemos recordar que la inflación es un fenómeno complejo y multifactorial. Lo que implica que no es una bestia fácil de dominar. En este aspecto, lamentablemente, la reapertura de China se convierte en un elemento más a considerar. ¿Cómo reaccionan los precios a esta reapertura? Bueno, eso aún está por verse.
¿Podríamos tener un boom especulativo al estilo del 2020 con una política monetaria de endurecimiento? Difícilmente. ¿La reapertura China es beneficiosa para el crecimiento económico latinoamericano? Claro que sí.
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