Caso FTX: ¿Qué está pasando?
El colapso del exchange FTX ha generado una nueva crisis de confianza en el espacio cripto. En consecuencia, se ha producido una gran caída en el precio de Bitcoin y las demás criptomonedas. De hecho, el precio de Bitcoin alcanzó un mínimo no visto en varios años. Lo que no es muy bueno para la credibilidad del activo como inversión. Ya es obvio que este ciclo bajista no ha sido como los anteriores. Se pensaba que el ecosistema cripto ya había superado su crisis a la Lehman Brothers. Sin embargo, el caso FTX ha demostrado que esta historia no ha terminado.
Muchos asumen (error) que este ciclo es un ciclo bajista más. O sea, se trata de un ciclo bajista común y corriente como los anteriores. Entonces, lo más inteligente es comprar el fondo. Y simplemente esperar la recuperación y ya. En otras palabras, la historia se repite. El futuro será como el pasado. Simple. Bitcoin, como inversión a largo plazo, es una inversión sumamente segura. Y todos felices para siempre.
Durante esta capitulación, no es raro leer tuits celebrando el acontecimiento. Esto sucede, porque se piensa que toda caída es una oportunidad para comprar más “barato”. Y, “como la historia se repite”, se cree con fe fanática que los compradores de hoy serán los ricos de mañana. El tono de seguridad y certeza de algunos comentarios revela la ingenuidad, la inmadurez y la ignorancia de muchos en este espacio.
Bien lo dijo Bertrand Russell: “El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas”.
¿Por qué el argumento de “la historia se repite” se cae en este ciclo? En el 2018, en efecto, se registró un mínimo ($3.1K) después de alcanzar un máximo histórico ($19.7K) el año anterior. Pero ese mínimo ($3.1K) fue superior al máximo ($1.2K) del ciclo alcista anterior. Es decir, un inversor, que compró el máximo en noviembre del 2013, no perdió dinero en el 2018. De hecho, logró triplicar su dinero en 5 años. Este comportamiento se convirtió en una narrativa muy poderosa a favor de Bitcoin. O sea, “nadie, que ha esperado 3 o 4 años, ha perdido dinero con Bitcoin”.
¿Qué está pasando? Lo que está pasando es que ya no podemos decir eso. Porque muchos de los que han esperado 3 o 4 años sí han perdido dinero con Bitcoin. El precio de hoy está por debajo del máximo ($19.7K) del 2017. Bueno, esto es diferente. Aquí tenemos un cambio. Este ciclo es distinto a los anteriores en ese respecto. Y no es poca cosa. De hecho, marca un precedente sumamente relevante. Entonces, la narrativa de “espera y todo estará bien” ya no es una carta tan poderosa.
En este caso, la estrategia por defecto ya no es comprar y esperar. Ahora, lo más sensato sería comprar al mejor precio posible y tomar ganancias al registrar ganancias. Lo que convierte a Bitcoin en un activo más especulativo. La incertidumbre en torno al activo se incrementa. Por ende, esa “confianza fanatica” al estilo de Michael Saylor, tan popular en Twitter, en torno a Bitcoin es un delirio. No es otra cosa que un falso sentido de seguridad. Muchos bitcoiners aún están viviendo en una era pre-2022.
Todas las ganancias obtenidas durante las inyecciones más grandes de la historia se han perdido. Bitcoin no las pudo retener. Este no es el 2018. Esto es mucho peor. Y muchos bitcoiners ha escogido ignorar esto. Siguen promoviendo ese falso sentido de seguridad y certeza. Siguen insistiendo que este ciclo bajista es como los anteriores. No lo es.
Ahora bien, ¿qué significa este golpe en la credibilidad? Bueno, podría significar que en esta oportunidad la recuperación podría tardar mucho tiempo. O sea, el lapso de recuperación podría no seguir los mismos patrones del pasado. Podría surgir un patrón mucho más impredecible.
02 de noviembre: Se da a conocer que la empresa Alameda Research, fundada por Sam Bankman-Fried, tenía una cantidad significativa de FTX Token, el token nativo del exchange FTX. O, dicho de otra manera, el colateral del exchange descansa sobre su propio token. Esto causó un “bank run”. En consecuencia, el precio del token colapsó creando así un grave problema de liquidez para el exchange.
06 de noviembre: Binance busca liquidar sus tenencias debido a “recientes revelaciones”.
Muchos quieren salir. Nadie quiere entrar. El colateral pierde todo su valor debido a las ventas de pánico. La empresa no puede cumplir con sus compromisos. Pide rescate. Pero nadie quiere meterse en ese lío, porque la toxicidad es demasiada. Binance coquetea con la idea de comprar su rival por un momento. Pero se retracta al ver el tamaño del desastre.
09 de noviembre: En efecto, Binance se retira oficialmente del acuerdo de compra. El mercado de las criptomonedas se sumerge en un mar de rojo. Bitcoin alcanza un mínimo no visto en años.
En el papel, los activos superaban los pasivos. Pero, ¿cuáles eran estos activos tan “valiosos”? Los mismos tokens creados por el propio exchange y sin mucho respaldo. Se trataba de un castillo de naipes. El caso de FTX es, particularmente, irónico. Porque Sam Bankman-Fried, el flamante fundador de FTX, con esa imagen de “genio” desaliñado, desde el principio de la crisis, se ha presentado como un salvador al estilo de un J.P. Morgan en el pánico de 1907. Este caballero andante ofreció, en más de una oportunidad, rescatar a los afectados. Este truco publicitario sirvió para crear una ilusión de una “solvencia” que al parecer nunca tuvo. Ahora resulta ser que el salvador necesita ser salvado. Entonces, esa supuesta solvencia no era tal. Sam nos estaba vendiendo aire.
Se repite la historia de Celsius, Terra/Luna, Three Arrows Capital, y Voyager Digital. Para una empresa, no es muy complicado escribir en un libro que los activos superan los pasivos. Luego, usar estos supuestos activos para obtener financiamiento. Pero, ¿cuál es la calidad de estos activos? Si el colateral se desploma, ese balance entre activos y pasivos se rompe. La calidad en este caso se mide en estabilidad. Un activo demasiado volátil y demasiado ilíquido no es un colateral de calidad.
Lo que ocurre es que muchas criptoempresas colocan sus propios tokens en la lista de los activos. Están solventes en el papel. Pero un rumor puede causar ventas masivas reduciendo el valor del token en cuestión de horas. Por ende, los pasivos se vuelven gigantes en relación a unos activos depreciados.
Esto significa que, con esta nueva quiebra, muchas personas han perdido sus ahorros. La destrucción de riqueza, en cuestión de días, ha sido muy grande. Lo que es muy lamentable. En mi opinión, no hay mucho que celebrar aquí. Esta crisis no puede verse simplemente como una oportunidad para comprar. Es necesario que todo esto se sopese como inducciones de la irresponsabilidad, la imprudencia y la trampa que todavía abundan tanto en esta industria. Mucha deuda. Mucho colateral de aire. Empresas más transparentes son una necesidad.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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