Bitcoin y el ataque de los zombis: Los criptomitos que se niegan a morir
En el espacio cripto, hay más ideas falsas que peces en el mar. Están en todos partes. Nunca mueren. Son como zombis y, por mucho que uno trate de borrarlos de la faz de la tierra, siempre reviven para deambular entre nosotros. Son los mitos. Ideas falsas. Mentiras. Desafortunados malentendidos. Pero los bitcoiners defienden algunas de estas creencias como palabra sagrada. Nunca se sabe cómo surgen los mitos. Sin embargo, es un asunto muy delicado, porque una vez que el virus zombi toma un cuerpo ya no hay cura. Ahora bien, aquí vamos a intentar cazar zombis.
Claro que esto de cazar zombis en zombilandia no es muy inteligente, porque te convertirás en el tipo más odiado de la comarca. Un sabelotodo nunca cae bien. Obviamente que nadie quiere ser el sujeto que le cuenta la verdad sobre Papá Noel a los niños. O el amigo que siempre está corrigiendo la ortografía en Facebook. A veces es mejor ser feliz que tener la razón. Y, en la mayoría de los casos, lo más conveniente es pretender ser ciego, sordo y mudo por el bien de la fiesta. Sin embargo, en el tono adecuado, todo este asunto de cazar mitos podría llegar a ser una gran contribución. Muchos se ofenderán, pero otros seguramente apreciarán las aclaratorias. A veces un malentendido es solo un malentendido.
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¿Por qué hay tantos zombis? Difícil pregunta, pero asumo que se debe a que ahora todos somos expertos. Hoy contamos con más información gracias al internet, pero el mundo se ha vuelto más anárquico. Lo que quiere decir que el ser posmoderno desconfía de toda autoridad. Ahora si alguien quiere saber de economía, ya no va a la universidad. Ahora va a Google. En Twitter y Youtube, encontramos de todo, pero muy pocas fuentes son confiables. Y con el fin de todas las autoridades, ha surgido la noción romántica del amateur. Es decir, el amateur es más puro y sabe más, porque no es parte de la gran conspiración. En otras palabras, el amateur no está contaminado por el malvado sistema.
El mito del noble salvaje vive hoy más que nunca. Se rechaza al experto, pero se idolatra al amateur. El experto siempre es parte de una estructura. Ellos trabajan para una gran corporación, para una universidad o para el Gobierno. Entonces, son vistos como representantes del sistema. Por ende, son sospechosos. O sea, no son dignos de confianza. El excéntrico influencer o el meme anónimo, por otro lado, son los ídolos de esta generación. Ellos sí saben todo. El documental antisistema en Youtube toma la forma de una verdad gnóstica. El amateur aprende todas las verdades del universo en una especie de revelación mística que dura un par de horas. Tres documentales y por arte de magia ya se puede discutir con un Nobel de economía en Twitter.
Ahora bien, si nos dirigimos a las redes sociales, y nos vamos a la cuenta de un medio de noticias reconocido, veremos el enlace de la noticia y los comentarios de los lectores. Supongamos que la noticia cubre a Bill Gates hablando sobre la pandemia. Ahí podremos ver este fenómeno con gran claridad. Los lectores saben más, porque lo leyeron en un meme (falso). No verifican sus fuentes, pero atacan despiadadamente al noticiero que sí es información verificada. Los comentarios son insensatos y repletos de ira. Y, por más que la noticia venga de una fuente oficial, la mayoría de los lectores prefieren al meme falso como fuente. Es la era de la posverdad. Cada quien escoge sus hechos. La verdad se fabrica a voluntad. Es la verdad por deseo.
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Ahora bien, en el mundo cripto hay muchos temas debatibles. Existen muchas discusiones que giran en torno a posiciones muy subjetivas. Y hay muchas cosas que nos llegan por el lado emotivo. Por ejemplo, muchos idolatran a Satoshi Nakamoto. Y se usan frases como: “Lo que Satoshi habría querido”. O cosas como: “El verdadero Bitcoin”. Este tipo de cosas es muy común en las religiones, pero lo vemos mucho en el mundo cripto. Nadie toma un auto y piensa “Henry Ford habrá querido esto”. A la gente le importa tres pepinos lo que piense Henry Ford. Steve Jobs no invocó a Graham Bell durante lanzamiento del iPhone. Y Elon Musk no mencionó a los hermanos Wright en el último despegue.
En fin, en la comunidad cripto, hay muchas cosas pseudoreligiosas, teorías políticas, teorías de conspiración y supuestos muy discutibles, pero no podemos decir que son falsedades per se. Van más por el lado de las supersticiones. Esas cosas están en una zona gris entre lo subjetivo y lo objetivo. De hecho, casi toda la narrativa de Bitcoin ha sido tocada por estos elementos grises. Es algo muy humano. Pero, bueno, voy a ignorar todo esto y, para efectos de este artículo, me voy a enfocar en la refutación verificable de solo dos mitos. Más que dar una lista extensa y acabada, lo más importante aquí y la verdadera misión de este escrito es sembrar la duda para que luego el lector se convierta en un cazador de criptomitos por cuenta propia.
Ejemplo: “La tasa de inflación anual de Bitcoin será casi el 50% del promedio mundial de inflación después del halving”
La eterna confusión entre emisión e inflación es una de los criptomitos más arraigados. Esto está en todas partes. Emisión e inflación no son sinónimos, pero dentro de la comunidad cripto estos términos se intercambian despiadadamente. “La inflación de Bitcoin” ¿Qué? Escogí este criptomito porque los criptoexpertos cometen este error todo el tiempo y es muy sencillo de refutar. Con ir a un diccionario de términos económicos, tenemos. Pese a la estrecha relación que existe entre la emisión monetaria (suministro) y el alza en los precios de los bienes y servicios (inflación), es muy importante usar estos términos con cierta precisión.
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Ejemplo: “Bitcoin sí tiene valor intrínseco”
Bitcoin no es dinero mercancía como el oro o el tabaco. Es decir, no tiene valor de uso. Únicamente, valor de intercambio. No es fiat, pero sí es fiduciario. No es fiat, porque no es dinero por decreto gubernamental. Pero sí es fiduciario debido a que carece de valor intrínseco.
A pesar de ser un dinero ciudadano (descentralizado) y escaso, en este sentido se parece más al dólar que al oro. El valor Bitcoin yace en su aceptación. Eso no quiere decir que sea dinero de la nada como dicen los escarabajos del oro. Es dinero que nace de un pacto social. No aparece en la tabla periódica, ni se utiliza como materia prima en ninguna industria. Pero tiene valor de intercambio. Si bien es cierto que crear un bitcoin requiere energía, poder de cómputo y tiempo, también es verdad que el papel de los billetes tiene un costo. Pero dinero fiduciario es dinero fiduciario. Sea de un gobierno o de una comunidad cibernética.
En conclusión: Siempre es sano cuestionar las suposiciones colectivas. Solo los tontos no cambian de opinión. No hay nada de malo con corregir los malentendidos que circulan por ahí. Creo que el secreto está en estudiar y en apoyarse en las referencias confiables. Es decir, debemos acudir directamente a los expertos. Evitar los memes y Youtube. Podemos ver todo ese contenido, pero siempre verificando la información. Nunca dando nada por sentado. Ojo, con los influencers. Debemos ser un poco más escépticos con todo esto del culto al amateur. ¡Cazamos zombis!