Andrew Bragg, senador australiano, afirma que la “siniestra” exclusión bancaria de los traders de criptomonedas suele ser anticompetitiva
Los bancos australianos han estado disfrazando un comportamiento anticompetitivo de cumplimiento normativo al excluir a los clientes que usan criptomonedas, dijo el senador Andrew Bragg.
“Creo que muchos bancos han disfrazado la exclusión bancaria como una necesidad normativa. De hecho, a menudo se trata de un comportamiento anticompetitivo y mucho más siniestro y amenazante de lo que parece a simple vista”, dijo el senador liberal por Nueva Gales del Sur en un discurso preparado para el Consejo Tecnológico de Australia hoy.
La denegación a prestar servicios bancarios, o debanking en inglés, se produce cuando una institución financiera decide dejar de ofrecer servicios bancarios a un cliente. No es necesario alegar una razón, y los bancos tienen la capacidad de congelar una cuenta inmediatamente o cerrarla con o sin previo aviso. En el caso de los usuarios de criptomonedas, los bancos suelen alegar la preocupación por el cumplimiento de las leyes contra la legitimación de capitales y la financiación del terrorismo.
El senador Bragg dijo a Cointelegraph que su Comité del Senado escuchó las pruebas de que los bancos cerraron las cuentas por “razones comerciales”, una práctica “conocida desde hace tiempo y señalada por la ACCC [Comisión Australiana de Competencia y Consumo]”.
“En otras palabras, desbancaron a los clientes para proteger su afianzada posición en el mercado. Esto no es suficiente”.
En septiembre de este año, la fundadora de “Bitcoin Babe”, Michaela Juric, declaró ante la comisión de investigación del Senado sobre “Australia como centro tecnológico y financiero” que había sido vetada por un total de 91 bancos e instituciones financieras a lo largo de sus siete años de trayectoria en el sector de las criptomonedas.
“No se dieron razones, no se evaluó ni se discutió caso por caso y no se presentó ningún recurso”, dijo entonces.
Otro trader australiano de monedas digitales, Allan Flynn, llegó a un acuerdo con ANZ por un caso de debanking el 15 de octubre. Aunque ANZ negó cualquier responsabilidad, el banco le ofreció la oportunidad de volver a solicitar una cuenta bancaria. Flynn también tiene un caso similar contra Westpac que todavía está en curso.
En su discurso de hoy ante el Consejo de Tecnología, el senador Bragg condenó la nefasta práctica, diciendo que “perjudica a Australia como centro de criptomonedas”.
“¿Cómo puedes ser un centro si no puedes conseguir una cuenta bancaria como trader, minero, exchange, custodio o inversor? No puedes serlo”.
Sin embargo, las cosas están cambiando. El 3 de noviembre, el Commonwealth Bank anunció que se convertirá en el primer banco de Australia en ofrecer a sus clientes la posibilidad de comprar, vender y mantener criptoactivos a través de su aplicación CommBank. Según Bragg, a los bancos les resultará difícil conciliar una posición contra las criptomonedas a medida que empiecen a entrar ellos mismos en el mundo de los activos digitales.
“La posición que los bancos han adoptado históricamente será difícil de mantener con la reciente entrada de los bancos en el mundo de las criptomonedas. Me aseguraré de que no sea una oportunidad para que los bancos sean hipócritas”, dijo en su discurso de hoy.
Y añadió a esta declaración, diciendo a Cointelegraph:
“Creo que sería hipócrita permitir y animar a los clientes a usar criptomonedas en la aplicación, y luego excluir a otros clientes por hacer lo mismo. Me complace ver que los bancos se suben al carro de las criptomonedas”.
El “informe sobre criptomonedas” de la comisión del Senado, publicado el 20 de octubre, formuló 12 recomendaciones destinadas a abordar cuestiones clave relacionadas con el sector de las criptomonedas, entre ellas que el gobierno australiano desarrolle un “proceso claro para las empresas que han sido excluidas del sector bancario”.
Tras la publicación del informe, el Centro Australiano de Informes y Análisis de Transacciones (AUSTRAC) hizo pública una declaración en la que criticaba duramente la exclusión bancaria el 29 de octubre:
“El efecto de la exclusión bancaria de los negocios de servicios financieros legítimos y auténticos puede aumentar los riesgos de legitimación de capitlaes y de financiación del terrorismo y repercutir negativamente en la economía de Australia”, afirma el informe.
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