¿América Latina le dice adiós a la hegemonía del dólar?
¿Te imaginas tener tu propia moneda y no depender del dólar? ¿Te gustaría comprar y vender con tus amigos sin que nadie se meta? ¿Te molesta que te digan cómo tienes que gobernar tu país? Pues eso es lo que quieren hacer los BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Estos cinco países son tan grandes y poderosos que se han juntado para crear su propia moneda y comerciar entre ellos sin usar el dólar. Así pueden hacer lo que les dé la gana sin que les pongan multas o les critiquen por no ser democráticos. Pero no todo es tan fácil como parece. ¿Podrán ponerse de acuerdo entre ellos? ¿No tendrán problemas con otros países? ¿No será una ilusión que se desvanezca como un sueño?
El tema se discutirá en la próxima Cumbre de presidentes de los BRICS que se celebrará en agosto en Sudáfrica. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, ya se ha mostrado a favor de la idea, al igual que el canciller ruso, Sergei Lavrov. Argentina también ha anunciado que permitirá que las empresas chinas inviertan en el país en yuanes chinos.
Pero no todo es tan fácil como parece. Para crear una moneda común se necesitan muchos requisitos políticos y económicos que los BRICS no cumplen. Por ejemplo, se necesita una coordinación fiscal y monetaria entre los países, una convergencia de sus niveles de inflación y deuda pública, y una confianza mutua entre sus gobiernos y sus bancos centrales. Nada de eso existe entre los BRICS, que tienen más diferencias que similitudes.
Hablemos un poco de China y Rusia. China es el gigante del grupo, con casi el 75 por ciento del producto bruto de los BRICS. Su moneda, el yuan, es la única que tiene alguna posibilidad de competir con el dólar en el futuro, pero todavía está muy lejos de ser una moneda convertible y aceptada internacionalmente. China tiene un control estricto sobre su tipo de cambio y sus flujos de capital, lo que limita su uso fuera de sus fronteras.
China es una de las civilizaciones más antiguas del mundo. Durante miles de años, los chinos han vivido bajo un mismo emperador que los unió como una gran familia. Su cultura está marcada por el pensamiento de Confucio, Lao y Buda. Los chinos han aprovechado el agua y el arroz de los Himalayas para alimentar a una enorme población que produce mucho. De hecho, antes de la revolución industrial, Asia era la mitad de la economía mundial. Luego, Occidente los superó con sus máquinas y sus ideas. Pero ahora, China está creciendo rápido y pronto será la primera potencia económica. ¿Será el fin de Occidente? ¿O será el regreso de Asia? ¿Autoritarismo al estilo chino para todos?
En otro aspecto, está Rusia. ¿Qué es Rusia? Durante siglos, Rusia fue un país atrasado que sufría el dominio de los mongoles. Hasta que apareció Pedro el Grande y dijo: “Vamos a imitar a Europa”. Y empezó a transformar todo por la fuerza. Pero no todos lo apoyaban. Un siglo después, hubo una revolución comunista que derrocó a los zares y fundó la Unión Soviética.
Ahora bien, hay dos Rusias en el constante conflicto: una Rusia que busca su identidad mirando hacia Occidente y otra que se encierra en sí misma refugiada en sus raíces mongolas. Después de la II Guerra Mundial, Rusia se enfrentó con Estados Unidos por el control del mundo. Pero, al final, la Unión Soviética se desintegró y Rusia quedó muy mal. Ahora tiene un presidente despótico que quiere recuperar el poder. ¿Putin quiere ser el nuevo Gengis Kan? ¿Será positivo o negativo?
Los BRICS dicen que quieren crear una nueva moneda para reducir su dependencia del dólar y el euro. Pero, en mi opinión, no hay que ilusionarse demasiado. Esto no es una idea nueva, sino un sueño antiguo que se repite cada cierto tiempo. Y ya sabemos lo difícil que es hacer realidad los sueños. Solo hay que ver los problemas que ha tenido la Unión Europea con el euro. Los BRICS tienen muchos obstáculos para lograr su moneda común, como las diferencias políticas, económicas y sociales entre ellos. Además, los BRICS no tienen ni la voluntad ni la capacidad para crear una moneda común en un plazo razonable.
Crear una nueva moneda no es tan fácil como parece. No basta con ponerle un nombre bonito y diseñar unos billetes coloridos. Hay que tener una economía sólida, una política estable y una buena reputación internacional. ¿Podemos confiar en los chinos y los rusos con nuestro dinero? Yo lo dudo. El dólar es fuerte porque se basa en la confianza que genera la economía estadounidense, su sistema político y su liderazgo global. Los BRICS pueden seguir soñando con su moneda común, pero me temo que mientras tanto los latinoamericanos tendremos que seguir usando el dólar para hacer negocios con el resto del mundo.
¿Te gustaría tener esa nueva moneda en tu billetera? No es el dólar ni el euro, sino algo más exótico. Una moneda creada por los BRICS. ¿La quiero? Gracias, pero no gracias. Demasiado riesgo político por tratarse de regímenes autoritarios.
¿Quién sería el emisor de esa moneda? Los BRICS. ¿Son confiables? La confiabilidad de una moneda es la confiabilidad de su emisor. Lo importante es que el emisor sea capaz y honesto, que tenga sus cuentas claras, que no cambie las reglas de juego a cada rato y que no se quede sin fondos para respaldar su moneda.
¿Los BRICS cumplen con estas condiciones? Yo lo dudo. ¿Y qué pasa si el emisor no cumple con estas condiciones? Pues que su moneda puede perder valor muy rápido (inflación), o que nadie la quiera aceptar (iliquidez), o que se declare en bancarrota (default). Y entonces tu ahorro se puede convertir en papel mojado. Y eso no tiene ninguna gracia.
Esa nueva moneda, tal vez, podría servir para saldar cuentas entre los gobiernos de los BRICS. Pero eso no significa que sea una buena idea para los latinoamericanos empezar a ahorrar en esa moneda. ¿Podría competir con el dólar y el euro en ese sentido? ¿Te parece una buena idea? ¿Tú confiarías en una moneda emitida por estos países?
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