¿Acaso Wall Street aún no ha entendido a Bitcoin?
Un ex banquero de Goldman Sachs explica por qué la gente de Wall Street se equivoca con respecto a Bitcoin. Su nombre es John Haar y actualmente trabaja para Bitcoin Swan. En esta oportunidad, el amigo John ha sacado la carta de la incomprensión en un ensayo que ha publicado recientemente para sus clientes privados. Al parecer, no solo la gente de las “finanzas heredadas” no entiende lo que él considera uno de los principios primarios de Bitcoin (BTC), sino que la idea del dinero sólido se pierde en general. La carta “tú no entiendes” es una de las más baratas en el repertorio de la condescendencia. De pronto, no es que la otra persona no entiende. De pronto, es que nosotros no nos sabemos explicar. O, de pronto, es que sí entiende, pero no está de acuerdo con nuestra óptica.
John Stith Pemberton inventó la Coca-Cola en el año 1986 como un remedio para la adicción al opio en el auge del movimiento de la templanza en el siglo XIX. Pemberton era farmaceuta. Y su peculiar invento se vendió originalmente con una medicina libre de morfina para los abstemios después de la guerra civil estadounidense. El popular kleenex no se inventó para que nos limpiemos la nariz durante un resfriado. Este producto fue ideado originalmente para remover cremas faciales. Un libro no es un pisapapeles. Una sandalia no es un insecticida. Sin embargo, la idea de sacar la carta de “tú no entiendes” en estos casos es ridícula. Si yo quiero comer un hamburgués con una Coca-Cola, lo hago y punto. Las intenciones y aspiraciones originales de John Stith Pemberton me importan un bledo. ¿Entender qué?
Debo confesar que al usar Bitcoin lo menos que me preocupa son las intenciones y aspiraciones de Satoshi Nakamoto al escribir el código. En realidad, no me interesa mucho la idea original detrás del invento o el uso dado por un grupo determinado. En lo personal, Bitcoin me resulta muy conveniente a la hora de hacer algunas transacciones que no puedo hacer de otra manera. Por otra parte, Bitcoin como inversión ha sido la inversión de mi vida. Ningún otro activo en mi portafolio me ha dado tanta rentabilidad. Con la excepción de algunas altcoins. Claro que en el caso de las altcoins mis posiciones han sido menores y más breves. Por ende, las ganancias totales han sido mejores con Bitcoin.
Como usuario e inversor, estoy muy satisfecho con Bitcoin. Y me mantengo alcista en el largo plazo, porque pienso que la demanda será mayor en el futuro. Lo que más me importa es la utilidad que Bitcoin representa para mí. Me refiero a la manera que enriquece mi vida. Todo lo demás me tiene sin cuidado. Por ejemplo, no me importa en lo absoluto que muchos bitcoiners tienen una agenda política con Bitcoin. Todo eso de la “insurrección monetaria” y la utopía libertaria no es mi objetivo. Mis objetivos son meramente financieros. Y me atrevería a decir que Wall Street navega en este mismo río.
Ahora bien, en torno al dinero sólido. Ese debate es más viejo que las ventosas. No es que Wall Street no entienda el “dinero sólido”. La cuestión es que no le interesa un dinero sólido. Wall Street hace dinero invirtiendo en activos con crédito barato. El dólar sube. El S&P 500 baja. El dólar baja. El S&P 500 sube. La Reserva Federal retira moneda. El S&P 500 baja. La Reserva Federal inyecta moneda. El S&P 500 sube. La liquidez es la que mueve los mercados. Bitcoin es atractivo como un activo digital que es impulsado por un aumento de la masa monetaria. Pero, como moneda privada con aspiraciones antiestatistas, su popularidad se limita a una minoría política. Wall Street está en el negocio de hacer dinero. No en el negocio de la reforma monetaria.
La obsesión de los conservadores en los Estados Unidos por el dinero sólido tiene raíces históricas. Si la inflación tiene sus propios ganadores y perdedores, la deflación también tiene sus propios ganadores y perdedores. En las décadas de 1870 y 1880, una coalición de granjeros y trabajadores del Sur se formó para protestar en contra del estándar del oro. Los banqueros del Norte, por otro lado, defendían el statu quo. El dinero sólido baja los precios de los productos y aumenta el peso del crédito. Lo que era un inconveniente para el productor del campo, pero una gran ventaja para el rico banquero de la ciudad. En otras palabras, en un sistema de dinero sólido, es más rentable acaparar dinero que producir bienes y servicios. Beneficia al capital, pero perjudica al productor. Los conservadores quieren “conservar” ese viejo sistema. Pero no todo el mundo está de acuerdo. De hecho, la mayoría está en desacuerdo. En la actualidad, se prefiere el sistema que favorece la producción.
Wall Street invierte principalmente en activos productivos. Dow Jones, Nasdaq, y S&P 500 representan el aparato productivo de los Estados Unidos. De hecho, los ciclos alcistas se caracterizan por la abundancia de liquidez. Y eso permite que los inversores usen sus dólares para invertir en activos. Porque conservar los dólares no es rentable. La liquidez y el crédito barato son los que impulsan los precios de los activos risk-on como Bitcoin. De hecho, las instituciones están comenzando a mostrar interés en Bitcoin por su gran potencial. ¿Potencial de qué? Su gran potencial de aumentar de precio en el tiempo debido a un aumento de la demanda. ¿Qué más hay que entender?
Si Wall Street quiere influir en la política, lo hace dándole dinero a los lobistas en Washington. Pero Wall Street como tal no participa directamente en proyectos políticos. Wall Street entiende de dinero. Si el activo es rentable, eso despierta el interés. Porque toda institución en Wall Street lo que está buscando es ser lo más rentable posible para poder atraer a más clientes.
“Tú no entiendes”. ¿Qué es lo que no se entiende? Necesitamos dinero para nuestros gastos todos los meses. Algún tiene que pagar las cuentas. Necesitamos comida, techo, transporte, salud, entrenamiento, etc. Y, de algún modo u otro, este es un problema que necesita solución. La necesidad constante en un mundo de escasez. Bitcoin es un instrumento que facilita mi vida. ¿Qué más debo entender? ¿Acaso es necesario seguir un manual de instrucciones escrito por otros para decir que uno entiendó? Yo lo compro y lo uso como me convenga. Si quiero usar la Coca-Cola para limpiar baños, lo hago y punto. No hay nada que entender.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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