¿A qué edad te enteraste que el cuento del Mago de Oz es una crítica al dinero Fiat?
Los estadounidenses siempre han sentido un profundo recelo ante la idea del Estado. La cultura de los Estados Unidos no es muy admiradora de depender de organizaciones muy grandes. Debemos recordar ese país fue fundado por colonos protestantes provenientes de Europa. Y la religión tuvo un poderoso impacto sobre la vida social, política y económica del país debido a la influencia de los primeros colonos. Y por eso es que el Norte y el Sur son tan diferentes culturalmente hablando.
La configuración interna del estadounidense es radicalmente distinta a la del latinoamericano. Parecen seres de distintos planetas. Mientras que el Sur todavía está buscando por fórmulas mágicas al estilo de la leyenda del Dorado, facciones importantes del Norte siempre ha sostenido que la magia es vacía. Es decir, lo único real es el trabajo duro y el Mago de Oz es un farsante.
Cuando hablamos de los Estados Unidos, siempre caemos en falsas descripciones. De hecho, todo lo que se dice son medias verdades, porque se habla de Los Estados Unidos como un cuerpo homogéneo. Por esta razón, las críticas por lo general no tienen mucho sentido. Se dice que es un país de libertinos de laxa moral, pero también se dice que es un país de puritanos y conservadores. Es el país de la tolerancia y al mismo tiempo es el país de intolerancia. Hablamos de la cultura consumista, de las tarjetas de crédito, de los excesos y el mal gusto. Pero tenemos a multimillonarios, vestidos con franelas monocromáticas, vaqueros y zapatos deportivos, donando millones a la caridad.
Sigue leyendo: Bitcoin, suministro controlado de moneda y ciclos de mercado
Solo hay una explicación ante todas estas aparentes contradicciones y señales mixtas. No existe un solo Estados Unidos. Existen miles. El liberal y el conservador. El urbano y el rural. El joven y el viejo. El religioso y el laico. Los sureños y los norteños. El de la costa este y el de la oeste. El culto y el ignorante. El gordo y el flaco. El obrero y el empresario. El rico y el pobre. El progresista y el reaccionario. Entonces, todo lo que se dice de los Estados Unidos es verdad y todo lo que dice es mentira. Porque todo tiene su representante y su opuesto.
Claro que en términos generales estamos ante una cultura individualista, optimista, y emprendedora. La ética de trabajo protestante es basa en el esfuerzo constante, en el poder de la voluntad individual y en el sacrificio personal. Los primeros colonos salieron de Europa para trabajar con sus propias manos. El sueño era ser libres para construir su propio destino. Por otro lado, los conquistadores españoles fueron a buscar oro para poder vivir ociosamente como la aristocracia española del siglo XVI. Son esquemas mentales muy distintos.
Ahora bien, ¿por qué tanta lección de historia para hablar del Mago de Oz? Para dar contexto. L. Frank Baum escribió el cuento infantil El Maravilloso Mago de Oz después del pánico de 1893 y lo publicó en el 1900. La deflación provocó una profunda crisis económica que generó grandes tensiones políticas y sociales. Antes las crisis duraban más que ahora. No era raro tener crisis prolongadas de 10 o más años. Baum fue activista político algo liberal en lo social, pero conservador en lo económico. Una fórmula que hoy vemos mucho en Silicon Valley. Baum fue un defensor de la mujer y de los nativos americanos, pero crítico de las políticas monetarias expansionistas de su época.
El partido Populista estaba ganando fuerza y se intensificó la expansión monetaria con el uso de la plata como una solución ante la deflación. Debemos recordar que esta era la “Gilded Age”, la era de la industrialización en los Estados Unidos. Los ferrocarriles, el petróleo, el surgimiento de las primeras uniones de trabajadores y los “Robber Barons” como Vanderbilt, Andrew Carnegie, Andrew Mellon, J.P Morgan, William Randolph Hearst y John D. Rockefeller.
Sigue leyendo: El mundo no adoptará un estándar Bitcoin o de oro, dice Peter Brandt
Los avances tecnológicos y la industrialización aumentaron la producción, que impulsó un crecimiento económico asombroso. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando usas oro como dinero y la producción aumenta? Tienes deflación. Sube el precio del oro y bajan los precios de las cosas. Y producir se vuelve cada vez menos rentable y en menos de lo que canta un gallo se tiene una crisis económica. La deflación reduce los ingresos y genera desempleo.
La solución es aumentar el suministro monetario para que se equilibre con la producción. Esto tiene sentido desde el punto de vista económico, pero tiene un problema. Significa la intervención del Gobierno en la economía. Y la pesada herencia de los pioneros todavía vive en los estadounidenses que sienten una repulsión natural ante un Estado grande. Prefieren sufrir una crisis prolongada que aceptar soluciones centralizadas. Es mejor un viacrucis personal que ser felices, pero en dependencia. Los protestantes prefieren el dolor que la sumisión.
El protestantismo es un movimiento que promueve la relación personal con Dios. Esto estimula la subjetividad. Y cuando llega la subjetividad normalmente tenemos individualismo en lo social y anarquía en lo político.
El Mago de Oz como alegoría política y una crítica del dinero fiat no es algo que viene directamente del autor. De hecho, es una interpretación que surgió en 1964 por el historiador Henry Littlefield, mucho tiempo después de la publicación de la obra. Sin embargo, sus argumentos son sumamente poderosos. Y el cuento ya no es el mismo después de leer esta explicación. Yo siempre pensé que esa historia era sobre disfrutar la vida que tenemos y no buscar ilusiones vacías en el otro lado del arco iris. Es decir, es mejor dejar de soñar con pajaritos y apreciar nuestra vida. Pero la historia podría tener otra capa considerando la vida del autor y el momento histórico en el que vivió.
“Oz” es una derivación de onza, la unidad de peso utilizada para medir el oro y la plata. La niña Dorothy personifica al ingenuo pueblo estadounidense. El espantapájaros representa al granjero que piensa que no tiene cerebro, pero en el fondo puede ser muy inteligente. El hombre de hojalata representa al trabajador industrial, especialmente al de la industria del acero, que le falta el corazón, pero el fondo tiene una gran mística. Y se especula que el león cobarde se refiere a la clase política que claudicó sus principios para solucionar la crisis.
Sigue leyendo: ¿Por qué no comparar peras con manzanas? ¿Por qué Bitcoin no es el “nuevo oro”? No seamos tan necios
El camino dorado que nos lleva a Ciudad Esmeralda es una referencia al oro y los zapatos de plata de Dorothy son una referencia directa y clara a la plata. Porque la plata se utilizó en la agresiva expansión monetaria de la época. En la película de 1936, producida por Metro-Goldwyn-Mayer y protagonizada por Judy Garland, Dorothy usaba unos zapatos de Rubí. Pero en el cuento original escrito por L. Frank Baum los zapatos eran de plata. Las brujitas con nombres de puntos cardinales son referencia a las regiones del país. Y el Mago de Oz es por supuesto un fraude. El político populista que promueve la expansión monetaria.
El debate sobre el dinero fiat en el fondo es más político que económico. El problema surge cuando se utilizan argumentos económicos (falsos) y para defender posturas políticas (válidas). Lo otro es que los críticos del dinero fiat presentan sus posturas como una verdad absoluta e incuestionable. Pero se les olvida que la mayoría de la población no comparte esa idea protestante de preferir el dolor antes que la dependencia. Eso es algo muy gringo (de los libertarios en particular). Pero el resto del mundo no va a renunciar a controlar la deflación para volver a las crisis de 10 años o más por razones principalmente ideológicas. El sistema sí requiere muchísimas reformas, pero los radicalismos no ayudan en nada. Necesitamos cambios, pero no con dogmas sino con sensatez y pragmatismo.