El miedo a un euro digital lleva a Eslovaquia a agregar una regla de efectivo a su constitución
Eslovaquia codificará el derecho a utilizar efectivo como medio de pago tras la aprobación en el Parlamento, el 15 de junio, de una enmienda a la Constitución del país.
La nueva legislación fue promovida por el partido Sme Rodina, también conocido como “Somos familia”, y al parecer se redactó como medida de precaución frente a la propuesta del euro digital.
Según un informe de la agencia de noticias europea Euractiv, el legislador Miloš Svrček, uno de los coautores de la legislación, dijo a los miembros del Parlamento durante un debate que la enmienda era necesaria para proteger la soberanía financiera de Eslovaquia:
“Es muy importante que haya una disposición en la Constitución en base a la cual podamos defendernos en el futuro contra cualquier orden del exterior, diciendo que sólo puede haber euro digital y ninguna otra opción de pago”.
Junto con la legislación que codifica el derecho a utilizar efectivo, Euractiv también informa de que Eslovaquia modificará su Constitución para apuntalar el derecho de los comerciantes a rechazar el pago en efectivo de bienes y servicios. Con ello se pretende proteger a los comerciantes de los robos y la exposición a gérmenes y excluir de la legislación vigente a los comercios que ofrecen máquinas expendedoras de tarjetas.
La Unión Europea lleva tiempo estudiando la creación de una moneda digital de banco central (CBDC) o euro digital. Los analistas que llevan a cabo investigaciones en nombre del Parlamento describieron recientemente la cuestión como una “solución en busca de un problema”, aunque aconsejaron a la UE que estuviera preparada para profundizar en esta opción en el futuro.
Uno de los mayores puntos de discordia en el posible desarrollo e implantación de un euro digital es la idea de que tal moneda estaría totalmente centralizada y, por tanto, permitiría a una única entidad gubernamental controlar las transacciones realizadas con ella. Algunos expertos creen que esto supone una amenaza intrínseca para la privacidad personal.
También está la cuestión de la competencia. Aunque las CBDC podrían dar más poder a los ciudadanos que tienen un acceso limitado o nulo a las herramientas bancarias digitales tradicionales sin cobrar primas por las cuentas ni comisiones intrínsecas por las transacciones, representan una amenaza potencial para las empresas y los bancos del sector privado que se benefician de ofrecer soluciones crediticias a los subbancarizados.
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