Cómo la IA generativa de JPMorgan Chase transforma el análisis financiero

JPMorgan está desarrollando un servicio de software llamado IndexGPT que utiliza inteligencia artificial para seleccionar y analizar valores financieros adaptados a las necesidades de los clientes. IndexGPT se inspira en ChatGPT, una herramienta de generación de texto que ha causado sensación desde su lanzamiento a finales del año pasado. ChatGPT es capaz de escribir ensayos, canciones, código, hacer los deberes y mucho más, a partir de una simple frase de entrada. También puede ofrecer consejos financieros genéricos, pero no es algo que se haya creado específicamente para ser un asesor financiero.

IndexGPT, por otro lado, ha sido diseñado específicamente para aprovechar el poder de la computación en la nube y el aprendizaje automático para procesar grandes cantidades de datos y encontrar patrones y oportunidades de inversión. El servicio se dirigiría tanto a inversores individuales como institucionales, y competiría con otras iniciativas similares de bancos como Morgan Stanley o Goldman Sachs.

¿Acaso los bancos son los dinosaurios que no saben nada de tecnología? Eso lo escuchamos todo el tiempo en el espacio cripto. En este espacio cripto, supuestamente la única innovación que vale es la hecha en casa. Los bancos, aparentemente, son unos obtusos que solo quieren frenar el progreso.

Sin embargo, la evidencia contradice estas suposiciones. JPMorgan, por ejemplo, tiene un equipo de desarrolladores que trabaja duro para crear cosas nuevas. Entre ellas, IndexGPT que utiliza inteligencia artificial para ofrecer asesoramiento financiero. ¿No es eso innovador? En mi opinión, es un error subestimar a los grandes bancos en el campo tecnológico. Los bancos también tienen talento, recursos y visión para adaptarse a los cambios y sorprendernos con sus soluciones.

JPMorgan es uno de los líderes en el uso de la inteligencia artificial en el sector financiero. Según su director ejecutivo, Jamie Dimon, el banco tiene más de 300 casos de uso de la IA en producción, en áreas como el riesgo, el marketing, la experiencia del cliente y la prevención del fraude. Además, cuenta con un equipo de más de 1.500 científicos de datos e ingenieros especializados en esta tecnología.

IndexGPT es solo una parte de las ambiciones de JPMorgan en el campo de la IA. El banco también ha creado un modelo que analiza los discursos de la Reserva Federal para detectar posibles cambios en la política financiera. Asimismo, ha solicitado la marca registrada de otro producto llamado InvestmentGPT, que según la solicitud se trata de un “software de computación en la nube que utiliza inteligencia artificial para proporcionar asesoramiento financiero y de inversión”.

Aunque todavía no se sabe cuándo estará disponible IndexGPT para el público, el hecho de que JPMorgan haya solicitado la marca registrada indica que el proyecto está avanzando. Sin embargo, no hay que olvidar que la inteligencia artificial no es infalible, y los robots también pueden equivocarse.

Los asesores financieros llevan mucho tiempo temiendo la llegada de una tecnología lo suficientemente buena como para sustituir su papel en los mercados. Sin embargo, esos temores no se han hecho realidad hasta ahora.

Las firmas de gestión de patrimonios, como Morgan Stanley y Merrill de Bank of America, ofrecen servicios simples de roboasesoría, pero eso no ha impedido que sus asesores humanos capten miles de millones de dólares más en activos. ¿Cuál será el rol de los asesores financieros después de la llegada de la inteligencia artificial?

Quizá no deban preocuparse tanto. La inteligencia artificial puede ser muy útil para analizar datos, generar informes y ofrecer recomendaciones basadas en algoritmos. Pero, de pronto, no puede reemplazar el factor humano que implica la confianza, la empatía y la ética. Los asesores financieros pueden aprovechar la inteligencia artificial para mejorar su eficiencia y precisión, pero también deben aportar su experiencia, su intuición y su relación con los clientes. Al fin y al cabo, el dinero es algo muy personal y emocional, y no solo una cuestión de números.

Ahora bien, los asesores financieros son unos supervivientes. Llevan décadas enfrentándose a todo tipo de retos y dificultades, desde crisis económicas hasta competencia desleal. Y siguen ahí, dispuestos a ayudar a sus clientes a invertir mejor su dinero.

Pero no lo tienen fácil. En la era de los fondos de índice, que son fondos de inversión que replican el comportamiento de un determinado índice del mercado, muchos inversores se preguntan si realmente necesitan a un asesor o a un administrador de dinero. Después de todo, ¿para qué pagar comisiones si se puede invertir en un fondo que sigue al IBEX 35, al S&P 500 o al Nikkei 225?

Warren Buffett, por ejemplo, ha dicho que “Wall Street es el único lugar donde la gente va en un Rolls Royce a recibir consejos de los que van en metro”. Esto expresa el sentimiento bastante extendido de que los asesores y administradores son innecesarios. Y, en muchos casos, son vistos como unos parásitos. De hecho, todo esto de “democratizar las finanzas” con retóricas como la de la plataforma Robin Hood y los foros en Reddit… va en la misma dirección… Es decir, al parecer, cualquiera puede invertir como una gran pacha. Al parecer, no necesitamos a nadie.

Sin embargo, a pesar de estos sentimientos y nociones, aún existen personas que siguen confiando en otras personas. Todavía hay inversores que se apoyan en otros seres humanos. Y también hay inversores que siguen confiando en expertos. Aunque estos expertos lleguen en metro para aconsejar a sus clientes en Rolls Royce.

¿Por qué ocurre esto? ¿Qué tienen los asesores financieros que no tengan los fondos de índice? Quizás sea porque los asesores financieros ofrecen algo más que una simple réplica del mercado. Ofrecen un servicio personalizado, adaptado a las necesidades, objetivos y perfil de riesgo de cada cliente, pero con una cara. Ofrecen un acompañamiento, una orientación, una confianza. Ofrecen una visión global, una estrategia, una diversificación. Ofrecen un valor añadido que no se puede medir solo por el rendimiento. Ofrecen, en definitiva, una relación humana que no se puede sustituir por un algoritmo.

No te conviertes en experto simplemente por usar una herramienta y ya. Es bueno aprender y mejorar, pero sin desvalorizar el talento y el esfuerzo. Tener un lápiz no nos convierte a todos en Shakespeare. El futuro beneficiará a los que empleen mejor la IA y marginará a los demás. Creo que en el futuro las personas con más talento y habilidad para usar bien las herramientas de IA lograrán mejores resultados que las personas con menos talento y habilidad. Lo óptimo es aprovechar lo mejor de cada cosa: usar la IA como un apoyo, pero no renunciar a nuestro talento humano. Ninguna máquina podrá vencer nunca a una persona que se valga de una máquina

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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