¿Qué está pasando (realmente) con Grayscale Bitcoin Trust (GBTC)?
Podríamos decir que el colapso de FTX está causando sus estragos en otros lados. Uno de los afectados, al parecer, es la firma prestamista Genesis Global Capital. De hecho, esta firma ya está siendo investigada en varias jurisdicciones en los Estados Unidos. Genesis Global Capital es propiedad de Digital Currency Group. Y Digital Currency Grupo es la compañía matriz de Grayscale Bitcoin Trust (GBTC). Entonces, muchos temen una posible contaminación.
Ante la duda, muchos le han solicitado a la compañía pruebas de reservas. Pero, curiosamente, la compañía se niega a darlas. Según ellos, es un asunto de seguridad. ¿Será esto cierto? Esta negativa tan inapropiada en este momento tan delicado, por supuesto, aviva las dudas e incrementa la preocupación. ¿Tiene GBTC los BTCs que dice tener?
GBTC es una especie de ETF de Bitcoin no registrado. Y siempre se ha visto como una puerta de entrada para las instituciones. Es una manera de invertir en Bitcoin, pero de forma indirecta. Los inversores son dueños de las acciones del “fondo”. Y el “fondo” es el dueño de los BTC. Claro que los precios de las acciones no necesariamente son un reflejo exacto del valor de sus tenencias. Una discrepancia en este sentido puede beneficiar o no al inversor. Todo depende del momento. Entonces, a veces, se podría hablar sobrevaloración y, a veces, se podría hablar de subvaloración. Ahora bien, en el momento de la publicación, el descuento del precio de la acción en relación a las tenencias es de casi un 45%.
¿De cuántos BTCs estamos hablando? 630,000 bitcoins. ¿Dónde están estos BTC? En la custodia de Coinbase Custody Trust Company. Claro que ese número declarado, al no dar pruebas, no es garantía de mucho. Además, ese servicio de custodia tampoco inspira mucha confianza cuando nos enteramos que Digital Currency Group tiene intereses en Coinbase.
¿Y cuál ha sido la respuesta por parte de Grayscale? Se ha dado la respuesta de costumbre por el canal de costumbre. Aquí todo se resuelve con un tuit. O sea, se envía un tuit diciendo que todo está bien y listo. ¿Y la auditoría independiente? Por supuesto que en estos casos un tuit no siempre es suficiente. Y, de hecho, la caída de las acciones se podría interpretar como una caída de confianza. El dinero entra la firma. Pero no puede salir. Lo único que se puede hacer es venderle la acción a un tercero. En este mercado secundario, la caída ha sido más grande que la misma caída del precio de Bitcoin.
¿Por qué tanta disparidad? Aquí se unen dos riesgos: El riesgo de la volatilidad del precio de Bitcoin y el riesgo de quiebra de la firma administradora. Y el miedo a estos riesgos ha generado una huida de inversores. Lo que es muy lamentable. Las personas que hemos estado en esto por algún tiempo sabemos que Grayscale Bitcoin Trust (GBTC) ha sido el comprador estrella durante muchas temporadas. En el 2019 y en el 2020, en particular, las compras de GBTC ejercieron presiones alcistas importantes. O sea, a Grayscale, le debemos muchos días verdes.
Lo más lamentable de esta historia es que muchos de los inversores de aquella época optimista ahora están bajo agua. Durante el boom especulativo, Grayscale Bitcoin Trust se presentaba como un puente entre Wall Street y criptolandia. Y así funcionó por un tiempo. El hecho de que tantos inversores que compraron en su momento con grandes expectativas hayan decidido retirarse en rojo no es un buen presagio. Eso ha creado una herida que no sanará de la noche a la mañana. A nadie le gusta perder dinero. Las pérdidas (realizadas o no) son dolorosas. Punto. “El precio no importa”, dicen algunos. El inversor que haga esa afirmación definitivamente no quiere su bolsillo. Está mintiendo o está demente.
El inversor idiosincrático tiende a defender lo indefendible debido a una lealtad ciega por la causa. Primero muerto, pero admitir una equivocación. Lo mismo ocurre con los políticos. El mundo se puede estar cayendo. Pero los defensores de lo indefendible se hacen de la vista gorda con todo lo malo, justifican las fallas con excusas baratas y sobredimensionan lo bueno. En otras palabras, nunca asumen su responsabilidad. Y todo lo malo siempre es culpa del otro. Bueno, lo mismo ocurre en el mercado de las criptomonedas. El bitcoiner fanático puede estar agonizando y nadando en sangre. Pero en Twitter nos dice que nunca se había sentido tan bien. No es sangre. Es mermelada de frambuesa. El precio puede llegar a cero y ellos “felices”, porque tienen “libertad”. Claro que ese cuento chino no se lo cree nadie.
¿Cuál es el punto de celebrar las caídas en una situación de iliquidez? Los que compraron caro y tarde no pueden celebrar las caídas. Porque las pérdidas no realizadas son también pérdidas. Así de sencillo. Se pierde tiempo y oportunidad. Ya, por aquí, hay pérdidas. Cierto, si esperas lo suficiente, el precio se puede recuperar. Pero esa larga espera tiene un costo.
¿Quién puede celebrar? Puede celebrar el que vendió caro en el momento justo, y está líquido con los precios bajos. Si se mudaron a fiat el diciembre pasado, hoy están en una mejor posición financiera que los hodlers. Obvio que durante una capitalización es mejor perder 8% al año por inflación con fiat que perder 70% con Bitcoin. Siempre es mejor perder poco que perder mucho. Durante un piso, la persona con más efectivo tendrá un mayor poder de compra. Así de simple.
Ahora bien, cuando un fondo tan emblemático como Grayscale Bitcoin Trust (GBTC) se convierte en un centro de rumores, dudas y preocupaciones, eso no es bueno para la industria. Aquí pagamos justos por pecadores. La crisis de confianza nos afecta a todos por igual. La demanda (debido a las dudas) baja para todos. La caída afecta a los fanáticos y a los moderados por igual. Afecta a los auto-custodiados o no auto-custodiados por igual. Porque el inversor promedio forma una impresión de la industria cripto como un todo. Y si los actores “más serios” generan dudas, lo que queda para los “menos serios” no es mucho.
En el caso de GBTC, el mejor escenario es que todo temine siendo una falsa alarma. O sea, todo está bien. En efecto, hay 630,000 bitcoins. No hay deudas, ni nada extraño. Y todo es como los administradores de GBTC dicen que es.
El peor escenario es el escenario de otro FTX. Lo que sería un infierno. Porque eso profundizaría la crisis actual de reputación y confianza. En consecuencia, se complicaría y se alargaría notablemente esta racha bajista.
Ante la falta de transparencia, es imposible hablar en detalle. Porque todo es una suposición desinformada. ¿Qué pasará? En realidad, no lo sabemos. Porque no tenemos suficiente información. En este espacio, hay mucha opacidad. Muchos se esconden detrás de un supuesto fundamentalismo de libre mercado que no es tal. En el fondo, es opacidad, engaño y trampa en un disfraz de ideología libertaria.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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