Informe de las stablecoins: La SEC de EE.UU. no se encargará de la regulación, el Congreso debe actuar
El 1 de noviembre, el Grupo de Trabajo del Presidente de los Estados Unidos sobre Mercados Financieros (PWG) publicó su tan esperado informe y sus recomendaciones políticas para tratar las stablecoins. El documento se centra principalmente en los riesgos prudenciales que las “stablecoins de pago” (o aquellas destinadas a mantener un valor estable frente a una moneda fiduciaria de referencia) podrían suponer para los usuarios y la estabilidad financiera.
El mensaje clave del PWG es que, si bien el uso de las stablecoins se limita actualmente a facilitar las transacciones de activos digitales, bajo ciertas condiciones esta clase de activos podría lograr una adopción mucho más amplia por parte de los usuarios minoristas, lo que requeriría un amplio marco federal prudente que el Congreso debería promulgar pronto.
He aquí un resumen de los puntos importantes que plantea el informe, y otros que no.
Todos los hombres y mujeres del presidente
El GTP está compuesto por los directores de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos (CFTC) y el Sistema de la Reserva Federal, mientras que el secretario del Departamento del Tesoro es el encargado de dirigir el grupo. La Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) y la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC) también contribuyeron al informe interinstitucional.
Dada esta formidable concentración de reguladores financieros federales, los resultados de su esfuerzo conjunto han sido esperados ansiosamente como una representación fiable sobre la posición de la actual administración sobre la regulación de las stablecoins.
Informes anónimos que surgieron poco antes de la publicación del documento afirmaban que el grupo había acordado un plan para otorgar a la SEC una autoridad significativa sobre los llamados tokens estables. Esto aumentó el suspenso en torno al informe, pues tal designación reguladora requeriría necesariamente una recategorización de la clase de activos subyacentes.
La perspectiva de que la SEC asuma el liderazgo en la regulación de las stablecoins dejó intranquilos a algunos actores del espacio de las criptomonedas. En declaraciones a Cointelegraph antes de la publicación del informe, C. Neil Gray, socio del bufete de abogados Duane Morris, dijo:
“Los participantes de la industria probablemente ven el esfuerzo de la SEC para tomar el control en esta área sólo como otro ejemplo de la extralimitación de la SEC en el espacio de las criptomonedas, y el temor de que la SEC regulará las stablecoins por la aplicación en lugar de la norma, como algunos perciben que está haciendo en otras áreas”.
Sin embargo, para los usuarios de criptomonedas que se apegan a las normas, cualquier tipo de claridad es mejor que ninguna. Sujit Raman, socio de la práctica de privacidad y ciberseguridad del bufete de abogados Sidley y antiguo fiscal general adjunto del Departamento de Justicia de Estados Unidos, observó que la claridad sobre los límites de las responsabilidades de cada regulador seguía siendo bienvenida. Raman señaló:
“En ausencia de una nueva legislación, las stablecoins siguen estando sujetas a la jurisdicción concurrente y potencialmente superpuesta de una serie de regímenes regulatorios federales y estatales. Por eso es importante cualquier acuerdo entre los organismos federales pertinentes sobre quién tomará la iniciativa de regular las stablecoins”.
Reivindicación de la autoridad
En el período previo a la publicación del informe, había indicios de que la SEC no era el único regulador estadounidense que buscaba ampliar su presencia en el sector de los activos digitales.
Marc Powers (profesor de derecho, ex abogado de la SEC y columnista de Cointelegraph Magazine) cree que mientras la SEC ha sido más activa en la aplicación de la ley y en la orientación sobre los activos digitales en los últimos cuatro años, la CFTC ha hecho valer su jurisdicción sobre Bitcoin (BTC), que ha considerado una mercancía.
Además, el presidente en funciones de la CFTC, Rostin Behnam, afirmó la semana pasada que hasta el 60% de los activos digitales pueden clasificarse como materias primas, lo que equivale a proponer que la agencia se convierta en el principal regulador de las criptomonedas en EE.UU.
Finalmente, en contra de lo que se esperaba, el informe de la interagencia no dio prioridad a ninguno de los organismos reguladores. Los autores concluyeron que “las stablecoins, o ciertas partes de los acuerdos de stablecoin, pueden ser valores, materias primas y/o derivados”, invocando la jurisdicción de la SEC y/o la CFTC en consecuencia.
Este lenguaje sigue siendo muy similar al que el PWG utilizó en las fases iniciales de exploración del ámbito de las stablecoin. Por un lado, una declaración de diciembre de 2020 del grupo de trabajo decía que “dependiendo de su diseño y otros factores, una stablecoin puede constituir un valor, una mercancía o un derivado sujeto a las leyes federales de valores, mercancías y/o derivados de Estados Unidos”.
Además, nada en el lenguaje del informe interinstitucional apuntaba a que la SEC “tomara la iniciativa” en la supervisión del sector de las stablecoins.
A la espera del Congreso
Si bien el principal mensaje del informe es la recomendación de que el Congreso intervenga y apruebe la legislación pertinente lo antes posible, los redactores del documento también abordan la forma en que los reguladores deben manejar los riesgos inducidos por las stablecoins antes de que el poder legislativo tome medidas.
Además de la SEC y la CFTC, que deben seguir aplicando sus autoridades actuales para proteger a los usuarios de los riesgos prudenciales señalados, el informe pide a otras autoridades pertinentes, entre ellas el Departamento de Justicia, la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) y la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN), que estudien cómo podrían aplicarse las leyes existentes a la actividad de las stablecoins en ámbitos como la protección del consumidor, los pagos y los servicios de transmisión de dinero.
En particular, el informe también deja en manos del Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera (FSOC), un grupo de reguladores estadounidenses que se creó tras la crisis financiera de 2008, la posibilidad de designar algunas actividades de stablecoins (pagos, compensación y liquidación) como “sistémicamente importantes”, lo que desencadenaría una supervisión adicional. Este es un escenario contra el que el senador Pat Toomey, defensor de las criptomonedas, advirtió en una carta reciente a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
La designación de las stablecoins como de “importancia sistémica” no parece inviable, especialmente a la luz de las declaraciones de algunos reguladores en respuesta al informe. Por un lado, el director de la CFPB, Rohit Chopra, se ha comprometido a colaborar con otros miembros del Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera para determinar si se inician procedimientos de designación de determinadas actividades o entidades no bancarias relacionadas con las stablecoins como sistémicamente importantes.
¿Toca esperar mucho?
La parte del informe que se refiere a la distribución de las responsabilidades regulatorias antes (o en ausencia) de la acción del Congreso es especialmente relevante, dado que no es nada probable que el poder legislativo actúe con rapidez en el asunto de las stablecoins. Gray comentó a Cointelegraph:
“No se espera ninguna acción significativa del Congreso en este ámbito a corto plazo, dejando que la SEC y otras agencias ocupen el espacio en el ínterin”.
Powers revalidó ese punto, añadiendo que “las probabilidades son grandes de que el Congreso no actúe con un marco integral que cubra todo tipo de activos digitales”.
Mientras tanto, queda por ver cuánta actividad reguladora real provocará el informe, dado su carácter no vinculante.
Jackson Mueller, director de política y relaciones gubernamentales de la firma de activos digitales Securrency, habló con Cointelegraph poco antes de la publicación del informe del GTP, diciendo que esperaba que se pareciera a una serie de informes del Tesoro de hace varios años que respondían a la orden ejecutiva del ex presidente Donald Trump sobre los principios básicos para regular el sistema financiero estadounidense.
Muchas de sus recomendaciones, sostenía Mueller, eran “bastante vagas o se limitaban a animar a los reguladores o al Congreso a seguir trabajando en un asunto concreto”. Al final, no estaba claro “cuántas de las recomendaciones propuestas iban más allá de las páginas de esos informes”.
Aunque algunas de las recomendaciones del informe del PWG son también bastante genéricas, al menos una implicación importante (la posible aceleración de que el FSOC designe algunos aspectos de la actividad de las stablecoins como de importancia sistémica) podría afectar al sector de forma muy tangible.
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