Top criptonoticias de la semana: Corrección del 30% en el precio de Bitcoin, Bank of America califica de “burbuja” a BTC y mucho más
En el universo Bitcoin, lo más relevante durante esta semana ha sido obviamente el regreso heroico a las alturas después de un gran descenso. Por un momento pensamos que ya el hype había pasado, pero, todo parece indicar que ahora nos estamos preparando para romper definitivamente la barrera de los $40k. ¿La aprobación del plan de Biden será el evento que necesitamos?
Ahora bien, hablemos de las criptonoticias más populares de la semana.
La volatilidad de los mercados se relaciona directamente a las señales mixtas emitidas por la crisis. La nueva ola de contagios, la crisis política en los Estados Unidos y el aumento en la tasa de desempleo obviamente preocupan. Eso, en un principio, causó un nerviosismo que fortaleció al dólar y perjudicó a los mercados. Sin embargo, el optimismo está volviendo debido al plan de estímulos de Biden.
La volatilidad normalmente significa indecisión. Y es natural que haya bastante indecisión en estos momentos. Son muchas cosas al mismo tiempo. No es fácil hacer una lectura muy precisa de toda la situación. Muchos hablan de la inestabilidad, pero yo creo que la estabilidad ha sido sorprendente. Considerando todos los problemas y los sentimientos encontrados de los inversores, me parece increíble la estabilidad (relativa) del dólar actualmente. El asalto al Capitolio ha sido uno de los capítulos más oscuros en la historia de los Estados Unidos y hay un proceso de “impeachment” en el Congreso. Sin embargo, el dólar aumentó solo unos centavos y ya está bajando nuevamente. Lo mismo en un país latinoamericano habría significado un colapso casi total de la moneda.
Bitcoin también ha demostrado mucha fortaleza. Si bien es cierto que el descenso fue considerable, uno podría asumir que no fue tal en comparación a sus ascensos previos. Ese descenso de $7k duró muy poco. Ya estamos de vuelta en la órbita de los $40k. La volatilidad predomina en medio de un clima de señales mixtas. Hay muchas razones para una corrección, pero el entusiasmo es simplemente demasiado.
He aquí un tema interesante. El contraste entre el Bitcoin anarcocapitalista de los primeros días y el Bitcoin institucional que crece en la actualidad. La “institucionalización de Bitcoin” podría eventualmente espantar a la base anarcocapitalista. Para nadie es un secreto que Bitcoin es, en cierto modo, un movimiento contracultural. No hay nada más común que un bitcoiner criticando al sistema. La cultura bitcoin es esencialmente opositora. El deporte nacional de la comunidad es atacar al dólar y al sistema económico como lo conocemos. Así de sencillo.
El capital institucional es bienvenido, porque es una especie de validación para Bitcoin. Además, aumenta el precio. Pero en el fondo la llegada de las instituciones es una gran contradicción. ¿La moneda sin intermediarios invadida por los intermediarios? ¿La moneda antisistema siendo adoptada por el sistema mismo?
También tenemos el cambio en composición social. Tenemos nuevos actores con nuevas narrativas y podríamos tener un gran shock cultural. Eso no lo vemos ahora porque todos estamos muy emocionados con las alzas. Pero con el tiempo la capa más ideológica dentro de la comunidad podría sentir que Bitcoin ha perdido el camino. Las instituciones son pragmáticas. La misión es ganar dinero. Punto. No tienen una agenda política o una doctrina. Muchos bitcoiners de la vieja escuela, sin embargo, sí están repletos de ideología. El público seguramente se irá con los pragmáticos. Así como la mayoría de los especuladores minoristas. ¿Qué hará el bitcoiner duro?
La intención de los estímulos es estimular. En otras palabras, los activos no están subiendo por casualidad. Una vez que se inyectan grandes cantidades de liquidez en la economía, los activos aumentan de valor. Pero no es un accidente. No es una consecuencia desafortunada. Eso es precisamente lo que se hace para evitar que suceda lo contrario. Lo que no se quiere es que los activos bajen de precio. La depreciación de los activos significa una baja de los colaterales, pérdidas y falta de financiamiento. Para evitar esto, se inyecta liquidez.
En otras palabras, el Gobierno de Biden, con su plan de estímulos, buscará debilitar el dólar para crear empleos y subir la inflación. Los libertarios, como de costumbre, criticarán la moción, defendiendo sus doctrinas. Y hablarán de un desastre. Sin embargo, los estímulos tendrán el efecto buscado. El 2021 será un año de recuperación. Esta nueva liquidez beneficiará a Bitcoin muchísimo, dándole los fondos necesarios para nuevos aumentos. Pese a los múltiples llantos y lamentos dentro de la comunidad, el plan de estímulos es la mejor noticia del año para Bitcoin.
Etiquetar de “burbuja” a un activo especulativo es sumamente fácil. Estos activos, al no tener un activo productivo como respaldo, tienen un valor bastante subjetivo. El elemento fiduciario de un activo siempre puede ser acusado de burbuja. Sin embargo, eso no significa su muerte o su inminente caída. Mientras haya fe, habrá valor.
El dinero fiat y el oro son activos esencialmente especulativos (no productivos). Pero estos son activos patrocinados por los Gobiernos. Entonces, su valor no depende exclusivamente de la fe. También tenemos un elemento de fuerza. El arte, sin embargo, es un mercado que podemos colocar como ejemplo. Cualquiera podría decir que un Picasso en 100 millones de dólares es una gran burbuja especulativa. Al mismo tiempo, se podría decir que una banana en una pared no es una obra de arte. Pero el mercado del arte no muere. ¿Por qué? Porque todavía hay coleccionistas que invierten en bananas en la pared. Mientras haya compradores, los precios seguirán subiendo.
Obvio. Si las instituciones dejan de comprar y comienzan a vender, eso naturalmente significaría el fin del ciclo alcista. Las instituciones normalmente compran para el largo plazo. Eso es positivo, porque tendríamos un poco más de estabilidad.
Sin embargo, aquí se está usando la palabra “obligación”. Y eso podría ocurrir bajo dos escenarios. Se podría presentar un problema regulatorio. Una especie de prohibición o un rechazo generalizado a nivel de reputación. O se podría representar un gran pánico financiero y los inversores comienzan a retirar su dinero de las instituciones. Esto obligaría a las instituciones a vender activos para poder responder ante los retiros.