La Reserva Federal de Estados Unidos advierte sobre las “trágicas” consecuencias de una crisis sin ayudas. ¿Cuáles consecuencias?
Los republicanos en el Congreso estadounidense han decidido bloquear la nueva ronda de estímulos, defendiendo una política de austeridad en medio de una gran crisis. Es decir, no habrá más cheques de ayuda para los más necesitados. Los liberatorios están de fiesta, porque el Gobierno por fin decidió no hacer nada durante la crisis. El tan anhelado “dolor temporal” ha llegado.
Donald Trump quería un generoso paquete de estímulos para antes de las elecciones, pero su partido le dio la espalda. Los republicanos atribuyen la decisión a un asunto de doctrina. Bueno, la doctrina conservadora no es tan complicada. De hecho, es sumamente simple. Las ayudas gubernamentales dañan la moral de la población porque promueven la pereza. Además, aumentan el poder del Gobierno que es, por naturaleza, opresivo. El individuo debe buscar la autosuficiencia y no depender de ayuda externa.
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Según la ideología conservadora, las crisis no se deben manejar. El mercado se regula por sí solo y soluciona todos sus problemas. Los conservadores no niegan la existencia de las crisis. Sin embargo, aceptan el “dolor temporal” como un mal necesario que promueve la eficiencia del mercado. Es algo así como que “Lo que no te mata te hace más fuerte”.
Claro que esto es lo que dice la doctrina. Y muchos creen que esto es una verdad sagrada. De hecho, todas estas ideas son muy populares en la comunidad cripto. Muchos bitconers, en efecto, han adoptado la filosofía libertaria en materia económica y la difunden como un evangelio. Desde el comienzo de la crisis, muchos en la comunidad cripto han criticado los estímulos como un abuso de poder y una devaluación artificial del dólar. Asumo que ahora los conservadores (Bitcoiner y no bitcoiners) están felices con esta victoria en el Congreso.
Sin embargo, muchos economistas están muy preocupados por las trágicas consecuencias de abandonar a la población en este momento tan difícil. Uno de los dolientes es Jerome Powell, director de la Reserva Federal. El amigo Powell tiene los números en la mano y sabe muy bien que esta doctrina conservadora es un desastre para la economía. Claro que aquí también hay un tema humanitario. En estos momentos, muchas familias están en una situación desesperada y un cheque podría ser un salvavidas. Muchísimos estudios han demostrado que las ayudas de desempleo no alientan la pereza. Esta idea es un mito. La verdad es que una ayuda oportuna reduce la pobreza. Desde el punto de vista económico, ayudar es productivo.
Desde el punto de vista macroeconómico, no hacer nada también es muy perjudicial. La verdad es que la expansión monetaria estimula el crecimiento económico. Por otro lado, la deflación fortalece demasiado a la moneda y genera desempleo. En otras palabras, los estímulos son necesarios. De lo contrario, esta crisis podría durar muchos años más. Eso es conocimiento económico básico. Sin embargo, los conservadores siguen con el mismo cuento de siempre. Esta es una doctrina que no ha cambiado en siglos. De hecho, esta doctrina es más un dogma que una política económica sustentada por estudios económicos.
Ahora bien, los republicanos insinúan que colocar el tema de los estímulos en un limbo es, principalmente, un asunto de doctrina. Pero eso es difícil de creer con unas elecciones a pocas semanas y el candidato demócrata ganando las encuestas con varios puntos de ventaja. Esto no se parece a la lucha ideológica de siempre. En primer lugar, hasta hace unos días, el propio presidente Trump estaba muy interesado en la aprobación de este paquete. Y los republicanos siempre aprueban un paquete de estímulos cuando sienten la presión del público. Lo que nos podría estar indicando que este bloqueo es un vulgar sabotaje político.
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Los republicanos están actuando como un animal herido. Y ahora Trump ha reconocido que su partido le dio la espalda. Pero no puede aceptar la derrota porque se vería como una debilidad. Entonces, se ha unido al bloqueo. Es decir, “no habrá discusión sobre los estímulos hasta después de las elecciones”. Lo que quiere decir que este revés es político. Y, al parecer, es temporal. Si Trump gana las elecciones, seguramente los estímulos, eventualmente, se aprobarán. Y si Biden gana, también se aprobarán.
La Reserva Federal (La Fed), en teoría, debe mantenerse lejos de la política. Del mismo modo, no se puede dar el lujo de caer en dogmas, porque debe ser un ente esencialmente científico. Esto, en la práctica, no es fácil de conseguir, pero, al menos, se hace el intento. Sin embargo, la Fed es una institución muy limitada. Cuenta únicamente con un número muy limitado de herramientas a su disposición. Puede, por ejemplo, comprar instrumentos financieros, pero, más allá de eso, no puede hacer mucho más. Es decir, la efectividad de la Fed depende de la colaboración del Gobierno. El Departamento del Tesoro es de vital importancia.
El Gobierno sí es una institución política que se ve afectada constantemente por el clima político. Aquí la “ciencia” de la Fed no es muy relevante. Las pasiones partidistas, las ideologías, los mitos y las opiniones del público juegan un rol central. Esto podría explicar la irracionalidad de algunas decisiones.
En este momento, hay familias con niños pequeños que no tienen para pagar la renta, ni colocar comida en la mesa. Mientras tanto, la discusión del paquete de ayudas está paralizada gracias a los congresistas conservadores. La Fed puede comprar bonos de Apple y de Amazon, pero no puede enviar un cheque a las familias necesitadas. Ese es el rol del Gobierno. Se defiende el “dolor temporal” como un mal necesario. Se habla de la moneda dura como la gran solución. Pero el dolor no es igual para todos.
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Francamente, algo en todo este cuento no termina de cuadrar. Los cheques a los multimillonarios siempre son buenos para la economía, pero los cheques a los más necesitados están sujetos a la doctrina de la austeridad. Las consecuencias de no aprobar un nuevo paquete de estímulos son claras. Sin nuevos estímulos, esta crisis será más larga y más dolorosa. Los conservadores obtendrán su anhelado dólar fuerte, pero llegará con un costo. El costo será el decrecimiento económico, la deflación, el desempleo y la pobreza.
La buena noticia es que después de las elecciones las discusiones se reanudarán. Y los estímulos eventualmente se aprobarán. Hay doctrinas que siempre son mejores en oposición. En oposición, todo es perfecto y verdad. Pero si las aplicamos, nos llevarán al desastre. En las palabras de Jerome Powell, hay doctrinas que tienen “trágicas consecuencias”.