El dólar como arma. ¿Bitcoin como defensa?
El controvertido presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirma que las criptomonedas serán fundamentales en la lucha contra las sanciones a Venezuela. No es la primera vez que el Gobierno venezolano ha mencionado que pretende usar criptomonedas para evadir las sanciones internacionales. Incluso, ha creado su propia criptomoneda, el Petro. El régimen chavista sabe muy bien que sus dólares en el sistema bancario tradicional corren peligro. Y están usando todos los mecanismos disponibles para sobrevivir. Con el uso de testaferros, el uso de efectivo, el uso del oro, el uso de paraísos fiscales y el uso de criptomonedas, muchos regímenes sancionados mueven su dinero por el mundo.
El dólar es la moneda reserva del mundo. Esto se lo debemos principalmente al poder económico y político de los Estados Unidos. Aquí debemos tomar en cuenta que el comercio internacional depende muchísimo del dólar. Y el sistema financiero también depende del dólar. El dólar es una especie de moneda franca. Lo que implica que es una gran red. Claro que esta red depende de una autoridad monetaria. En este caso, de la Reserva Federal de los Estados Unidos y otros entes gubernamentales. En este sentido, es un sistema centralizado. La emisión monetaria es definitivamente centralizada. Y la regulación también surge de un ente central.
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Desde el punto de vista económico, esto conlleva una serie de implicaciones. Pero, desde el punto de vista político, el dólar es un arma muy poderosa. Es decir, el Gobierno tiene la capacidad de congelar nuestro dinero o bloquear nuestras transacciones. Entonces, aquí se nos presenta una situación sumamente compleja, porque usar dólares nos expone a las leyes estadounidenses. Supongamos que vivimos en una jurisdicción X y estamos haciendo negocios con alguien en jurisdicción Y la operación puede ser perfectamente legítima en las dos jurisdicciones. Sin embargo, si estamos usando un banco sujeto a regulación estadounidense, la operación puede generar una bandera roja. En otras palabras, nos podemos meter en problemas.
Los Gobiernos sancionados por Los Estados Unidos como Venezuela, Irán, Rusia, Cuba y Corea del Norte deben mover su dinero básicamente como lo hacen los criminales. Es decir, deben usar técnicas de lavado de dinero para evadir las sanciones. Lo irónico de todo esto es que la mayoría de estos países imponen un control cuasi totalitario en sus propias economías. Y restringen el movimiento de dinero de sus ciudadanos de modos muy similares a cómo los Estados Unidos los restringe a ellos.
En esta lista, podríamos también incluir a varios países que no están necesariamente sancionados por los Estados Unidos del mismo modo que Venezuela o Corea del Norte. Sin embargo, sus respectivos gobiernos han impuesto fuertes restricciones al flujo de capitales. Podría mencionar a China y a Argentina.
Y si hacemos una lista que incluya a todos estos países tomaríamos un patrón. Los dólares en efectivo, los casinos, la corrupción bancaria, los paraísos fiscales, el oro y las criptomonedas se ponen de moda. ¿Han visto la lista de los países con mayor volumen de transacciones en Localbitcoins? ¿Casualidad?
Venezuela, por ejemplo. Si estudiamos la proliferación del uso de los dólares en efectivo, el uso de las criptomonedas y el mercado del oro, podríamos atar cabos y realizar varias hipótesis sobre lo que está pasando realmente. El país está sancionado por los Estados Unidos. Sin embargo, el efectivo está por todas partes. ¿Cómo es posible que haya tantos dólares en un país sancionado?
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Los envíos de remesas nos podrían explicar una parte, pero estos envíos por lo general no se hacen en efectivo. Entonces, aún nos quedamos a oscuras. Ahora bien, si investigamos un poco y recordamos el caso de NTR Metals Miami/Peter Ferrari, podríamos encontrar algunas respuestas. Esto lo debemos unir a los constantes reportes que nos dicen que el Gobierno venezolano ha estado vendiendo informalmente toneladas de oro de sus reservas.
En el caso NTR Metals Miami, aprendimos que la cocaína llega a México proveniente de Suramérica. Cruza la frontera y se distribuye a todo el país. La venta se realiza en efectivo. Luego, todo ese efectivo debe blanquearse para que pueda entrar en el sistema bancario. Una de las maneras utilizadas es comprar oro sudamericano. Lo que implica que montañas de efectivo salen de los Estados Unidos en avión y llegan a Sudamérica (Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, Venezuela).
El dinero es tanto que muchas veces no se cuenta, sino que se pesa. Una vez en Latinoamérica se usa ese efectivo para comprar oro ( o para entrar al sistema bancario con complicidad de los banqueros y las autoridades). Con ese efectivo, también se compran criptomonedas. El oro se utiliza para cantidades más grandes. Se forma una compañía “minera” y se hacen todos los papeles. El oro es comprado en el mercado ilegal, pero en el papel todo es legal. ¿De dónde se sacó el oro? Del “suelo”. El oro se exporta y llega a los Estados Unidos. En la aduana, no hay problemas porque todo parece legal. Y de la aduana va a la refinería. La refinería emite un gran cheque a una compañía de maletín registrada en algún paraíso fiscal. Luego, la refinería vende este oro a la industria joyera, a la industria tecnológica y a la casa de moneda. Y listo. Blanqueo listo. ¿Más información? Puedes estudiar el caso NTR Metals Miami.
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¿Dónde está el oro venezolano? ¿Por qué hay tan efectivo en la calle? ¿Por qué los volúmenes en Localbitcoins son tan altos en Venezuela? No sé. Supongo que es la combinación de muchos factores. Pero las restricciones nacionales e internacionales en el flujo de capitales ciertamente juegan un rol muy importante.
Ahora bien, ¿por qué crear una moneda ciudadana? O, ¿Por qué fundar un país independiente? Yo supongo que la idea es ganar autonomía. O sea, libertad. Muchos ven a Bitcoin como una propuesta revolucionaria. Es decir, una especie de plan maestro para reformar nuestro sistema político y económico en su totalidad. La utopía libertaria. En este caso, el enemigo es el dólar y Bitcoin es el sustituto. Esto es lo que leemos en la prensa y eso es lo que nos dicen los bitcoiners más representativos con su retórica antisistema.
Sin embargo, lo que uno ve es que Bitcoin más que un plan revolucionario es una especie de Isla Tortuga. Se podría decir que es una isla que se rige por otras reglas y funciona como santuario. Como las reservas indígenas en los Estados Unidos. O las Islas Caimán. Su utilidad yace en su estatus marginal y autónomo. Una Isla Tortuga. Un lugar repleto de piratas, refugiados y exiliados. Más que un plan para cambiar al mundo, es un oasis de libertad.