¿Por qué el dólar se mantiene tan fuerte?
Predecir el colapso del dólar es un deporte mundial. De hecho, es la afición predilecta de muchos. En este posmodernismo actual, toda autoridad es sospechosa. Entonces, defender al dólar se considera un vil acto de propaganda prosistema. La práctica aceptada es atacar al dólar de todas las maneras posibles. Se podría decir que ser antisistema está de moda. Sin embargo, a pesar de que es perfectamente válido tener opiniones, los hechos son los hechos. Ignorar la evidencia por ideología es un autoengaño barato. Pese a todas las predicciones, esta crisis ha demostrado la fuerza del dólar. ¿Por qué es tan fuerte?
Ciertamente, es un fenómeno muy curioso. Por años, se dijo que el colapso del dólar sería inevitable. En lo personal, recuerdo perfectamente estar debatiendo el asunto con amigos bitcoiners. En enero de este año, por ejemplo, todos mis amigos estaban muy entusiasmados por la llegada de la crisis. Ellos decían con una fe inquebrantable, que la crisis aceleraría el colapso del dólar y muchísima gente adoptaría Bitcoin por ser un “refugio seguro”. El precio, por supuesto, se iría a luna. Se hablaba de incrementos de 10x y 100x en unos pocos meses. Pero debo confesar que no era solamente mi círculo de conocidos aficionados a las criptomonedas. La prensa especializada estaba repleta con las mismas ideas. Casi todos los titulares asociaban la crisis con un aumento asombroso del precio de Bitcoin. (véase archivos).
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Cuando llegó el crash, todos quedaron perplejos. De pronto, todo el mundo entró en pánico, porque el “refugio seguro” colapsó como todo lo demás. Casualmente, ese día pude verme con varios amigos y todos estaban de luto. La preocupación en los rostros era evidente. Nadie decía nada. Estaban sin palabras. Me acuerdo que uno de los más entusiastas acababa de recibir un dinero y lo colocó todo en Bitcoin. Su predicción era 400k por unidad para el 2020. El día del crash estaba más callado de lo normal, porque su patrimonio en un día perdió 50% de valor. Por muy alcista que seamos a largo plazo, todos tenemos un corazón. Una baja del 50% en un día preocupa a cualquiera.
Luego, comenzaron a llegar los estímulos y los precios volvieron a subir. El tema ahora era la inflación. Otra vez con el colapso del dólar, porque la malvada Reserva Federal está “imprimiendo dinero de la nada”. ¿Qué va a pasar con los ahorros? Seguramente tendremos inflación. Muchos, incluso, hablaron de hiperinflación. Otros comenzaron a comparar a los Estados Unidos con Zimbabue y Venezuela. La indignación por los planes de rescates creó un ambiente del fin del mundo. O sea, el sistema peor que nunca. El mal manejo del dinero. El fin del dólar. Inflación. La debacle total.
Claro que todo eso es lo que se dice. En criptotwitter y Youtube, todo el sistema está a punto del colapso total. Y los responsables de todo esto están en la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro. “Bitcoin fix that”. Pero una cosa es escribir en Twitter y otra cosa muy distinta es sustentar el argumento con evidencia.
¿Cuál es la evidencia? Revisemos por un momento cómo se comportó el dólar durante marzo, abril y mayo. Durante el pánico, ¿cuál fue el refugio seguro de los inversores? Exactamente. Nos guste o no, la cruda verdad es que durante esta crisis los inversores todavía confían en el dólar y lo consideran un refugio seguro por excelencia. En lo peor de la crisis, el dólar no se debilitó, como muchos pronosticaban. De hecho, se fortaleció. Ahí están los datos. En lo que va de año, cada vez que hay preocupación en los mercados el dólar sube. En medio de la incertidumbre y el miedo, la gente acumula dólares y compra bonos del Tesoro. Cae el gasto, cae la demanda, bajan los precios y se fortalece el dólar.
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Pese a que tiene sus ciclos, el dólar se ha mantenido estable por muchos años. Claro que la popularidad del dólar no es un asunto de estabilidad solamente. También es su efecto red. El dólar domina el comercio internacional. La mayoría de las reservas internacionales de los países están en dólares. Y la mayoría de la deuda en el mundo está en dólares. O sea, abandonar el dólar durante una crisis no es tarea fácil. Algunos han dicho, por ejemplo, que Warren Buffett va a abandonar el dólar debido a las inyecciones de liquidez. Pero temo que no es tan sencillo.
Me explico. Imaginemos por un momento una compañía de tamaño medio en Latinoamérica. Es muy probable que muchas de sus obligaciones estén en dólares. Seguramente, debe realizar importaciones. Insumos, productos, etc. Esto está en dólares. Seguramente, tiene en una línea de crédito (internacional) y seguramente esa línea de crédito está en dólares. Debido a que sus obligaciones están en dólares, en una crisis deben guardar dólares para poder cumplir con sus obligaciones. El dueño del supermercado de la esquina (en este caso un chino) no puede abandonar el dólar, porque Max Keiser o Roger Ver se lo dice en Twitter. Es sencillo. El chino necesita comprar dólares para importar sus productos. Buffett necesita dólares para comprar compañías y pagar las pólizas de su negocio de seguros. Los países necesitan dólares para pagar sus deudas.
Se habla de inflación. Pero si revisamos la tasa de inflación, lo que en realidad tenemos es deflación. Es decir, pese a las generosas emisiones de nueva moneda, los precios de los bienes y servicios siguen bajando. La deflación causa desempleo, reduce ingresos y altera el mercado de bonos. Las obligaciones en dólares se hacen más pesadas. Un 2% de inflación anual es lo ideal. Claro que la Reserva Federal hace poco anunció que permitirá una tasa de inflación superior a 2% como una medida temporal para subir la tasa de empleo.
En este momento tenemos principalmente dos problemas (a nivel monetario). La deflación y la fortaleza del dólar. Esa es la crisis. Las medidas de emergencia han sido especialmente diseñadas para crear inflación y debilitar al dólar. Lo que se quiere aquí es volver a la estabilidad y al crecimiento económico. Yo entiendo perfectamente que en un ambiente tan antisistema como el mundo cripto un análisis como este no sea muy bien recibido. De hecho, cae mal. Porque la idea es que yo también le pegue a la piñata, como todos los demás. Sin embargo, la verdad está en la calle. Y me temo que difiere mucho de lo que leemos en criptotwitter.
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Uno puede salir a la calle y comenzar a hablar con la gente. Escuchar directamente la realidad del comerciante y el empresario. ¿Qué tanto depende del dólar tu negocio? ¿Tienes dólares? ¿Piensas comprar dólares pronto? ¿Necesitas comprar dólares? ¿Ves un reemplazo para el dólar en el futuro cercano? ¿Tienes deudas en dólares? ¿Cómo se fijan los precios? ¿Tienes inversiones en dólares? ¿Podrías abandonar el dólar y sustituirlo por Bitcoin? Todos podemos hacer esta encuesta. Yo lo hago regularmente.
Los escépticos pueden estudiar la crisis del 2008. Se puede estudiar la inflación de los últimos 20 años. Podemos estudiar los altibajos (los ciclos) del dólar durante ese periodo. Y podemos comparar la inflación con las inyecciones de liquidez por parte de las autoridades. Por ejemplo, ¿Cuál fue la tasa de inflación en el 2009, 2010, 2011? Es decir, ¿Cuál fue el efecto inflacionario de los estímulos del 2008, 2009? Estos datos están allá afuera y los podemos estudiar con rigor científico. Es válido tener una ideología, pero a veces entramos en el mundo del autoengaño. No tiene sentido vivir en una ilusión. El sistema no va caer con autoengaños. Siempre es mejor criticar con bases sólidas. Argumentemos con sustento, no con sentimiento.