Top criptonoticias de la semana: PayPal entrando al criptomercado, Bitcoin y el apocalipsis y mucho más
De los creadores de “Sorprendedme 2020” y de “El resto del año no puede ser peor que enero”, ahora tenemos “Bitcoin está aburrido”. Señores, a veces es mejor dejar quieto a quien está quieto. Dejemos que el tigre se despierte solo y no comencemos a molestarlo con una vara. Esta tendencia lateral debe leerse como positiva. Ahora vemos la volatilidad con nostalgia. Pero no será tan divertido cuando la sangre fluya por las calles. Pero, bueno, si sube, celebramos, y si baja, compramos.
Ahora bien, hablemos de las criptonoticias más leídas de la semana.
Siempre ha existido una estrecha relación entre la religión, la palabra escrita y el dinero. Lo de “siempre” es relativo, por supuesto. Pero digamos que la relación existe, y se ve. Sobre todo, en Occidente, que la religión gira en torno a un libro sagrado. Esto es interesante, porque, mientras en Oriente la verdad es algo que se descubre experimentalmente, en Occidente, la verdad es revelada en texto. El Libro Sagrado no es solo un libro con la verdad. Es un libro con una verdad autoritaria. Entonces, la Biblia no es literatura. La Biblia es ley.
Los orígenes del capitalismo han sido vinculados al protestantismo. Particularmente con el calvinismo. Se piensa que la prosperidad de los países protestantes como Holanda, Inglaterra y los Estados Unidos está unida a sus raíces protestantes. El “In God We Trust” en el dólar no es causalidad. Palabra, fe y trabajo son conceptos aparentemente no relacionados, pero, en la práctica, la relación es estrecha. Las palabras y el dinero son códigos. Y, para que los códigos funcionen, se requiere de la fe de sus participantes. Es decir, la aceptación y adopción del código.
Un libro con “Revelaciones” de San Juan, que utiliza un lenguaje alegórico, puede resultar sumamente ambiguo, porque admite múltiples lecturas. De pronto, lo que San Juan nos describe ahí no es una realidad de cosas temporales, sino procesos mucho más universales. En este sentido, ciertamente una marca puede estar insinuado la opresión de la centralización y la censura. ¿Se sentían oprimidos los primeros cristianos bajo el Imperio Romana? Todo instrumento de liberación se verá reflejado en ese drama. La eterna lucha por la libertad.
En mercados como Bitcoin, los rumores son más relevantes que los hechos. Los hechos suelen ser fríos e inertes. Pero los rumores son una llama de trayecto impredecible que ilumina los caminos. Lo subjetivo es más rico que lo objetivo, porque le da rienda suelta a la imaginación. Exactamente. Los rumores dan pie a la idealización. Sin los rumores, un año como el 2017 no habría sido posible. El anuncio de los futuros del CME Group creó expectativas que solo son posibles en el mundo de la imaginación. Ese año fue un año de ilusiones. ¿Cuándo comenzó a caer el precio? Irónicamente, en el día del lanzamiento de los futuros. Es decir, el día que la realidad mató al rumor. El rumor es noviazgo, la realidad es matrimonio.
Luego, Bitcoin comenzó a despertar a principios del 2019 con dos grandes rumores. Bakkt y Libra. Comenzó el ascenso. Pero luego volvimos a bajar. ¿Cuándo? A mediados de año. Con el fracaso de Libra y el lanzamiento de Bakkt. Después, llegó el halving, pero nada pasó. ¿Por qué? Porque el halving es un evento objetivo. Ahora bien, tenemos casi un año sin una ilusión. Necesitamos de rumores, un sueño. Algo exagerado, ilógico e insensato que despierte la imaginación de las masas. Necesitamos una nueva ilusión. ¿Podría ser PayPal?
Futuros, opciones, el chupacabras y los alienígenas en Egipto. El mercado de derivados es como tener un barco o una piscina en la casa. Es emocionante al principio. El anuncio es una fiesta. Y en los primeros días todo es un sueño. Pero luego con el tiempo comenzamos a sentir los inconvenientes del meollo en el que nos metimos. Los derivados son Bitcoin y, al mismo tiempo, no son Bitcoin. En un sentido, son la puerta de entrada del capital institucional. Y, en el otro, son una máquina de imprimir Bitcoin. Vas, pagas y recibes un papel. Ese papel es Bitcoin, pero, en realidad, no lo es.
Los derivados distorsionan al spot market (mercado de contado). Pero, al igual que sucede con los movimientos de las ballenas, es muy difícil precisar con exactitud esta distorsión. Un día Bitcoin supuestamente cae debido al vencimiento de los contratos, y otro día se vencen los contratos, pero Bitcoin sube o se mantiene inmóvil. ¿Cómo es esto? Entonces, los futuros se han convertido en el comodín que usan algunos para explicar cosas sin explicación. Si no tenemos respuestas, son los futuros o las ballenas.
¿Quién mató a la vaca mariposa? El chupacabra. ¿Cómo se construyeron las pirámides sin la ayuda de grúas? Seres de otro planeta. La semana pasada salió una historia muy similar a esta, que por cierto también analicé en mi columna semanal. Se predijo el desastre debido a los contratos. Pero Bitcoin se mantuvo indiferente. Ahora lo mismo. Bueno, vamos a ver qué pasa hoy.
10 años es mucho tiempo. Si tomamos en cuento todo lo que ha pasado en los últimos 2 años, una década parece una eternidad. No soy amigo de las predicciones del precio, pero sí de los estudios serios. Y en este contexto las estimaciones son perfectamente válidas. Realizar un avalúo de Bitcoin no es sencillo. Estimar su crecimiento anual tampoco. Pero debo reconocer que el enfoque de este informe en particular me gusta. Me refiero al enfoque de identificar mercados y estudiar la penetración de Bitcoin en ellos. Es decir, contar los asientos en la iglesia para determinar el tamaño de la congregación y su futuro. Empezar con algo concreto y construir sobre esas bases.
Según este informe, tenemos las remesas, la evasión fiscal, las cuentas en el extranjero, la reserva de valor, las transacciones en línea, los micropagos, los juegos de azar, las apuestas en línea, y los préstamos. ¿Y la dark web? Bueno, en fin, resulta evidente que Bitcoin tiene una cuota importante en estos mercados y puede crecer mucho más en el tiempo. En estos escenarios, Bitcoin puede brillar sobre las alternativas. 10% de crecimiento anual no me parece para nada descabellado.
Por supuesto que es estresante enviar fondos en Bitcoin. Llevo años haciendo transferencias en Bitcoin. Pero debo reconocer que, después de cierto monto, enviar Bitcoin me genera una leve angustia. ¿Copie bien la dirección? La angustia no dura mucho. Porque uno siempre copia y pega la dirección. Antes de enviar una cantidad relativamente grande me aseguró varias veces de tener la dirección correcta. Pero la duda siempre cruza mi mente por un par de segundos. Se me pasa cuando veo la transacción entrante en la cartera destino. Un error es perder esos fondos para siempre. Bitcoin no es para disléxicos como yo. En este sentido, Bitcoin es implacable.
Nunca he tenido un problema en este respecto (más allá del susto), pero la solución que planea este startup israelí me gusta. Se trata simplemente de una verificación. ¿Es la dirección? Sí. Ah, perfecto. Luz verde, entonces.