Visión de futuro y razones para el optimismo: ¿Por qué Bitcoin sí subirá de precio?
Solo, tal vez, si eres un monje tibetano y un sadhu de la India, no te interesa el precio de Bitcoin. Podemos fingir indiferencia, pero es puro teatro. En el fondo, todos tenemos un corazón que late durante un alza. ¿O no? Más allá de toda la retórica en torno a un mundo mejor, compramos Bitcoin con la esperanza que verle, algún día, el queso a la tostada. Tal vez, no en el futuro cercano, pero sí definitivamente en el lejano. El problema es que mucho de lo que se dice de Bitcoin termina siendo falso. Muchos en el espacio cripto siempre están prometiendo cosas que se no cumplen. En el 2018, se dijo por todos lados que Bitcoin llegaría en poco tiempo a 50 mil dólares o más, pero ya estamos a mediados del 2020 y tenemos problemas para romper los 10 k. ¿Qué hacer?
Muchos buscan respuestas en el pasado, y eso es, en gran medida, un error. El crecimiento de la primera década es muy improbable que lo vemos en la segunda. No podemos asumir que Bitcoin de los próximos años se comportará igual al Bitcoin de años atrás. En mi opinión, esa expectativa es prejudicial e irrealista. De hecho, no tiene sentido. Un activo es bueno, si supera a su alternativa. En nuestro caso, la alternativa sería el S&P 500. Es decir, ¿Qué activo crecerá más en los próximos 2, 5, 10 años? ¿Bitcoin o el S&P 500?
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El retorno anual promedio del S&P 500 es de 9.8%. Es decir, por debajo de eso se considera un retorno deficiente, igual a eso se considera un retorno mediocre, y por encima de eso se considera una retorno bueno o excelente. Si logras un retorno del 20%, eres un genio y estas en el mismo club que Warren Buffett y Peter Lynch. Para Bitcoin, una referencia sensata es el S&P 500, no Bitcoin del 2010.
Tesla, Amazon, Apple, y Facebook han sido excelentes inversiones porque han superado al S&P 500. Y los ricos son cada vez más ricos porque la clase media crece con el Producto Interno Bruto mientras que los ricos crecen con el S&P 500. Entonces, para ser un inversor exitoso y de carreras de fondo debemos bajarle un poco a la codicia y dejar de pensar tanto en términos de 10X o 1000X. Un plan sensato y realista es buscar superar al S&P 500 todos los años.
Por otro lado, debemos replantear un poco nuestros números. En el espacio cripto, hablamos todo el tiempo de los máximos y los mínimos, pero hablamos muy poco de los promedios. Es más, algunos se engañan a sí mismos para defender a Bitcoin de los ataques. Siempre se escoge un mínimo y luego se escoge un máximo para demostrar que Bitcoin es un activo de alto retorno. Por ejemplo, se ha dicho en muchas ocasiones que Bitcoin durante esta crisis ha desempeñado de maravilla con incrementos de más de 100%. Eso, por supuesto, es puro propaganda barata. Escoger el mínimo de marzo y colocar el precio de hoy es una victoria tonta. Porque los mínimos y los máximos son excepciones. Los promedios son más importantes.
En el corto plazo, el mercado es un concurso de popularidad. La gente vota con sus compras y sus ventas, y el precio baila al ritmo que le tocan. En Bitcoin, las grandes alzas y las grandes bajas tienden a ser eventos breves. Es decir, el precio no se aleja por mucho tiempo de su promedio. Lo que quiere decir que si usamos solo los mínimos y los máximos, que de hecho es lo que hacemos, nunca entenderemos lo que está pasando, que es lo que normalmente sucede. Nuestra mirada debe estar en los promedios (200, 50, 30, 10 días).
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Si el precio se ubica por debajo del promedio, está en descuento. Si se ubica por encima del promedio, está caro. Lo mejor es comprar siempre en intervalos constantes para que nuestro promedio personal sea el mismo que el promedio de Bitcoin. Tal vez, comprar un poco más, si estamos por debajo del promedio, y si por casualidad debemos vender un poco, es preferible hacerlo cuando estemos por encima del promedio.
Ahora bien, claro que estamos muy lejos de nuestro máximo histórico del 20k. Pero eso no importa mucho porque el precio estuvo ahí por un par de horas. Lo más importante es que los promedios anuales siempre están subiendo. Si superamos al S&P 500 con los promedios, estamos bien.
Aquí lo importante es el futuro, no el pasado. La pregunta: ¿Estamos creciendo? Muchos quieren que Bitcoin conquiste al mundo. He ahí un gran error. La meta no debe ser la dominación mundial. Debe ser crecer un poco más todos los años. Crecer en gente y dinero. Si en el corto plazo el mercado es un concurso de popularidad, en el largo plazo, el mercado es una feria de verduras. Es decir, el valor se mide por el peso. En otras palabras, los fundamentales importan.
Primera razón para el optimismo: Demografía. Bitcoin es un fenómeno de jóvenes y los jóvenes son cada día más. Y no solo eso. Los jóvenes cada día tienen más dinero para invertir. Estamos creciendo. El futuro está en la juventud. Bitcoin es un imán para los jóvenes.
Segunda razón para el optimismo: La globalización. La clase media urbana está creciendo en todo el mundo y Bitcoin es de fácil acceso. La población receptiva a la tecnología cada día es más grande. La comunidad Bitcoin está creciendo en todos los países. Mucha gente irá descubriendo que es más fácil comprar Bitcoin que comprar dólares. Bitcoin es global.
Tercera razón para el optimismo: La infraestructura. Nuevos productos, nuevas aplicaciones, nuevas compañías están saliendo a la calle y la industria blockchain está cada vez más grande. Hay más oferta de soluciones interesantes. Todos los días somos más fuertes.
Cuarta razón para el optimismo: La madurez. El mercado poco a poco está dejando su adolescencia. Todavía hay muchos locos e irresponsables, pero ya tenemos a más gente sería en este espacio. Los exchanges se están regulando. Y el mercado inspira más confianza que antes. La imagen de Bitcoin en general ha mejorado bastante. Y los grandes capitales y los gobiernos están mirando a Bitcoin con mejores ojos. Los grandes fondos, las grandes compañías tech, grandes bancos y los gobiernos tienen sus planes de entrar a este mercado tarde o temprano. Creceremos a lo grande.
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Ahora bien, nota importante. Bitcoin no es un iPhone que con el tiempo se deprecia y se vuelve obsoleto con la llegada de una tecnología mejor. Un Bitcoin es esencialmente un contrato social. Un pacto basado en la fe y la confianza. Como Campanita de Peter Pan, está vivo porque la gente cree en él. No es un trapo de temporada. Es el Coliseo Romano. ¿Se demolerá el próximo año para construir un estadio moderno? Cada día que pasa crecen las probabilidades de que no desaparezca jamás. Es la identidad de una tribu en expansión. Es patrimonio de una sociedad. Se mantiene vivo por la fe y por la fortaleza del grupo. Es como un idioma o una religión, no es un artículo de temporada.
¿Cómo sabemos que el idioma español tendrá futuro? Bueno, el crecimiento demográfico de la población hispanohablante y por la creciente economía de los países hispanos. Así como el número de personas aprendido el idioma como segunda lengua. Lo mismo podemos argumentar con Bitcoin. Bitcoin es un mercado emergente. Está creciendo en número, en dinero y en edad. El precio lo refleja. Sí, es volatilidad. Sí, estamos muy lejos de nuestro máximo histórico. ¿Pero el precio promedio podría superar al S&P 500 en los próximos años? Claro que sí. He ahí una razón para el optimismo.