La stablecoin de PayPal bajo investigación: ¿qué pasó?
La SEC de EE.UU. le pidió a PayPal (PYPL) que le entregue documentos sobre su stablecoin PayPal USD (PYUSD), que creó recientemente y que vale lo mismo que un dólar estadounidense. Así lo informó PayPal en su reporte de ganancias trimestral, sin dar más detalles. La SEC es el organismo que regula los mercados financieros de EE.UU. y le envió una citación a PayPal.
PayPal fue la primera gran empresa de servicios financieros en lanzar una stablecoin.
¿Te acuerdas de Libra? Libra fue una stablecoin que Facebook (ahora Meta) quiso hacer, pero no pudo. Algunos reguladores de EE.UU. tienen miedo de que una stablecoin de una gran empresa tecnológica se use mucho y ponga en riesgo la estabilidad financiera de EE.UU. La stablecoin de PayPal también complicó el debate en el Congreso sobre cómo regular las criptomonedas. Algunos legisladores, como la representante demócrata Maxine Waters, que es la jefa del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, dijeron que una ley sobre monedas estables le daría ventaja a las grandes empresas tecnológicas en el sector de las criptomonedas. La stablecoin de PayPal es un ejemplo de eso.
Una stablecoin (o una criptomoneda estable) es una criptomoneda que está vinculada al valor de una moneda fiduciaria o una canasta de activos. Su objetivo es reducir la volatilidad y facilitar las transacciones en el mundo digital. Sin embargo, una stablecoin emitida por una gran empresa tecnológica podría crear inestabilidad financiera si no está respaldado por suficientes reservas o si se utiliza para fines ilícitos.
Imaginemos que una empresa como Apple lanza su propio stablecoin, llamémoslo iCoin, que está respaldado por una canasta de monedas y activos. Supongamos que iCoin se vuelve muy popular entre los usuarios de los dispositivos de la marca, que lo usan para comprar aplicaciones, música y películas. Esto podría generar una gran demanda de iCoin, lo que aumentaría su valor y reduciría el de las monedas fiduciarias. Además, si Apple no tiene suficientes reservas para respaldar su stablecoin, podría enfrentarse a una crisis de liquidez si muchos usuarios quieren canjear sus iCoin por dinero real.
Por otro lado, si iCoin se usa para actividades ilegales, como el lavado de dinero, la evasión fiscal o el financiamiento del terrorismo, podría poner en riesgo la estabilidad del sistema financiero global. Los reguladores y las autoridades tendrían dificultades para rastrear y controlar el flujo de iCoin, lo que podría facilitar el fraude y la corrupción. Además, si iCoin se convierte en una amenaza para la soberanía monetaria de los países, estos podrían tomar medidas para prohibirlo o restringirlo, lo que podría generar conflictos legales y políticos. Con iCoin sería más difícil controlar o medir el flujo de capitales a nivel global.
En conclusión, una stablecoin emitida por una gran empresa tecnológica podría crear inestabilidad financiera si no cumple con los requisitos de seguridad, transparencia y regulación. Por eso, es importante que los usuarios sean conscientes de los riesgos y beneficios de usar este tipo de criptomonedas, y que los gobiernos y las instituciones colaboren para establecer un marco normativo adecuado.
¿Qué pasa con el dinero? ¿Por qué no podemos tener cada uno el nuestro y hacer lo que queramos con él? Bueno, resulta que eso no es tan fácil como parece. El dinero es una forma de intercambiar bienes y servicios, pero también tiene que tener ciertas características para que funcione. Tiene que ser aceptado por todos, tener un valor estable, ser divisible, transportable y duradero. Si no cumple con estas condiciones, el dinero pierde su utilidad y se genera el caos.
Esto es lo que ha pasado en el pasado, cuando se han probado sistemas totalmente privados de dinero. Cada banco o grupo creaba su propia moneda, pero nadie se fiaba de ella. Había mucha inflación, falsificación, fraude y confusión. La gente no sabía cuánto valía su dinero ni cómo gastarlo. El resultado era una economía ineficiente y desigual. Un ejemplo histórico es Estados Unidos en el siglo XIX.
Tampoco ha funcionado el sistema totalmente público de dinero, donde el Estado controlaba todo el dinero y lo emitía sin límites. Esto también provocaba inflación, devaluación, despilfarro y pobreza. El dinero perdía su poder adquisitivo y la gente sufría las consecuencias.
El sistema actual, el sistema híbrido, ha demostrado ser el mal menor debido al balanceo de fuerzas. En este sistema, el dinero tiene una parte pública y una parte privada. La parte pública es el dinero legal, que es emitido por el Banco Central y respaldado por el Estado. La parte privada es el dinero bancario, que es creado por los bancos comerciales y respaldado por los depósitos de los clientes. Este sistema permite que haya suficiente dinero para satisfacer la demanda, pero también que haya cierta regulación y supervisión para evitar los abusos.
Entonces, cuando una empresa quiere crear su propia moneda, aquellos que recuerdan la historia se alarman. ¿No será esto volver al pasado y repetir los mismos errores? ¿No será esto una amenaza para la estabilidad y la seguridad del sistema monetario? ¿No será esto una forma de evadir impuestos y eludir la ley?
¿Quién no querría tener una moneda digital que no se devalúe ni se dispare como una montaña rusa? Pero hay un problema: ¿cómo se regulan estas monedas? ¿Son dinero o no? ¿Quién las emite y quién las controla?
Para los reguladores, la regulación de las stablecoins ciertamente es una tarea difícil. Nadie sabe cómo tratarlas. No se quiere impedir la innovación, pero tampoco se quiere permitir la creación de dinero por parte de privados, creando una especie de Salvaje Oeste. ¿Dónde está el equilibrio? Aún no sabemos.
Meta y PayPal, debido a su tamaño, representan un gran riesgo ante los ojos de los reguladores. Estas monedas “privadas” podrían tener millones de usuarios en todo el mundo, lo que podría amenazar la estabilidad financiera y la soberanía monetaria de los países. Por eso, los reguladores están poniendo mucha atención. ¿Podrán estas empresas cumplir con las normas y lanzar sus monedas? ¿O se quedarán en el limbo de las promesas incumplidas? El tiempo lo dirá.
¿Mi opinión en todo esto? Las stablecoins son como los unicornios: una criatura mágica que nadie sabe cómo regular. Los reguladores están tan confundidos que intentan meterlas en categorías viejas y obsoletas, como si fueran monedas, valores o commodities. Pero las stablecoins son algo nuevo y diferente, que necesita un espacio propio para desarrollarse y crecer. Los reguladores deben adaptarse a los tiempos y dejar de usar las mismas reglas de siempre. Si no lo hacen, se arriesgan a perder el tren de la innovación y a quedarse atrás en el mundo de las finanzas digitales.
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